- ¡¿acaso te volviste loco!? – le gritó flowey – vas a enviarla a la muerte, ¿acaso ya no te importa?
- ¡sí que me importa! – gritó esta vez Sans perdiendo la paciencia – y no voy allí porque sí, allí se encuentra la muralla que nos separa del mundo humano. Sé que ella podrá cruzarla
- Ya claro, como si eso fuese fácil...
- Ya sé que no lo es, pero es la única manera que tengo para que ya no la vuelvan a dañar...
Flowey se quedó en silencio. En verdad Sans tenía razón, la niña ya había recibido lo suficiente en este mundo y debía volver a casa.
Caminaron y terminaron por salir del denso bosque frio y vacío, donde los árboles estaban muertos y no existía cualquier otra cosa que la muerte.
Entraron por otra puerta distinta a la de siempre que entraban en Waterfall, allí deberían tener cuidado, pues Undyne estaría cerca del lugar. Cruzaron los pequeños ríos de agua cristalina mientras las flores Eco cantaban una pequeña melodía y las luciérnagas les guiaban en el camino. Sans y Flowey estaban alerta a cualquier movimiento, pero lo único que notaron fue a la niña que ya se había despertado.
- Sweetheart... ¿dormiste bien? – la niña confusa afirmó y se tocó el rostro, se dio cuenta que ya no podía ver, las flores ya se lo impedían - ¿Qué ocurre? – la niña negó y se apoyó en Sans dando a entender que ya no podía verle
- Tranquila niña, todo estará bien, te estamos llevando a la salida del subsuelo, allí las flores se marcharán y podrás volver a ver – dijo Flowey intentando calmarla, pareció darle un pequeño resultado y pudo calmarla
Ambos sonrieron y siguieron caminando por el ambiente azulado hasta que una flecha del mismo color del agua pasó por su lado y desapareció rápidamente, Sans se giró y allí de pie, con otra lanza en la mano y en posición de ataque, estaba Undyne con una sonrisa de oreja a oreja
- Hola Sans – saludó macabramente
- Hola Undyne y... adiós Undyne – y salió corriendo del lugar
Undyne no se iba a quedar parada allí y les persiguió durante un buen rato, lanzándoles flechas en todas direcciones
- Si Papyrus, los he encontrado, están en Waterfall – anunció por el aparato – le diré a Alphys que esté atenta, es posible que vayan allí.
Sans al escucharla se volvió a maldecir a sí mismo y dobló la velocidad de sus piernas para poder llegar pronto a Hotland y perder a Undyne, pero sabía que tras Undyne estaría Alphys junto a Mettaton.
- ¡cuidado! – grito Flowey, pero tarde cuando una flecha le dio en el hombro a Sans queriendo proteger a la niña. Se había dado la vuelta para que a ella no le diese directamente
- Tch... muy astuto vago, pero esa niña no se escapa de mis flechas – anunció Undyne sin quitar la sonrisa de su boca
- Atrévete a tocarla... - contestó atrevido Sans, sacándose la flecha azulada de su hombro
- A pesar de ser vago, también eres un estúpido... me gusta... - Sans miraba fijamente a Undyne, ella estaba parada frente a él a unos cuantos metros de distancia, lo que no sabía es que Undyne había hecho aparecer más flechas detrás de él, apuntando directamente a la chica que estaba en su espalda. – te daré saludos al rey – y lanzó las flechas a gran velocidad
Apenas Sans tuvo reacción de este movimiento, soltó a la chica y la protegió con su propio cuerpo. Undyne no paraba de lanzarles flechas, entonces, Sans no tuvo más opción que hacer aparecer una gran calavera detrás de Undyne y lanzarle un gran rayo a sus espaldas.
Undyne cayó al suelo mientras Sans se levantaba con dificultad
- Nos vemos Undyne...
- Atacando por la espalda... que cobarde de tu parte Sans... - dijo difícilmente
- No fui yo quien lo empezó... - y se marchó rápidamente del lugar dejando a Undyne en aquel lugar
Corrieron y llegaron a la cueva de la entrada a Hotland, la pasaron y allí se encontraron a Mettaton frente a ellos
- De mí no escapareis – sonrió maliciosamente
- Mettaton, consigue a la niña – le dijo la científica por un aparato que tenía en el oído el gran robot
- Tranquila cariño, esto será divertido – contestó poniendo en marcha las dos grandes motosierras en dos de sus cuatro manos
- No estoy para juegos – dijo Sans y volvió a aparecer la misma calavera delante de ellos, apuntando al robot, el cual rio audiblemente
Sans no se contuvo y le volvió a dar el mismo ataque que le asestó a Undyne hace unos minutos atrás. Para su sorpresa, Mettaton no fue gran problema esta vez, pues con un solo golpe ya estaba destrozado. Dejaron allí al robot y se adelantaron hacia el laboratorio. Allí Alphys los esperaba con varias trampas de lo más agradables. Las pudieron engañar con mucha facilidad y salir de aquel laberinto de fuego y lava.
Ya cerca de la salida de Hotland, algo los detuvo. Una pila de huesos les cortaba el paso y Sans sabía que quién era esos huesos
- Sans... - dijo aquella voz
- "Jefe"
- Entrega a la niña Sans, no quiero obligarte...
- Ya lo estas haciendo hermano... confiaba en ti... - dijo el pequeño esqueleto dándole la cara a su hermano
- Sans, déjala, necesitamos su alma
- ¡OBLIGAME! – le gritó a Papyrus, que este se quedó petrificado – sé que tú también la quieres, que te has sentido bien con su compañía, hasta has sonreído...
- Sans... yo...
- ¡Contesta! Es cierto ¿verdad?
Papyrus miró a su hermano por unos segundos antes de contestar
- Lo siento Sans... - levantó la mano junto a un gran hueso
- Papyrus... - le nombró y el gran esqueleto le atravesó el gran hueso por su pecho haciendo que este cayese junto con la niña y la flor
- ¡esqueleto levanta! – le gritaba Flowey, pero Sans estaba ya inconsciente
Papyrus se acercó a su hermano y lo miró desde arriba.
- Hiciste bien Papyrus – dijo Undyne con unas cuantas vendas alrededor de su cuerpo
- Cállate... - respondió frio y tomó a la niña
- ¡hey, soltadla! – les gritó Flowey también desde abajo
- Tu cállate estúpida flor... - contestó Undyne antes de pisarla
- Déjala Undyne... llevemos a la humana junto al rey... él ya se encargará de ella.
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Flowerfell
RomanceEsta no es una historia cualquiera, entre lo deparado y desconocido que entra esta chica, tendrá que buscar una salida para llegar a casa. Por el camino se encuentra varios monstros sangrientos que intentaran matarla, pero su sorpresa es que revive...