1 - La prodigio Atormentada

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 “¡Asombroso Kaily!, ¡De verdad eres una genio!”, Eran palabras que solía escuchar a menudo la joven a lo largo de su existencia. Los halagos y felicitaciones, así como el asombro de los demás, era algo totalmente común para ella.

   Desde muy pequeña, Kaily Blaze ya contaba con los ojos de la sociedad observándole como una maravilla, un prodigio destinado a ser una de las grandes mentes. Creció leyendo inmensos libros, de todo tipo de temas, desde historias, hasta matemáticas o geografía, la niña aprendía de todo a pasos agigantados.

  Todo esto, como producto de las pruebas que se le hicieron en sus primeros años, para determinar su coeficiente intelectual. Este era veinte veces más alto que el mayor coeficiente intelectual hasta la fecha. En efecto, se decía que Kaily Blaze sería posiblemente el ser humano más inteligente sobre la faz de la tierra en el futuro.

  Sus compañeros en el colegio solían exaltarla, ya que a diferencia del típico estereotipo nerd, Kaily era sumamente hermosa. Con un color de piel blanco ligeramente bronceado, un cabello lacio marrón rojizo, y unos ojos tan verdes como las hojas de los árboles en primavera, la niña cautivaba solo con su presencia.

  Pero eran sus asombrosos, y cabría decir que múltiples dones, lo que hacía que los sectores más altos de la sociedad se fijasen en ella. Si, el alto intelecto no solo le permitía aprender muy rápido, sino que también podía hacer cálculos muy complicados en fracciones de segundo, memorizar miles de veces más que una persona normal, y además contaba con una memoria fotográfica impecable. Solo bastaba mirar algo una vez para que la niña pudiese hacer una representación idéntica del objeto con lápiz y papel. También le encantaba tocar el violín, y tenía un talento asombroso para combinar las notas creando melodías muy placenteras. Otra de sus virtudes era destacar en los deportes, pues a pesar de que nunca se le veía haciendo ejercicio, siempre se lucía en las clases de educación física tanto en la primaria como en la secundaria.

  En efecto, la niña era una de esas mentes que solo nacían una vez al siglo, aquellas destinadas a durar y ser recordadas para la posteridad.

  Sus padres adoptivos jamás dejaron de darle todo lo necesario para que la chica genio demostrase sus dotes. Aun sin ser tan adinerados, lograron, cuando ella solo tenía siete años, conseguirle una beca en Harvard, también contrataron a una tutora para que le guiase en sus aprendizajes. Y como no, una biblioteca entera que cada mes se hacía más grande, todos libros para ella sola, los cuales leía velozmente, casi como devorándolos.

 Era imaginativa, creativa, inteligente, ¿Qué no tenía este prodigio para dejar huella en el mundo?, nada le faltaba, era la envidia de muchos que deseaban ser como ella.

  Lo que nadie sabía, era que ella no se sentía satisfecha consigo misma. Prácticamente desde que tenía conciencia, Kaily dudaba sobre sí misma:

“Respirar… Sentir el viento rozando mi piel… Escuchar los bellos sonidos del mundo… Observar todo lo que hay a mi alrededor… Sentir alegría, tristeza o dolor… Composición… Sentimientos… Amor… Todo esto… ¿Es real?, ¿O es solo una ilusión?”

  Esas eran el tipo de palabras que solía repetirse a menudo. Todo a raíz del secreto que su padre original le revelo justo antes de que le abandonase en las puertas de un orfanato… Sí, Kaily Blaze era adoptada, pues la única familia biológica que pudo llegar a tener le había abandonado cuando solo tenía un año de vida.

  Esas palabras que escucho decirle a su padre, eran las que ahora torturaban su cabeza. Hacían que se cuestionase una y otra vez que era realmente la vida. ¿Qué significaba estar vivo?, eso era algo que ella no comprendía. Sabía que los demás a su alrededor lo estaban, pero… No estaba segura de poder afirmar lo mismo de sí. Su autoestima era nula.

¿Las Máquinas van al Cielo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora