Capítulo 1:Bienvenido al mundo pequeño

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—¡Ay ya viene, ya viene! —gritaba Sol mientras con suma delicadeza intentaba incorporarse de su cama

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—¡Ay ya viene, ya viene! —gritaba Sol mientras con suma delicadeza intentaba incorporarse de su cama.

Sus piernas se encontraban mojadas, producto del agua que caía de ellas como si de una cascada se tratase, había roto fuente.  Fuertes contracciones se apoderaron de ella, provocando que lanzara sonoros quejidos.
Kevin, su marido, corrió para asistirla, la ayudó a levantarse mientras marcaba el número de emergencia.

—Tranquila mi amor, todo estará bien —dijo el hombre intentando parecer tranquilo, aunque su corazón estaba apunto de detenerse.

Una vez la ambulancia llegó, los paramédicos colocaron a la mujer sobre la camilla y la subieron al transporte mientras su esposo le sostenía la mano, intentando contenerla.
Al llegar al hospital, introdujeron a Sol en la sala de partos. Fue en ese momento en el cual Kevin pudo llamar a los pocos familiares que tenían. Los dos al ser huérfanos solo contaban con sus hermanas  y los hijos y maridos de las mismas.

Él se sentó sobre una de las sillas que se hallaban allí, apretaba sus manos y movía sus pies de un lado hacia otro con notorio nerviosismo, ya que a pesar de que los médicos les habían confirmado que el embarazo siempre se había encontrado en las mejores condiciones, la posibilidad de que algo se complicase a último momento siempre se encontraba.
Cuando los parientes aparecieron, le permitieron paso al preocupado sujeto y le colocaron la vestimenta correspondiente.
Él, se acercó a su mujer, la cual se hallaba en la camilla, abierta de piernas mientras varias enfermeras y una médica se encontraban a su alrededor.
Kevin se colocó a su lado , entregándole nuevamente su mano, la cual ella no dudó en tomar y apretar. La frente de la muchacha se encontraba goteando sudor y su garganta se encontraba seca y quemada por los exhaustivos gritos que salían de ella.
Después de varias horas de un dolor terriblemente insoportable, la doctora exclamó que el bebe estaba por salir:

—¡Puja, puja!

La joven no dudó ni un segundo y comenzó a pujar con todas sus fuerzas. La habitación se hallaba repleta de alaridos y Kevin sentía que se desmayaría.
El sufrimiento acabó cuando todos observaron como de entre las piernas de Sol, la médica extraía un retoño, el cual lloraba incontrolablemente.

—Su hijo es hermoso, muchas felicitaciones  ¿como se llamará? —cuestionó una joven enfermera, mientras las demás atendían y limpiaban al bebé.

—Cody... ese será su nombre —comentó Sol mirando a su marido, el cual asintió tiernamente.

—Hermoso nombre, felicidades —dijo la doctora, con una sonrisa, entregándole a ella su hijo.

A la muchacha se le iluminó el rostro al ver a su pequeño, aunque a pesar de que  ya lo habían limpiado varias veces, su piel se encontraba de una tonalidad muy rojiza, esto alarmó a los primerizos padres.

—Doctora ¿es normal que sea tan rojo? —cuestionó el progenitor.

—No suele ser muy usual, pero no presenta ningún síntoma que pueda decirnos que sea algo incorrecto, el niño se halla en increíble estado,  si dentro de dos semanas no se va, vuelva a consultar —explicó la profesional.

Después de que todos los demás vieran al recién nacido y se lo llevaran para realizarle estudios de control, la madre finalmente pudo descansar.

En el medio de la noche, fue despertada por un llanto, abrió sus ojos y allí observó como al lado de su camilla se hallaba una pequeña cuna dónde se encontraba su hijo.
Con las manos temblorosas se incorporó y tomó al retoño en sus brazos, y este al observar el rostro de su progenitora culminó con sus lágrimas para sonreír tiernamente. Allí, ella pudo apreciar sus facciones más detalladamente: portaba los hermosos ojos verdosos de Kevin y era pelinegro como ella.
Levantó un poco su bata, acercó al niño a uno de sus pechos y comenzó a amamantarlo. Este como si de un profesional se tratase comenzó a succionar rápidamente y los ojos de Sol se abrieron como platos.
Una vez este terminó, acarició su pancita suavemente, provocando que el pequeño eructara.
Rió y lo dejó nuevamente en su cuna.

