Pasión Italiana (Ya en Físico)

Capítulo Extra

Canzone per te - Il Volo

El italino tenía puesta la mirada en su esposa contemplandola mientras dormía,podría jurar que ella era la mujer más hermosa que había visto en toda su vida.

Por primera vez después de tantos años se sentía orgulloso de haber logrado algo bueno y puro en su vida. Ella y su hijo eran lo más valioso para él. La sonrisa de ella se lo recordaba cada instante en su vida.

- Buenos días - respondio su esposa dándole una leve sonrisa y pasando sus manos por su mejilla.

- Ciao la mia dea - respondió él dándole un suave beso en los labios.

- ¿Qué hacías? - su esposa lo miraba extrañado, no era la primera vez que lo veía a un lado suyo temprano por las mañanas observandola tan dulcemente.

- Miraba a mi bella esposa.

- ¿Donde esta el bebé? - pregunto Camila levantándose de la cama directo hacia la cuna de su hijo, lo encontro durmiendo placidamente.

El pequeño era la copia idéntica de su padre, ojos azules profundos, cabellos negros y un nariz pronunciada.

- Duerme como un ángel - suspiro Camila al ver a su bebé, mientras su esposo la rodeaba con su brazos.

Salvatore había llegado a sus vidas hace casi un año, y la alegría los invadía por dentro. Bruno jamás se había sentido el hombre más feliz del mundo, como se estaba sintiendo ahora.

- Nuestro ángel - sonrío él pasando sus manos por su cintura.

Camila amaba incondicionalmente a su esposo, habían pasado muchas cosas juntos pero siempre la vida les sonreía. Recordo cuantos tragos amargos se habían interpuesto en su camino,pero ellos ya yacían en el pasado, su vida en Bali era maravillosa.

Aunque ella quisiera volver a New York o almenos a Seattle, allí vivían dos de sus grandes amigos.

- ¿Vamos a quedarnos toda nuestra vida aquí? - pregunto Camila a su esposo enarcando una ceja.

- Sólo si tu quieres - se encogió de hombros el poderoso hombre.

- Bruno... - desde que se habían casado su esposo no podía negarse a todo lo que ella pidiese, ella era la luz de su vida y haría todo por hacerla feliz.

- ¿A donde quieres ir?

- Quiero regresar a casa, nuestra verdadera casa.

Por el momento ambos sabían que no podía ser posible, la situación aún era complicada, él había pasado a ocupar el más alto rango en la mafia italiana, lo cual orginaba tener que lidiar con varios enemigos a su alrededor.

Bruno dio un leve suspiro.

- Quizás en tres años podamos volver.

Eso era más que suficiente para ella, esperaría el tiempo que fuera necesario para ver a su familia crecer. Recordo que desde hace una semana tenía nuaseas y leves mareos. Estaba segura de que estaba embarazada pero no quería decirle aún nada a su esposo, quería que fuera una sorpresa.

- Iré a ducharme - se introdujo en la bañera y dejo que el agua caliente relajara cada parte de su cuerpo.

Su esposo estaba abajo resolviendo algunos asuntos pendientes con el jefe de seguridad.

Sonrío cuando la vio bajar las escaleras en compañía de su hijo, el pequeño ya daba algunos pasos y eso lo hacía feliz.

- Ahí está papá - su esposa se acerco hasta donde estaba su esposo y le sonrío besandolo en lo labios-. Dile tu primera palabra hijo - lo aruyo en sus brazos Camila.