Capítulo Nº7

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Mis brazos que al principio estaban inmóviles apegados en el borde, hundidos en el agua, reptaron por el pecho de Joe hasta llegar a su estilado cabello y así poder enredar mis dedos en este, haciendo del beso… algo más profundo.

Sus manos acariciaban mi cintura con mayor locura a medida que los segundos pasaban, al igual que aumentaba la velocidad del beso.

Sentí como sus manos se deslizaban por mis piernas. Tomó de estas y con lo liviano que se hacían los cuerpos en el agua le fue fácil lograr una perfecta llave en su cintura. Conmigo a cuestas y sus labios bajando por mi cuello hasta llegar a mis hombros y devorarlos sin compasión, caminó hacia la orilla, salió de la piscina y en brazos me llevó hasta la silla de playa cubierta por mi toalla. Se recostó sobre mi cuerpo y ahora podía recorrerlo con sus manos todas las veces que quisiera. Cuantas veces rogué a mis neuronas reaccionar frente al gran error que estaba cometiendo, pero no, los besos, las caricias… las hormonas eran más fuertes. Ladeaba su cabeza cada segundo para ir aumentando la velocidad y la comodidad en nuestro beso. Yo solo era capaz de tomar de sus mejillas y disfrutar el momento. Posesionó sus manos a mis costados al inicio de mis costillas, tomando de mi cuerpo y ejerciendo presión con el de él, así comenzó con una serie de movimientos sobre mí. Su actuar me dejó profundamente ida y mordí su labio inferior para disminuir las ganas de largar un gemido. — Te deseaba tanto —Susurró al alejarse centímetros de mis labios. Abrí suavemente mis ojos y me encontré con los de él… ¡Dios! Yo no podía estar haciéndole esto a mi novio… yo amaba a Nick. Sentí como un desagradable nudo se formaba en mi garganta, la angustia me comía de a poco y aún seguía sin mover ni un solo músculo con Joe sobre de mí.

Besó mi cuello y luego mis hombros, comenzando a bajar hasta llegar a la loma de mis pechos, finalmente reaccioné. Delicadamente lo hice hacia un lado y comencé a buscar mis cosas sin pronunciar ni una sola palabra. — Megan… ¿Qué sucede? —Preguntó confundido. — ¿Qué es lo que sucede? —Pregunté con rabia entre un sollozo, girándome para mirarlo. Solo me quedó mirando serio. — Maldición… ¡No te quiero! —Exclamé— Solo quiero, amo y adoro a una sola persona… ¡Y no eres tú! Es tu hermano… —Llevé una de mis manos a mi mejilla y sequé una lágrima— ¿Qué planeas? ¿Ah? ¿Acaso es besarme, engatusarme, ponerme en contra de mi novio y luego lastimarme doble? Porque si bien lo recuerdo, eso fue lo que hiciste conmigo… — Megan yo… de verdad te quiero —Se levantó para acercarse, pero me alejé. — No te quiero cerca maldita sea… no quiero nada de ti, ni si quiera escuchar tu voz, tus malditas palabras que solo me hacen daño día a día… —Sollocé. — ¡Es verdad! —Gritó— ¡DE VERDAD ME GUSTAS! —Sonó desesperado. — ¿¡AH SI!? —Grité— ¿¡ENTONCES POR ESO ANTERIOR MENTE ME DAÑASTE COMO NADIE LO HABÍA HECHO!? ¡ME ENGAÑASTE! ¡Bien hecho Joe! —La últimas tres palabras fueron pronunciadas con sarcasmo. — Fui un estúpido, lo sé… pero Megan, de verdad te quiero y… —Guardó silencio. — ¿Y qué? — Prometo que como sea comprobaré quien es tu novio… —Dijo con rabia apretando sus puños.

Mi novio me quiere y nunca me engañaría, porque es eso lo que hacen las personas que quieren a otras, no son falsas ni nada… ¡Me tenía metido en la cabeza que te odio Joe! Y prefiero dejarlo así. —Recogí mi vestido y me vestí. — ¿Me odias? —Susurró. Lo miré y ahí estaba, su mirada delataba las ganas de soltar la rabia y el llanto, pero no, no lo haría. — No lo sé… —Articulé mirándolo directo a los ojos— Dije que es lo que prefiero pensar… —¿Por qué lo dije? Ahora se haría la idea de que puede conquistarme o algo parecido— Déjame en paz… —Susurré y sin pensarlo dos veces salí corriendo del terreno. Al llegar a la habitación me la encontré vacía aún… por lo que el nudo en mi garganta creció y se soltó enseguida. Me tiré en la cama y dejé escapar el llanto, apreté con rabia la almohada que abrazaba. El llanto junto al cansancio del día me venció y caí en un profundo sueño. Sentí que acariciaban mi frente con delicadeza, abrí mis ojos lentamente y me encontré con Nick sonriendo… al parecer me había quedado dormida hace poco, pues aún era de noche. — Hola. —Susurró recostado a mi lado. — Nick… —Susurré— ¿Qué hora es?

Las… 3 de la madrugada —Correcto, hace poco me había dormido— Lamento la tardanza, la cena se demoró —Sonó sincero. — Nick… —Sollocé y me lancé sobre él para abrazarlo con fuerzas— ¿Me amas verdad? — Claro que si ¿Por qué dudas de eso? ¿Sucede algo? —Acarició mi espalda. — Te amo —Sollocé dando pausados besos en su cuello— ¿No me dejarás nunca verdad? —Me refugié en supecho. — Nunca te dejaría amor, sabes que eres lo más importante para mí —Besó mi cabello. Cerré mis ojos y dejé a que, una vez más, el sueño me llevara. 

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