Un suspiro ahogado se escapo de mis labios al ver de quien se trataba. Era ese hombre otra vez, estaba en mí casa nuevamente,
– ¿ Que haces tú aquí? – pregunté irritada, sentándome sobre la cama. No era la primera vez que lo veía , no era la primera vez que se infiltraba en mi hogar.
– ¿Como te atreves a meter a un hombre en mí casa? – pregunto molesto, su mirada se fijo en mi. Sus ojos destellaban furia, su mandíbula estaba tensa y sus puños cerrados. Lo mire de pies a cabeza, la habitación estaba poco iluminada pero era lo suficiente para notar que él estaba completamente desnudo.
– ¿Tu casa? Usted esta demente señor… – me puse de pié y caminé hacía la puerta pero su brazo me detuvo. – No me toque o llamaré a la policía – Amenacé entre dientes. No entendía que hacia él aquí, como entraba a mí casa, porque andaba siempre desnudo.
– No me iré hasta que saques a ese tipo de mi casa – Tomo mi brazo y hizo leve presión, dolía un poco pero era soportable.
– Yo no lo echaré de mi casa, Jin es mi novio y estará todo el tiempo que a mi se me plazca… ahora le pido por favor que se marche o llamare a la policía – amenace nuevamente. Soltándome de su agarre de un brusco movimiento.
Él me miro fijamente unos segundos, que a mi parecer fueron horas, me empujo, haciéndome caer sobre las sabanas y salió disparado de la habitación.
Me paré de golpe y corrí tras él intentando detener sus pasos.
– No, no lo hagas – rogué tomándolo por la cintura, intentando frenar sus pasos. Estaba en la mitad del pasillo, rumbo a mi habitación. Si Jin lo veía en ese estado, furioso y completamente desnudo, dudaría de mi fidelidad. Aunque pesándolo bien, yo le había sido infiel. Aquel pensamiento me shockeo, sacándome de la realidad unos segundos .Él aprovecho para hacerme a un lado y seguir su paso.
– ¡Lo haré yo! – dije llamando su atención. Él giro y me miró fijamente. – ve al cuarto de mi madre, le diré a Jin que se vaya – Asentí.
