Esta no es una historia cualquiera, entre lo deparado y desconocido que entra esta chica, tendrá que buscar una salida para llegar a casa. Por el camino se encuentra varios monstros sangrientos que intentaran matarla, pero su sorpresa es que revive...
- ¡Sweetheart! – gritó Sans agarrando el cuerpo de la niña – despierta Sweetheart, estoy aquí...
Pero la niña seguía sin contestar, parecía haberse desmayado
- Esqueleto, llevémosla a la muralla – le sugirió Flowey, que estaba en el hombro de Sans. Pero antes de que este se pusiese de pie, la niña le tomó del brazo y negó con la cabeza
- Sweetheart... - la nombraba Sans - ¿Qué ocurre? ¿pasa algo? – la niña volvió a negar de la misma forma - ¿entonces qué pasa?
La niña sonrió y alzó la mano para acariciar el rostro del esqueleto. Sans la miraba entristecido y le tomó la mano
- S-Sans... - dijo la niña. Sans se sobresaltó al igual que Flowey
- Niña... - contestó Sans con la voz un poco quebrada
- Estoy... bien...
- No, no lo estas
La niña acarició la calavera suavemente, a lo que Sans se sonrojó levemente
- Sans... - le volvió a llamar la niña
- Dime Sweetheart...
- No lo voy a conseguir... me siento... mal por no poder salir... - dijo la niña con voz débil – pero a la vez... estoy feliz de conocerte... de conoceros a todos... - sonrió y empezó a notar como gotas de agua caían hasta su mejilla, Sans estaba llorando
- Sweetheart... - abrazó a la niña fuertemente contra él – te amo...
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La morena alzó de nuevo su mano, que temblaba notablemente y secó las lágrimas que caían de las mejillas de su amado esqueleto. Sans, en cambio, le acariciaba dulcemente y Flowey solo podía observar la trágica escena de ambos.
- Siete... - Sans la miró sorprendido de nuevo – siete... son las almas que necesitan... tomad la mía...
- Niña... no voy a hacerlo – le replicó Sans y la morena lo miró. Sans volvía a derramar lágrimas, no podía parar ese sentimiento que le comía por dentro.
- Libera a todos... por mi Sans... - sugirió de nuevo la niña
- Sweetheart... yo...
- Sans... sonríe...
- Niña...
- Sonríe... para mi... Sans...
Sans, a pesar del dolor, comenzó a sonreír, todo sea por su pequeña flor, que poco a poco se marchitaba.
- Estoy... sonriendo niña... estoy sonriendo – contestó con lágrimas en los ojos y besó la cara de la morena – sonrío por ti... Sweetheart...
La niña también sonrió débilmente, ya no podía aguantar más, pues las flores le quitaron su último aliento. Al menos pudo ver a su amado, sonreír por última vez.
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