Capítulo Doce y 1/2

26 3 0
                                    

La raíz de todas las pasiones es el amor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación. 

Lope de Vega 

Lope de Vega 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ALICE

Tres días pensando en la mejor estrategia para demostrar que Andrew era gay o mejor dicho, tres días juntando el valor suficiente para llevarla a cabo y todo se desmoronó cuando sus labios atacaron los míos haciendo tambalear mi cordura.

Poco me importó estar en su despacho donde cualquiera podía entrar, derretida en un charco de placer mis pensamientos se centraron en una única idea, disfrutar de sus labios y tocar su cálida piel.

– Esto es una locura – susurró entre beso y beso

Aferré las manos a su cabello obligándolo a seguir lo que habíamos empezado, no quería que se detuviera, no ahora, no nunca. Sus labios apremiantes profundizaron el beso, su lengua y mi lengua se trenzaron en una épica batalla de pura pasión. 

Lo deseaba y él me deseaba, podía apreciarlo en el bulto creciente de su entrepierna que se restregaba contra mi bajo vientre.

Los frenéticos latidos de mi corazón se intensificaron cuando sus manos bajaron por la curva de mi espalda pegándome más a él. Una necesidad primaria y ardiente evaporaba mi sangre, una que nunca sentí y que llegué a pensar era una fantasía de las novelas de romance que leía en mis escasos tiempos libres.

Sus dedos se enterraron con fuerza en la curva de mis nalgas y forzaron mis piernas a enredar su cintura. Envuelta en la bruma del deseo le sentí movernos hasta lo que supuse sería el escritorio, mientras sus besos recorrían mi cuello.

– Pídeme que me detenga porque no puedo tomar esa decisión. – dijo mirando hacia el techo como si de esa forma pudiera obtener fuerzas.

Apoyé mi nariz en la base de su cuello perdida en el embriagante olor de su piel, tan hermoso y entregado al más puro de los placeres, mientras luchaba en su interior por hacer lo correcto cuando ninguno de los dos lo quería.

Érase una vez... Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora