— Vete a la mierda — bufe molesta poniéndome de pie. Camine directo hacia la puerta, oí que el me maldijo en voz baja pero le reste importancia.
Fui directamente al baño y cerré la puerta con llave, por si a el se le ocurría entrar. Me despoje de mi ropa y me metí bajo la helada lluvia artificial. Mi cuerpo de contrajo inmediatamente y mi piel se erizo. Mi temperatura corporal disminuyo y alejo todos aquellos deseos. No caería, si quería tener sexo con el y no lo negaba. Pero no caería ante sus juegos, esa actitud de niño arrogante me sacaba de mis casillas.
El necesitaba de mí, según sus palabras. El era quien me necesitaba para vivir y no al revés. Yo estoy completamente segura de las sensaciones que el causa en mi cuerpo pero no podía perder mi orgullo por sexo…no me permitiría.
Oí el ruido de la puerta, Yoongi quiso forzarla pero no lo consiguió.
— ¡VETE IDIOTA! — Grite molesta.
— De acuerdo, aceptare tu decisión —Respondió. Se notaba lo furioso que estaba por el tono de su voz.
Termine de ducharme y salí del baño. Mire alrededor y YoonGi no estaba. Rodé los ojos y fui directo a mi habitación, tampoco estaba allí. Sin mas me acurruque en mis sabanas ,cerré los ojos y dormí.
Al siguiente día me levante gracias a que mi madre me despertó. Ella debía irse nuevamente al hospital, la abuela estaba en un estado muy delicado y necesitaba de un apoyo emocional allí. Suspire pesadamente y baje las escaleras. Vi a aquel gatito blanco sobre el sofá, moviendo su cola de un lado al otro.
— ¿Cómo se llama? — pregunto mi madre tomando su cartera. Yendo hacia la puerta.
— Yoongi — respondí sentándome sobre el sofá y poniendo al gato sobre mi regazo.
— Que feo nombre para un gato… mejor llámalo Suga — sugirió — su pelo es igual que el algodón de azúcar — explico al ver mi reacción.
— De acuerdo — asentí y mire directamente a los ojos a Yoongi. — Hola pequeño Suga — agudice mi voz en notable burla, sus ojos reflejaron rabia y hundió sus uñas en mi piel.