Bienvenido al mundo pequeño.

Cuando colocaron sus pies en su casa, con Cody en los brazos de su padre, sonrieron con felicidad para después besar sus labios.

Los días pasaron, la hermana de Sol llamada Anne junto a su marido Chad y sus mellizos de 10 años, Carlos y Hugo frecuentaban el hogar de esta joven pareja.
A diferencia de la hermana de Kevin, Alicia, la cual ponía de excusa que su esposo Henry trabajaba mucho y que su pequeña Lucía le daba mucho trabajo.

El ojiazules de Carlos y el pelirrojo de Hugo se hallaban sumamente felices de tener un nuevo primo, aunque les llamaba demasiado la atención su color de piel, el cual pasado una semana todavía no disminuía.
Los mellizos pasaban horas al lado de la cuna Cody, la mecían, le mostraban juguetes, ayudaban a bañarlo y también a cambiarle los pañales.

Un día, los mellizos llegaron a la casa de su tía para quedarse a dormir. Aún con sus uniformes puestos, corrieron a la habitación del pequeño bebé, observaron la cuna y no lo encontraron. Confundidos, revisaron la habitación hasta que unos ruidos en el closet los alarmó.
Carlos, el que solía tomar la iniciativa de los dos caminó hacia este y lo abrió, quedando boquiabiertos al encontrar a su indefenso primito en este, mirándolos fijamente.
Una sensación extraña los invadió, la mirada del pequeño no era la misma que recordaban, no parecía la de un bebé de una semana.
Cuando estaban apunto de levantarlo, sintieron pasos detrás de ellos. Se giraron rápidamente y se encontraron con la fulminante mirada de Sol.

—¿Que están haciendo? —exclamó esta, al observar la cuna vacía de su hijo.

Estos se quedaron mudos, mientras en sus ojos se reflejaba el terror. La muchacha se dispuso a moverlos, pero el ojiazules colocó su brazo frente a su hermano intentando bloquear el camino.

—¡Muevanse pequeños!

Fue ahí cuando ella los observó con furia y decepción, gritó el nombre de su hermana, a lo cual esta llegó corriendo con desesperación.

Anne, al observar a su sobrino tirado en el closet penetró con la mirada a sus hijos, antes que cualquiera de las dos pudieran decir algo Carlos las interrumpió:

—No es lo que parece.

—¿Ah no? ¿y como es entonces? ¿por qué Cody apareció en el armario? —cuestionó Sol, mientras sostenía a su retoño.

—Es que... nosotros llegamos aquí y no lo encontramos, sentimos ruidos y lo hayamos en el armario —comentó, agachando la mirada el pelirrojo ojiverdes.

—Claro, y su primito camina solo y puede bajarse de la cuna. No me lo puedo creer niños... con la confianza que depositamos en ustedes —exclamó con tono de decepción su madre.

—¡Pero que es la verd...—el cabellos grises gritó, pero fue interrumpido .—¡Váyanse de aquí! ¡bajen con su padre y explíquenle lo que han hecho! —gritó Anne señalando la puerta con su dedo índice.

Los mellizos caminaron hacia la puerta, Carlos con rabia en su mirada y Hugo con tristeza y confusión. Bajaron y se encontraron con su progenitor y su tío y al explicarles lo sucedido claramente ninguno de los hombres les creyeron, obligándolos a mantenerse alejados del bebé.
Los niños se dirigieron a su habitación, el ojiazules se lanzó a la cama mientras apretaba sus puños.

—¡Que porquería!

—¿Como sucedió eso? ¿Como Cody apareció allí? —cuestionó Hugo mirando a su hermano.

—No lo sé, pero es extraño —comentó Carlos, acariciando su barbilla.

Los chiquillos se quedaron allí, intentando descifrar que es lo que había ocurrido.


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¡Hola chicos!
¿Como están?
Espero que muy bien⭐.
Espero les haya gustado el primer capítulo de esta historia.
Si es así apoyenla.
Nos vemos🌚

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