La Vita Di Rosa

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-¡Debes de colocar las fichas correctamente o no funcionara! Le ordenaba Asami sentado en el sofá a Akihito quien organizaba unas fichas de dominó.

-¡Eres bastante mandón! ¿Lo sabias? Pobre de tus subordinados. Respondía el rubio tratando de colocar las fichas y no arruinar el efecto domino. –Para ti es más sencillo, sentado allí dándome órdenes.

-Tú fuiste el de la idea, además te recuerdo que hace poco llegue de un viaje muy agotador y no tengo energías, así que deja de chistar y sigue.

-¡Ah no! ¡No más! Me duelen las piernas. Akihito se incorporaba mientras se masajeaba sus muslos. –Hagamos otra cosa.

-¿Qué propones? Pregunta Asami colocándose de pie.

-¡Cenar! Tengo hambre

- ¡Sí! Yo también. En un rápido movimiento, Asami agarra al rubio de la cintura y lo conduce hacia una pequeña mesa que había en el centro de la sala. -Levanta tus caderas.

-¿No se suponía que estabas agotado? Pregunta Akihito mientras se apoyaba con sus antebrazos en la mesa, elevando sus caderas.

-Lo estoy. Asami le quita rápidamente los pequeños shorts al rubio e introduce dos de sus dedos, provocando que Akihito gritara algo duro.

-Esta algo pegajoso y viscoso. ¿Tú mismo te preparaste?

-Llevamos casi un año en estas ¿tú que crees? Respondía Akihito entre jadeos y suspiros, mientras se pellizcaba sus pezones.

Acto seguido, Asami saca sus dedos de la entrada, lo agarra y gira el delgado cuerpo del rubio mientras se metía entre sus piernas y empezaba a frotar su miembro contra la entrada del menor. –Huele a dulce.

Akihito soltó una picara risa. -¡Vengo de Candilandia! En esos instantes, el rubio alzo su ceja derecha mirando los dedos del varón.

Asami lamio sus dedos con la punta de su lengua. - ¿Te preparaste con una loción dulce?

El rubio empezó a rosar sus caderas contra el duro miembro de Asami. -Esos pequeños no son importantes en estos momentos, hay que concentrarnos en los pequeños placeres que nos da la vida... ¡Hazlo ya!

El mayor bajo un poco su pantalón de pijama, coloco la pierna izquierda del rubio en su hombro, notando que este tenía una marca morada en su tobillo. Al instante, introdujo rápida y bruscamente su palpitante miembro.

-¡Ha! Me... me gusta cuando... cuando eres salvaje conmigo. Exclama Akihito tomando grande bocanadas de aire.

Al instante, Asami apoya sus manos en la mesa, colocando cada una a los costados de la cara de Akihito, quien inmediatamente abrazo el cuello del mayor, mientras lamia el lóbulo de la oreja de este.

-Deja de estimularme. Respondió Asami entrecerrando sus ojos, provocando que el rubio se riera. –Eres insaciable ¡Kaito!

-¡Lo soy! Responde el rubio mientras seguía lamiendo el lóbulo de la oreja de Asami.

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-Pero mi cumpleaños es mañana ¿Por qué lo vamos a celebrar hoy? Preguntaba Akihito quien se amarraba las botas de los pantalones que Asami le había prestado.

-Porque tú ya tenías planes para mañana, además los días sábados siempre son más animados. Asami tomaba las llaves de su auto. -¡Vamos!

-¿Y a dónde iremos?

-A un lugar que combina con tu cara y tu personalidad inquieta. Respondió el mayor tomando de la mano al rubio, saliendo del apartamento.

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Nosotros Los MiserablesWhere stories live. Discover now