C A P I T U L O 18

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No sé exactamente cuanto tiempo me quedé ahí con el celular en mi mano pegándole a mi oreja hasta que oí a Min despedirse. Pase por tres fases: la negación; "Seguro debe estar jugando, solo quiere preocuparme. Él no sería capaz de hacer nada malo. Si estoy segura, debe ser para llamar la atención y no la mía sino la de HaNeul. No le llamó a ella porque de seguro que se daría cuenta de eso muy rápido y me esta usando para eso". La aceptación; "Analicemos con cuidado, el último día que lo vi Min estaba raro, y en toda esta semana no vino y para completar él y HaNeul habían terminado. Seguro que debe estar mal por la ruptura y si hizo algo malo y los que lo vieron como lo buenas personas que son - nótese el sarcasmo - exageraron los hechos". Y la preocupación; "Pero y si le paso algo realmente mal. No, y si lo culparon al inocente de Min YoonGi por robo... O tal vez el agredió a alguien por defensa propia... Y si por eso esta tan mal que lo de la fianza solo fue una disculpa y solo quiere que lo acompañe al hospital". Sentir eso no fue nada bonito.

La estación de policías o como yo le llamaba "cuartel de los rateros con uniforme" estaba a casi una hora de donde me encontraba, claro eso era caminando. Sin contar que debería ir a casa inventar una excusa -porque vamos no sería bonito decirle "papá voy a ir a la estación de policías para pagar la fianza de mi amigo" eso solo empeoraria la situación. Además de que no sólo sería discutir con mi padre por mis "malas amistades" sino también sería discutir por lo que no me dejaría salir de casa, lo cual resultaría con que yo escapara de casa para salvar el pellejo de Min YoonGi. Y no olvidemos que al volver estaría de castigo de por vida - Buscar y sacar todo el dinero en todos mis escondites porque el jovencito se le olvidó decirme la cantidad de dinero que tenía que llevar. Y yo estaba lo suficiente sorprendida como para preguntar la cantidad.

A pesar de que odiaba correr, lo hice. Porque se supone que los amigos deben estar en las buenas y en las malas y él chico estaba en una mala situación. Yo no me consideraba en totalidad su amiga, pero el hecho de que Min me hubiera llamado me hizo pensar que si.

Al llegar a casa a penas salude a mis padres y me fui corriendo a mi cuarto para botarme en mi cama y así poder recuperar el aire perdido para mis pulmones. Cuando me tranquilice busqué debajo de mi cama, en el joyero, en mi gaveta de ropa, en una caja de zapatos, en mi mochila, en la cajita donde coloco mis lentes, detrás de la tele y del computador, en la gaveta de chalinas y en un libro secreto en mi estante. A penas saque el dinero de los escondites lo puse en una cartera. Me quité el uniforme y me puse un jean azul claro rasgado, una blusa de tirantes negra con una chaqueta de cuero del mismo color. Unas botas al estilo militar, negro. Y me hice una coleta alta. Ajuste los lentes y salí de mi cuarto en busca de mi padre.

- ¿Papá?

- Tu padre salió - me dijo mamá - Puedes llamarlo. ¿Es urgente?

Si.

- No mucho pero creo que te interesará.

- Habla de una vez niña.

- Un chico me invitó a salir. - dije lo que ella quería oír - Y buscaba a papá para pedir permiso...

- ¿Un chico?

Es hora de la mentira. O la verdad retorcida.

- Si, él no está en mi curso. Pero lo vi tan avergonzado y nervioso que no pude decirle que no.

- Ay... Mi niña esta creciendo... Claro que puedes ir. Yo hablaré con tu padre o le diré que salir a hacer la tarea con tu amiga.

- Gracias mamá - la abracé y cuando estaba por salir ella me llamó.

- Sun... ¿Cómo es él?

Describí a Min no tan detalladamente. - Es un chico de piel pálida, flaco, me gana por unos cinco centímetros, creo... Tenemos gustos similares. - como dormir.

Los opuestos NO se atraen »Min YoonGi•BTS« TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora