CAPITULO 5

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Canción: Call out my name - The weeknd

He llegado a la mansión junto a los hombres de Bruno, sin embargo he decidido no entrar debido a órdenes dadas por él mismo pidió esperar a que su auto regrese.

Observo a mí alrededor, el ambiente sin duda alguna luce más tenebroso por las noches, es desolado y un escalofrío se cuela por mis huesos al vernos en aquel lugar. Las luces de un automóvil se extienden iluminando todo el camino finalmente termina estacionándose a un costado de la acera.

Bruno baja del auto dirigiéndose hasta donde nos encontramos.

- ¿Te encuentras bien? - pregunta mientras asiento y le doy un leve "si" a su respuesta.

- ¿Tú estás bien?

- Si, no te preocupes, me he encargado del asunto.

Trago saliva.

- Es mejor entrar a casa – articula.

Bruno avanza delante de mí, lo sigo y antes de cruzar las puertas uno de los guardias se arrima hasta su lado para susurrarle.

- Don el señor Petrov lo está esperando adentro - el hombre de la entrada ha elegido un mal momento para mencionarle aquello.

- ¿Puedo saber porque demonios dejan entrar a Petrov a mi mansión sin hacérmelo sabe antes?

- Mi señor, nosotros sólo hacíamos nuestro trabajo.

- ¡Nosotros ni mierda! Hablaremos de esto después - el grito provoca que retroceda lejos de ambos.

En cuanto entramos a la mansión un hombre cuya figura había estado oculta por la poca luminosidad se adelanta a recibirnos. Su aspecto es mayor, unos sesenta, es de contextura gruesa y su rostro no me hace confiar en él, en especial cuando nos da una leve sonrisa.

- Bruno ¿Cómo has estado? Espero que estés muy bien.

- Lukyan ¿A que debo tu visita tan sorpresiva? - recalca esa última palabra arrastrándola con el tono de irritación que ha querido disimular desde hace unos segundos.

- He llegado de Rusia junto a mis hijas, no dude en saludar a un viejo amigo.

Una carcajada resuena por todo el pasillo.

- Sé por dónde va esto.

- Oksana deseaba conocerte.

- Camila, por favor sube a la habitación - me ordena mientras aún sigo de pie oculta por su ancha espalda.

- ¿Vives con una mujer? - la mirada del hombre se conecta con la mía por encima del hombro.

- No te metas en mi vida Lukyan, no le doy explicaciones a nadie, menos a ti.

El hombre queda pálido ante la respuesta de que le ha dado.

- Fue una estupidez de mi parte preguntar eso, es solo que no creí que aquello de no vivir con ninguna fuera cierto.

La mirada de Bruno me advierte que no he hecho lo que ha pedido. Tampoco tengo idea de qué clase de tipo sea ese hombre, pero no voy a quedarme allí para averiguarlo.

- Buenas noches - mi voz suena temblorosa, subo los escalones para llegar a la habitación dejándolos atrás.

No voy a soportar un día más aquí con la presencia de tipos que intimidan a cualquiera. Debo mudarme lo más pronto posible.

Debería sergir buscando sin descanso en los anuncios del periódico habitaciones en renta.

Me deshago del vestido junto a las zapatillas acomodándolo en una esquina de la habitación, una suave pijama de seda se vuelve mi opción para dormir, hago a un lado las sábanas y me meto a la cama para dormir plácidamente.

Pasión Italiana (Ya en Físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora