Cap 8- lanzas en el cielo

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La noche era silenciosa, no se oían grillos, ni cualquier otra cosa fuera de la casa. Nada.

La niña se despertó en mitad de la noche, lo había intentado varias veces. No lo conseguía. No podía volver a dormir. Estaba lo suficientemente despierta como para saber que se estaba enamorando de aquel esqueleto. Alzó la vista hacia el piso de arriba. La habitación de Sans estaba cerrada, la de Papyrus igual, Flowey estaba en el suelo dormido. Creo que era la única estando despierta.

Se movía para poder conciliar el sueño, pero eso hacía lo contrario, estaba más despierta que antes.

Se levantó con cuidado y subió las escaleras. Se paró en la puerta de Sans y se quedó parada, por si estaba dormido. No oyó nada al otro lado, asique pegó su frente con la dura superficie de la puerta. No sabía si entrar o dejar y esperar hasta mañana para verle. Se armó de valor y entró en la habitación, Sans estaba dormido, o es lo que aparentaba hacer. Después de estar un tiempo, Sans pareció percatarse de su presencia. Se levantó lentamente de su cama deshecha y miró a la niña, que todavía se encontraba de pie en la puerta.

- Sweetheart... - dijo somnoliento llevándose uno de sus manos a sus cuencas - ¿Qué haces despierta? - La chica negó con la cabeza y empezó a acercarse a la cama - ¿estás bien? – y en un rápido movimiento se metió en la cama con él.

Sans no comprendía lo que sucedía, pero a ver a la chica apoyada en su pecho, pudo ver que se encontraba cómoda. Sonrió y tapó a la morena, se tumbó con cuidado con miedo a despertarla. Por fin se había dormido.

A la mañana siguiente la niña se despertó. Miró alrededor y recordó que estaba en el cuarto de Sans. Al recordarlo se sonrojó. Miró hacia arriba y vio a susodicho saco de huesos durmiendo tranquilamente, abrazando el cuerpo de la chica y como su pecho, a pesar de no tener pulmones, subía y bajaba con tranquilidad.

Se veía tierno, y en un movimiento inconsciente le tocó con suavidad la calavera.

Sans se despertó sobresaltado por el contacto y la miró. Ella se ruborizó al igual que él. Se miraban. Con el corazón gritando de alegría al ver los ojos del contrario.

- Eh... buenos días niña – dijo por fin el esqueleto intentando controlar su sonrojo. La niña le sonrió en signo de buenos días y se incorporó un poco en la cama, Sans hizo lo mismo – ¿cómo dormiste? – la niña afirmó y levantó su dedo pulgar – me alegro – sonrió y se levantó de la cama en dirección a un escritorio totalmente desordenado en donde se encontraba su chaqueta negra. Se la puso y miró a la morena con la misma sonrisa – bajemos, "Jefe"estará esperando 

La niña se levantó de la cama y se puso a su lado, le cogió del brazo.

Ambos bajaron las escaleras y en la sala de estar se encontraba Flowey, quien en su rostro mostraba frustración y enojo. Al notar la presencia de ambos giró su tallo y les miró

- ¿!Dónde te habías metido¡? – le gritó impaciente, tanto que la chica tuvo que retroceder y ponerse tras del esqueleto

- Hey, flor estúpida, no la asustes, estaba conmigo – contestó Sans mostrando tranquilidad. Aunque en verdad tenía ganas de romperle cada pétalo de él – como se ve que la cuidas tanto fue a mi habitación y se durmió, ya que contigo no estaba cómoda – vaciló. Y Flowey desvió la mirada enojado.

Sans sonrió triunfante y le indicó a la chica que ya no había peligro.

- Por cierto esqueleto, tu hermano se ha ido.

FlowerfellWhere stories live. Discover now