Babysitting the bad girl

Chapter 10

-¿Que?!- dije saltando de mi cama. - Si, hablé con ella después de que me echaras a la calle-  hizo su cara de perrito y siguió. -Dijo que cree que eres una buena persona, que no la vas a usar como todos los demás. Pero mira que acabas de hacer.- dijo Jimin cruzando sus brazos y suspirando.

Eso va a cambiar cuando descubra que soy un monstruo.

-No es mi culpa y lo sabes Jennie!- le dije sosteniendo el blanco teléfono y poniendo mi mano en el vidrio que nos separaba. Agradecía que estaba ese vidrio, porque si no ella ya estaría en el suelo con un golpe. -Tu eres el culpable, tú tomaste esas decisiones cariño- sonrió. Esa sonrisa que solía traer luz, ahora solo trae obscuridad. -Mira Yoongi...esto es tu culpa, tú eres un monstruo-

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Me quede viendo esa puerta de madera recordando todo lo que me dijo Jimin. A ella le gusto. ¿Pero ella me gusta? No lo sé. No quiero destrozarle el corazón. Al final la aprecio. Que pereza que esto pase, al fin confía en un hombre y ese hombre la usa. Yo no soy como los demás o al menos no quiere serlo.

Fui al parque donde conocí a Suni por primera vez encontrándome al Daehwi ese. -Mira que aquí está el culo rico!- dijo riéndose a carcajadas como si hubiera dicho un buen chiste. Este tipo me da pena la verdad. -Mira! Que es el spaghetti humano!- dije burlándome de el. Daehwi rio sarcásticamente ya que no le gusto mi comentario. -¿Que pasó con Suni?- Ugh. Vengo aquí a aclarar mi mente y este palo me viene a preguntar de ella. - Nada.- me dirigí hacia el árbol de cerezo que esta en el medio del parque dejando a Daehwi atrás. Me acosté en su sombra viendo los pétalos rosados que caen lentamente de sus ramos. Rosa. Ese color que representa cariño, amor y protección, para mi representa tragedia, dolor y odio. Rosa era la camisa que tenía ella. Ella probablemente creía que era un color que la iba a proteger pero que no lo hizo. Protección? Lo leí una vez en un libro, "El rosado representa protección". Ja! Al parecer aunque lo represente no lo da.

Es tan bello, este árbol. Pero como siempre lo vemos ya no lo apreciamos, igual que Suni. Tan hermosa pero ya vista por tantos que la ven como algo común. ¿Yo estoy haciendo lo mismo? Mis sentimientos me confunden. Sus labios tan suaves pero desgastados. Si... yo no soy el primero y probablemente diga que le guste pero al final no sea así...al menos eso espero. Yo no quiero volver a enamorarme... no puedo volver a sufrir.

-Ya te vi con la nueva estudiante Yoongi- dijo Namjoon sonriendo, haciendo que sus hoyuelos salieran a la luz.-Si... es que es bastante guapa y amigable. Cuando sonríe siento que me muero, no puedo ni respirar...- Namjoon sonrió aun más alegre, cerro sus ojos y hizo su típica expresión que siempre hace cuando encuentra algo lindo. - Te estas enamorando! Harían buena pareja- ese comentaría me afecto más de lo que creí. Mis mejillas se volvieron un rosa intenso y mi mirada se fue a la ventana de mi clase, tratando que ignorar la mirada de Namjoon. Ahí escuché su risa, su perfecta, jodida risa. Ella vino sentándose al frente mío después de despedirse de Jisoo, Lisa y Chaeyoung, sus amigas. Namjoon se despidió con un guiño y dirigí mi mirada hacia ella. Ella tan hermosa y radiante. - Hola Yoongi! Es que quería saber si...- ví que se puso nerviosa y sus mejillas se sonrojaron. - Si- respondí. Con miedo a que en realidad no me iba a preguntar que saliéramos y en realidad iba a preguntar la hora o algo así. - Enserio!? Yay! El sábado a las 4:00 al frente del parque-

Siento algo extraño en mi cara. Algo húmedo y que raspa un poco. Abrí mis ojos lentamente viendo a un perro ( y no me refiero a Daehwi) lamiéndome la cara.- Ugh perro este, ya me había bañando! No tenías que bañarme de nuevo!- reí un poco y acaricié su pelaje largo y blanco. El es más lindo que Felix. Maldito chihuahua ese. Sabes que? Es hora de tener yo un perro.

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Después de bañar al nuevo integrante de la familia, el maltés llamado Yato (igual que al personaje principal del anime Noragami que me vi hace unas semanas). Decidí que debía visitar a Suni, entonces fui. Toque la puerta valientemente encontrándome una Suni que al verme su rostro se iluminó. No me esperaba que me saludara con un beso...en la boca. Puso sus brazos al rededor de mi cuello y pegó sus suaves labios con los míos. Ahí se aclararon todas las dudas. Esos labios los quería sentir todos los días, incluso si están desgastados.

Yo los voy hacer míos.