Capítulo 6: ¡Basta!

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Unas risas y llamados despertaron al pequeño Cody

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Unas risas y llamados despertaron al pequeño Cody.
Toda la familia se encontraba alrededor de su cama, mirándolo fijamente con una sonrisa.

—¿Que sucede?— cuestionó el, confundido.

—Mira hijo... —su progenitora suspiró. — ¡Vas a tener un hermanito!.

Todos los familiares aplaudieron al escuchar esas palabras. El niño se quedó con la boca abierta.

—¡¿Que?!— gritó.

—Adoptaremos uno — explicó Kevin.

El ceño del pelinegro se fruncio y de su boca salió un suspiro.

Por un lado no quería tener un hermano, pero por el otro si... Tendría otra persona para lastimar.

—¿Será niño o niña?— preguntó.

—Niño... Te llevaras mejor —dijo su progenitor.

—Será un bebé, veras que te la pasarás muy bien siendo hermano mayor —dijo Anne.

—Si primo... ¡Alegrate!— exclamó el colorado.
El niño rodó los ojos y se tapó con la sabana.
Cuando comenzó a cerrar los ojos, alguien quitó lo que lo cubría, haciendo que este temblara.

—¿Acaso piensas que te dejaremos seguir faltando al colegio?—rió su progenitor. —Hace tiempo que no vas, venga ya... Levantate.

El pelinegro miró con odio a su padre, estiró sus brazos y con su dedo apuntó a la puerta... En gesto de que todos se fueran de allí.

(...)

Kevin aparcó el coche en el estacionamiento del gran colegio de Cody. Este al verlo, apretó su mandíbula y acarició su cien.

Se bajaron del auto y caminaron hacia la puerta de la institución.
Allí se si encontraban algunos profesores junto con la directora, los cuales abrieron sus ojos como platos al ver nuevamente al problemático estudiante.

—¡Señor Kevin!—exclamó fingiendo una sonrisa la anciana directora. —Que alegría verlos por aqui.

—Lo mismo digo—dijo el adulto torciendo la boca.

El pequeño soltó la mano de su progenitor y caminó dentro del colegio, no sin antes mirar fríamente a todos los docentes.

—Su hijo va muy atrasado, hace como 2 semanas que no venía—escupió la profesora del joven.

—Lo se... Hemos tenido problemas familiares, por eso decidimos darle un respiro... Pero aquí lo tiene, todo suyo—dijo mientras guiñó con sarcasmo.

Una vez la campana dio inicio a la entrada, el hombre se retiró de allí.
Subió a su coche y suspiró...

Ojalá Cody deje de dar problemas, pensó.

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