Ciempiés parte 2

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Alexia.

Aléjate de mí, aléjate de mí, aléjate de mí, por favor, por favor, por favor, por favor, ya basta, ya basta, te mataré, te mataré, te mataré, lo haré, lo haré; esos eran mis pensamientos, eso era lo que quería decir pero no me atrevía a decirlo. Aún seguía en este infierno, aún seguía sintiendo dolor, aún seguía sangrando, me quiero ir de este infierno, de esta pesadilla, esta maldita pesadilla... ya quiero despertar, pero no es un sueño, siento dolor, veo como la sangre sale de mí, veo como me clavan y me hieren mi cuerpo, veo mis manos al ver que no tengo uñas, todo esto es real.

Siento odio a todo esto, odio que me toquen, odio que me torturen, odio esto, odio todo... ¿Qué harían ustedes en este caso? Buscarían la solución posible para salir de este infierno, ¿verdad?, están en lo cierto, yo sigo buscando el momento preciso para salir de este infierno, cuando lo tenga no lo desperdiciaré, voy a salir de este infierno así me cueste la vida, me cansé de esto, me cansé de sufrir, me cansé de ser torturada.

— Niñata —escuché la voz de una mujer, levanté mi mirada a ver quién era, era la lunática, tenía un cuchillo en su mano derecha.

— Ya basta, ten piedad de mí —Ríe sin importar nada, sin importar mis heridas, sin importar mi dolor.

— Tranquila, pronto te iras de aquí —dijo.

— ¿De verdad? —pregunté esperanzada.

— Muerta, pero te iras —dijo para luego comenzar a reírse como loca.

— No me gustan tus bromas hija de puta —dije y sonreí al terminar de decir eso.

— Vuelve a decir lo que dijiste —dijo caminando en dirección hacia mí.

— Hija de puta —repetí, y recibí un golpe de su parte en mi abdomen, me quedé sin aire y un poco de sangre salió por mi boca, mi respiración se vuelve agitada, no puedo respirar bien.

— No vuelvas a decirme así, si no quieres que te pase algo peor —dijo moviendo su muñeca en forma de circulo.

— Te mataré, lo prometo —dije escupiendo al suelo y salió un poco de sangre.

— No puedes conmigo, soy tu peor pesadilla. Yo misma destruiré tu felicidad, haré que te quedes sin nada, sin dinero, sin ropa, sin comida, sin amigos, sin nada hasta que vengas a pedirme un pedazo de pan —y empezó a reír.

— Eso nunca pasará si yo lo impido —dije.

— ¿Tu? —dijo entre risas y empezó a reír más fuerte hasta que se escuchara en toda la habitación—Me haces reír niña estúpida, eres igual a tus padres —volvió a reír.

— Si sigues riendo así, te vas a orinar en los pantalones, asquerosa —dije entre risas, se sorprendió y se acercó a mí y volví a recibir otro golpe en mi estómago, mi respiración se volvió agitada, bajé la mirada y todo empezó a darme vueltas, me estaba mareando del todo, y volví a recibir otro golpe en mi estómago más fuerte que el anterior, la sangre salía por mi boca otra vez.

— Muy graciosa niñata —dijo y caminó en dirección hasta la puerta para luego salir de la habitación quedando yo sola en esta.

Estoy mareada, la vista se me nubla, siento que pronto terminaré desmayada aquí sentada, levanté un poco la mirada, a unos pasos lejos de mí estaba la figura femenina volteada viendo en dirección hacia la puerta, todo se me torna negro, la vista se me nubla más.

— Oye... —dije.

-¿Si? —dijo ella.

— ¿Qué haces aquí?, ¿por qué siempre vienes a verme? —pregunté.

¿Quién es Annie? #BlueStarAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora