Epílogo

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Caminaba por las frías calles, siempre, con un cuchillo en los bolsillos de su sudadera

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Caminaba por las frías calles, siempre, con un cuchillo en los bolsillos de su sudadera.
Solo en la noche podía aparecer, pues... En el día, los policías lo buscaban.
Amaba andar por los techos, observando a las personas por las ventanas y en algunas ocasiones, cuando se aburría entraba a sus casas para acabar con sus vidas.

Después de los asesinatos de su familia, sentía su corazón mucho más vacío. Tenía esa hermosa sensación de paz, como esa que se siente cuando lloras por mucho tiempo, dejando salir todo lo que tu interior guarda.

Se había enterado que al pequeño Charly lo habían puesto en adopción, sabía que no tardarían en adoptarlo, era un bebé muy lindo y tierno. O eso parecía.
Sus primos, Hugo y Carlos no habían vuelto a ser los mismos, estaban totalmente deprimidos y muy pocas veces los veía salir de su hogar. Chad, por su parte, vivía en un mundo de alcohol, con la bebida ocultaba la terrible realidad en la que estaban sumergidos.

Escuchaba, como las personas, hablaban de el, sus vecinos estaban horrorizados por los actos cometidos. A diferencia de el, que estaba sumamente orgulloso.

La Navidad, fue perfecta... Salió y asesinó a una gran cantidad de personas, ese había sido su banquete. Había sido una noche lluviosa, por lo cual se sentó en el techo de una Residencia para mayores a disfrutar el ambiente Navideño. Comía la pierna de un niño de 5 años, mientras la lluvia lo envolvía en uno de los mejores momentos vividos. Su cabello oscuro, el cual estaba larguísimo tapaba casi todo su rostro, el agua hacia que se pegara a sus facciones,  Convirtiéndolo en una figura mas tétrica.

En fin, no podía estar mejor... El caso ya había sido olvidado.

Con el tiempo, su locura fue aumentando, al igual que el número de víctimas día a día. La cifra, había cambiado notoriamente.

El ya estaba más grande, por lo cual sus técnicas de masacres habían mejorado.
Amaba ver a los detectives, médicos, policías desesperados, buscando al causante de todos los homicidios. Reía al saber que nunca sería descubierto.

Amaba su nuevo el, su forma de ser, asesinar, su nuevo aspecto.

Amaba con todo su corazón ser
Cody, el demonio en persona

¡HOLAAAA!, bueno pues... La obra a llegado a su fin.
Espero que a todos les haya gustado mucho y les agradezco con todo mi corazón el apoyo.
Me ha encantado escribir esta historia, la disfruté al 100%.
La verdad, creo que fue un poco corta, lo lamento por eso, pero es que yo nunca fui de hacer historias muy largas. Sin mas que decir:
Los amo mucho chicos.
                              ❤

CodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora