— Mierda — musité molesta.
Mi madre se marchó dejándome sola con Yoongi. Él me ignoraba completamente así que subí a mí cuarto y dormí una larga siesta.
Abrí mis ojos lentamente. Miré a mi alrededor, la luz tenue iluminaba escasamente la habitación. Me levanté, salí de mí habitación y atraviese el largo pasillo. Todo era silencioso...
Bajé las escaleras y visualice a Suga sobre el sofá. Me acerqué a él y me senté a un lado. Miré el reloj que colgaba en la pared, este marcaba las 18:40. Había dormido medio día.
— Suga ¿tienes hambre? — pregunte encendiendo la televisión.— tsk~... — bufe al ver que el me ignoraba completamente. Estire mis manos y lo acaricie. Sentí como su piel ardía bajo mi tacto.
— Suga tienes Fiebre — dije alarmada, poniéndome de pié. Él solo me miró y mascullo un maullido. — No te entiendo — negué.— te tienes que transformar — pedí. No podía entender lo que él intentaba explicarme.
— Necesito que me hables claro — explique. Él solo maullaba y gruñia. Estaba hirviendo de fiebre y no entendía sus gestos. — Tranformate en humano — ordene seria, ya cansada.
En unos segundos volvió a ser Yoongi. Su piel estaba pálida y cubierta de sudor.
— ¿Que te sucede? — pregunté nuevamente. Él intento ponerse de pié pero perdió el equilibrio y cayó sobre el sofá, sobre mí. Su piel ardía y sus mejillas estaban completamente rojas.
— me duele... — murmuró él dolorido. Lo acomode sobre el sofá y corrí al baño. Regresé con paños húmedos y los dejé sobre su frente.
El tiempo pasaba y la fiebre no bajaba. Él no podía hablar y sus ojos estaban entrecerrados. Estaba completamente preocupada. No se veía bien, ofrecí llevarlo al hospital pero él de negó.
— Mierda... — murmure caminando de un lado al otro. Ya había oscurecido, mí mamá vendría en cualquier momento.
Una loca idea cruzó por mi mente... Negué rápidamente borrando aquel pensamiento... Aunque cabía la posibilidad de que funcionara.
Inhale hondo y me arrodille frente a él.
