[Hamilton] Cuando Vuelvas (Jamilton con Ham histórico y Jefferson Musical)

24._Tension

Alexander lo entendía, pero una pregunta crecía en su mente, desgarraba su garganta y rogaba por reventar contra los tímpanos de James y Thomas.

"Yo, nunca supe que hacer, no lo se ahora, hui de todo y lo se, estuvo mal."

Thomas se aferraba a su muñeca con demasiado fuerza, enterrando sus uñas por la desesperación.

Todos estaban demasiado tensos y aunque aquello parecía la única respuesta lógica, James apretó los dientes y se forzó a abrir la boca, cosa incómoda por las lágrimas que habían llenado sus labios.

—Para.—Fue casi un grito, pero logró obtener la atención de los dos.—No ahora, mirate, necesitas descansar.

Jefferson empezó a sollozar con todas sus fuerzas una y otra vez, el sonido era desgarrador, el volumen que alcanzó tras unos segundos le aturdió incuso a el. Alexander no tardó en lanzarse y abrazarlo, desesperado porque dejara de hacer eso.

Su mente están destrozada, su cuerpo temblaba compulsivamente, apenas logró llegar si caer a donde estaba su ex pareja, pero le tapó la boca con las manos y negó la cabeza de manera tan rápida y brusca que se notó el dolor en su mueca, aunque aquello era en su mayoría por el pánico de verle de aquella forma.

—No, no, no.—Rogo, empezando a llorar de nuevo.—Para, te estas lastimando.—El sufrimiento era lo único en la habitación.

Madison se levantó.—Yo sobró aquí.—Algo dolió tan profundo que logró hacer que las lágrimas salieran con aún más fuerza.

Pero escuchar tales palabras asustó a Thomas, quien se levantó rapido, colocando a su amado con cuidado en el suelo y le tomó de la muñeca.—No te atrevas a decir eso.

Con cuidado,  Madison le tomó de la muñeca, dio un suspiro e intento sonreír.—Debemos descansar, han sido muchas emociones, para todos, aún tengo algunas preguntas pero, quizá sea mejor irme a dormir.

—Quedate, sabes que hay una habitación extra, por favor.—Los ojos de Thomas se lo rogaron.

Se río un poco, pero asintió.—Ustedes deberían dormir también.

Con pasos calmados, salió de la habitación y los amantes se quedaron en silencio, escuchando hasta que la puerta sonó, una cercana y estuvieron seguros de que Madison no se iria.

No supieron que hcer después de eso, se miraron sin decir nada en minutos que se alargaron y que no acababan, en la sensación de eternidad que los recorría.

Y entonces, Thomas lo tomó en brazos y lo jalo hasta la cama, abrazándolo con algo de fuerza, tirándose junto a el en la el colchón y escondiéndose en su pecho.

Alexander sintió que era su momento de consolarlo, lo conocía, la culpa lo carcomía y al menos por aquel momento, quizo olvidar todo lo demás. Sólo enredo su mano entre sus mechones, acariciando su cabeza una y otra vez, mientras lloraba en silencio, hasta que en algún momento el sueño les venció a ambos.