Capítulo Nº15:

170 11 0
                                    

Nunca había besado sus labios con tanto cariño, con tanta ternura… con la calidez de un verdadero beso. Con amor.

Besos anteriores con él, solo habían sido lujuria, esta vez era completamente diferente.

Sentí como de a poco su cuerpo se iba acomodando perfectamente sobre mi cuerpo y este se iba haciendo hacia atrás producto a la presión que él ejercía.

Tomé su rostro entre mis manos para no perder el exquisito ritmo que llevábamos. De a poco su boca se iba expandiendo, si, muy de a poco para luego incorporar su deseosa lengua de un encuentro con la mía, sin antes recorrer toda mi cavidad bucal… deslizándose con ternura en mi paladar y luego danzando junto a la mía. Sus manos acariciaban verticalmente mis brazos por debajo de las brasas. Mi cuerpo se estremecía y así arañaba su espalda sobre la fina tela de su polera. Lo estaba disfrutando y eso no era bueno, pero en estas circunstancias no podía pensar, solo quería llenar de cariño el gran y oscuro agujero que había dejado Nicholas.

—Lo siento, como lo siento… —Expresó separándose de mis labios de una forma repentina y se alejó.

¿Qué le sucedía? Siempre quiso que esto pasara y ahora que le correspondía a gusto se separaba de mí.

Me quedé en silencio y agaché mi rostro.

—No quiero que pienses que hago esto por… —Guardó silencio y sentí su cálida mano sobre la piel de mi brazo bajo las tibias frazadas.

—Entiendo… —Él no quería que pensara que hacía esto por aprovechar mi triste y deplorable situación— No te preocupes, estoy bien… —Murmuré tratando de buscar su mirada perdida en el suelo.

Me acerqué a él y levanté su rostro tomando suavemente su mentón con una mano.

—Está todo bien —Sonreí tratando de transferir confianza y ánimos en él— siento frío, sería bueno que subamos al auto.

Me acerqué hasta su mejilla y deposité un delicado beso, luego me giré y me incorporé en el auto.

Como lo habíamos hecho al principio yo en la parte trasera y en el asiento del conductor.

Me sentía feliz de estar cómoda, ok… no perfectamente cómoda, pero era mucho comparado a como dormía él sentado en el asiento.

— ¿Estás cómodo ahí? —Fui curiosa. El notar mover su anatomía de un lado a otro tratando de buscar una posición en la que quedara a gusto lograba hacerme sentir culpable.

Se volteó a mirarme aún sin decir nada y sonrió.

—Lo estoy. Gracias —Sonrió.

—No seas mentiroso —Reí y me hice hacia un lado dejando espacio suficiente a su cuerpo— Ven aquí… —Palpé los asientos.

Me miró serio y no se movió.

—Luego no me eches a patadas ¿Si? —Río.

—Claro que no —Acompañé su risa.

Se cambió y terminó recostado a mi lado. Siendo un espacio muy pequeño el que teníamos nuestras narices rozaban.

— ¿Segura que no estás incómoda? —Preguntó mirándome directo a los ojos.

—No —Susurré sin perder el contacto visual— Quería darte las gracias por… no lo sé, estar a mi lado y abrirme los ojos… Joe… te quiero. —Suspiré y me levanté un poco para levantar solo un poco mi cuerpo y quedar sobre su pecho.

—No sabes lo que dices —Suspiró apenado, por lo que me obligó a mirarlo.

— ¿De qué hablas? —Arqueé una ceja.

—Necesitas cariño, necesitas que alguien esté a tu lado y lo estaré, pero luego… no quiero perderte y si… —Lo interrumpí.

—No necesito cualquier cariño Joe. Necesito tú cariño —Susurré cerrando mis ojos.

Quedamos en silencio, ambos sin mover ni un solo músculo— Tócame… —Suspiré.

Tomé una de sus manos y las llevé a mis pechos.

—Megan... —Suspiró nervioso.

—Solo… hazlo. —Lo miré a los ojos.

CrazyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora