La zarandeaban, pero aun así no se despertaba, quería dormir y ver que el frío era lo que realmente la arropaba. Respiraba calmadamente, se sentía bien cómo la brisa de la mañana le acariciaba su rostro medio rojo del aire congelado
- ¡Oye, despierta!- sonó una voz familiar que poco a poco escuchaba más de cerca de ella
Quería despertar, pero el frío se lo impedía. La zarandeaban más fuerte aún y por fin pudo abrirlos y como la brisa se metía en sus ojos dejando que parpadeara hasta humedecerlos bien e intentar acostumbrarse a la luz de la mañana. Aclaró su vista y vio como alguien la movía delicadamente; Sans.
- Menos mal...- suspiró- llevo llamándote desde hace 30 minutos... me había preocupado...- su voz sonó entrecortada, ocultaba en ella preocupación y ansiedad
La niña lo miró de arriba abajo mientras Sans parecía como calmarse a sí mismo. Su jersey rojo junto a su bufanda que ondeaba al viento y su colgante de la estrella de cuatro puntas brillaba más que nunca. Se llevó las manos a los brazos. La pequeña se quitó la chaqueta pensando que el esqueleto tenía frío.
- ¡HEY! ¿QUÉ HACES? ESTABA DURMIENDO- gritó Flowey saliendo del hombro de la chaqueta.
La pequeña lo intentó calmar, mas no hubo un buen resultado en él. Sus pétalos se pusieron blancos por una fina capa de escarcha y se movían al paso del viento
- Te he traído esto- dijo Sans sacando un perrito caliente delante de la niña que cogió con gusto. Lo comía con ganas, saboreando cada mordisco ya que sabía que no comería de después de un tiempo. Tras comerlo la niña lo miró y él sonrió amablemente- podemos dar una vuelta y ver el próximo lugar en el que pueda esconderte, esto solo fue provisional...
- Más te vale esqueleto- espetó la flor medio congelado
Sans sonrió y se levantó, extendió su mano hacia la niña y la levantó como si se tratase de un cachorro recién nacido. Era sumamente vulnerable ante la gran cantidad de monstruos que la esperaban.
- Quiero llevarte más allá de Snowdin, ¿Qué te parece?
La niña afirmó con su gran sonrisa en su rostro y pusieron marcha al pueblo nevado.
Pasaron de nuevo por el poblado viendo las tiendas como abrían y algunas todavía estaban cerradas. Al final del pueblo había una cabaña de madera no muy grande decorada con luces y adornos navideños. La niña se posó junto enfrente de ella mientras Sans no pareció importarle mucho aquel lugar, al ver que la pequeña se había parado se giró para ver dónde se encontraba. La vio justo a pocos metros de la cabaña, viendo como las luces de navidad rojas y verdes se reflejaban en sus ojos y su ser. Reflejaba asombro ante la cabaña. Sans se acercó a ella:
- ¿te gusta la casa?- la niña sin apartar la vista de las luces de colores afirmó- je... no te confíes niña, esa casa es más peligrosa de lo que crees...- dijo y lentamente puso de nuevo la marcha hacia las afueras de Snowdin
La niña no entendía que quiso decir, echó un último vistazo a la casa y fue tras su huesudo amigo.
Empezaba a dolerle un poco la cabeza, se la tomó en sus manos y notó pétalos en ella, se asustó, crecían más a pesar de no haber muerto. Miró hacia atrás y vio como caían pétalos a su paso, un camino dorado tras ella. Estaba muy nerviosa, ¿Qué eran esas flores que crecían sin parar en su piel?
- Hey Sweetheart, te llevaré Waterfall, es un sitio muy bonito
La niña le miró y vio a Sans muy alegre, más de lo normal.
Siguieron caminando un buen rato hasta que el suelo nevado desapareció y tornó a uno más oscuro. Llegaron a un estrecho pasillo en el que a la entrada había un paragüero con una nota que decía: "coja uno"
Sans cogió uno y miró a la pequeña, ella le miró dudosa. Cogió del hombro a la niña y la atrajo hacia él, ella pareció sonrojarse ante la acción de Sans y se aferró a su chaqueta. Sonrió y siguieron caminando.
No tardó mucho cuando se puso de repente a llover. No era una lluvia fuerte, más bien era calmada y no era preocupante.
Llegaron al final del pasillo y lo primero que oían era agua correr y poco a poco unas cascadas a lo lejos.
Era un lugar oscuro, donde el agua, de color azul claro, predominaba en el lugar, flores de color azul en las orillas del pequeño río interior y luciérnagas iluminaban los alrededores.
La niña a tal lugar se asombró, no había visto un lugar así nunca. Se acercó a una de las flores y vio como parecían de cristal. La tocó y de ella salió una voz
- Te lo prometo...
La niña retrocedió mientras Sans reía, se inclinó a su lado
- Es una flor Eco, todo lo que digas se repetirá en ellas- dijo y se apartó de ella. Se alejó un poco del lugar hasta que llamó a la pequeña para que no se perdiese. En ese momento vio como la niña le susurraba algo a la flor. Tras terminar se dirigió hacia él- ¿puedo saber lo que le has dicho a la flor Eco?- La niña se llevó el dedo a los labios y sonrió- ya veo...
Caminaron hacia un gran puente de madera. Sans miraba a la chica como su rostro sonreía sin parar. Sin embargo no tardó mucho cuando su expresión cambió totalmente, su mano se soltó de la del esqueleto y calló al vacío.
YOU ARE READING
Flowerfell
RomanceEsta no es una historia cualquiera, entre lo deparado y desconocido que entra esta chica, tendrá que buscar una salida para llegar a casa. Por el camino se encuentra varios monstros sangrientos que intentaran matarla, pero su sorpresa es que revive...