Capítulo Nº4

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— Toma asiento —Ofrecí amable para que compartiera con nosotros.

— Oh yo… sería un gusto, pero sería desubicada que interrumpa su desayuno —Sonrió.

— No, no nos molestaría, para nada, hace tiempo que no hablamos —Expresó mi novio.

— De verdad muchas gracias, me encantaría, pero después de todo tengo que salir con mi familia, solo vine a saludar. —Acarició el hombro de Nick.

— Entonces… ¿Nos veremos? —Preguntó Nicholas.

— Seguro, estaremos aquí hasta fin de mes, podríamos salir todos juntos un día ¿Qué les parece? —Me miró con ternura.

— Estaría bien —Aceptó el.

— Genial, bueno ya me tengo que ir, fue un gusto conocerte Megan —Me sonrió a medida que comenzaba a retroceder lentamente.

— El gusto fue mío. —Devolví la sonrisa.

Nuevamente solos.

— Es simpática —Expresé mirando una servilleta.

— Lo es… aunque parece loco que… —Guardó silencio.

— ¿Qué? —Lo miré seria, parecía ocultar algo.

— Nada, nada… solo, una tontera —Esbozó una sonrisa.

— Me interesa lo que piensas, se supone que puedes confiar en mi ¿No?

— Linda, si confío en ti, solo que… puedes que te enojes. —Me miró nervioso.

— Está bien, prometo no enojarme —Me crucé de brazos.

— Veo que no estás enterada de que Miley y yo fuimos novios ¿Verdad? —Me miró serio.

¿Novios? ¿No que solo fue un rumor? ¿O sea es verdad? Diablos.

— Oh este… no, no sabía —Agaché mi mirada.

— ¿Ves?… te enojaste —Regañó.

Levanté mi rostro y lo miré algo apenada.

— No estoy enojada Nick… solo que… —Miré hacia un lado— no tenemos nada parecido, ella es linda y yo… —Me interrumpió.

— Y tú eres hermosa… —Tomó mis manos— Megan… te amo y tú lo sabes, no te dejaría por nada en el mundo… ni por nadie. —Se me acercó y depositó un tierno beso en mi mejilla.

Opté por esbozar una sonrisa sin ánimos.

Terminamos nuestro apetitoso desayuno en solo unos minutos, luego salimos a recorrer el gran hotel, supongo que solo habíamos caminado la mitad, pero ya estaba cansada.

— No doy más… —Musité parada en el paso en seco y atrayendo a Nick a mi cuerpo y así poder abrazarlo.

— ¿Ya estas cansada? —Dijo entre risitas.

— Sabes que no acostumbro a caminar, es demasiado… seguimos a la tarde, hace mucho calor y eso me agota. —Logré decir a medida que besaba su cuello.

— Entonces… ¿Qué planeas hacer ahora? —Sonrió alejándome de él y besó mi frente.

— No lo sé, yo… opto por… volver a la suite y descansar un rato ¿Hoy llega tu familia verdad? —Dije sin interés, pues bastante interés le prestaba a peinar el cabello de él. — Si… —Suspiró sin ánimos— Arruinarán todo, será perfecto hasta que lleguen —Besó mis labios con tranquilidad y luego volvió a alejarse. — Tranquilo, tenemos la suite para los dos, no molestarán mucho —Sonreí. — Sabiendo lo sobre protectora que es mamá… no querrá que nos quedemos solos, supongo que sabrás por qué —Sonrió travieso. — Pero Denisse no sabe qué hacemos esto ¿Verdad? —Articulé nerviosa. — No… recuerda que llevo esto —Me señaló su mano izquierda— Pero según ella… somos jóvenes y las hormonas no se controlan —Risoteó algo incómodo y se llevó una mano a su nuca. — Es verdad —Sonreí— Vamos, será mejor que volvamos pronto. Volvimos a la suite, de verdad ya no daba más… si alguien recorría el hotel tan solo en un día… supondremos que saldría en el libro de record. — Ven aquí —Escuché a Nick detrás de mí, mientras tomaba mi cintura y comenzaba a depositar matadores besos en mi cuello. Solo cerré mis ojos y mordí mi labio inferior para no desatar la locura en Nicholas.

Caminamos hasta llegar al sillón, me volteé y ataqué sus labios con lentitud, sus manos se colaron por debajo de mi polera y rodeé su cuello con mis brazos para así mantenerlo apegado a mi cuerpo y al caer en el sillón no nos alejáramos. Sus labios capturaban los míos a un compás inexistente y sentía como un leve frío envolvía mi vientre… pues mi polera ya iba a la altura de mis pechos. Comencé a desabrochar botón por botón… cuando el maldecido timbre sonó. — Diablos… —Susurró en mis labios. Nos separamos y ordenamos nuestras prendas de vestir. Nick, molesto, se encaminó hasta la puerta al encuentro de quien había interrumpido tan placentero momento. Mi mandíbula por poco atraviesa el suelo cuando mis ojos vieron a dos muchachos en la puerta Joe y Kevin, que mantenía una sonrisa amable. — Kevin… Joe… ¿Qué hacen aquí? —Dijo Nicholas cuando los dejó entrar a la suite. — ¡Megan! —Expresó bastante sorprendido al verme, Kevin. — Hola… —Me di ánimos y saludé con simpatía. — ¿Qué haces aquí? —Sonrió sentándose a mi lado, sin antes haberme dado un gran abrazo.

— Es una gran historia —Murmuré pensando en lo que pronto tendría que inventar a los padres de los chicos. Desvié la mirada a Nicholas que se encontraba detrás de Joe, su mirada era afligida, al parecer no pensaba en que llegarían tan temprano… luego me encontré con la mirada de Joe, estaba serio, su mirada fija en mí y de brazos cruzados. Será mejor que ni se me acerque… ya con lo pasado… fue bastante.

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