CAPITULO 45

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Canción: Sam smith - too good at goodbyes

- Escucha Bruno, nunca he sido una persona violenta pero si ese hombre se atreve a ponerme tan sólo una mano encima, yo misma lo mataré nadie tocará a mi hijo.

- Camila ¿Quien soy yo? - su mirada se congela en un mismo punto, mis ojos.

- Bruno Lombardi.

- Soy más que eso, si el diablo fuera una persona sería yo, y Fiore ha creado su propia condena, así que ya me cansé de ese tipo, no soportaré más malditas cosas como las de hoy. ¡Simone!

- ¿Digame don?

- ¿Siguieron al hombre que trajo el paquete?

- Si jefe.

- Prepara la camioneta, me encargaré yo mismo de todo. Si hoy no encuentro a Fiore, pondrémos en marcha el plan como lo había dicho antes de esto.

- Desde luego don.

- ¿Y que si es una trampa para que caigas en ella? Ya una vez se metieron a la mansión no dudarán en hacerlo de nuevo.

- ¡Escuchen bien! - les grita a sus hombres - Nadie sale y nadie entra a la casa hasta que yo llegué, nadie es absolutamente nadie. Ordena que traigan las armas Simone y entregaselas a los hombres de la entrada.

- Pero señor son metralletas, muchos de ellos no han usado una en su vida.

- Que tengan cojones y sólo disparen. ¿Es tan dificil?

- ¿Te irás?- susurro

- Camila, escuchame bien, estarás más segura con conmigo, si te vas lo primero que hará Fiore es buscar donde estas, si viene acá tendrá que matarme para tan sólo llegar a ti. Sin embargo, ese hombre puede llevarnos hasta él y quitarnos ese peso de encima.
En caso, sólo si tan sólo sucediera que se metieran a la mansión, irás a la bodega en la cual están los vinos y te ocultaras allí, hasta que yo vuelva.

- ¿Y si te matan?

Debo pensar lo peor y eso es lo peor que puede pasar.

- Si me matan, te irás con mi hijo a un lugar nuevo y le darás una vida libre de esto. Debo irme.

- Te estaré esperando.

Sólo me dedica una sonrisa.

- Esa frase siempre la dices.

- Te estaremos esperando - Digo tocando mi vientre.

- No llores.

- Es el embarazo - rio mientras sostengo su mano.

- Adiós.

- Adiós

Y lo veo atravesar la puerta, mientras sus hombres cierran el portón y sostienen las armas en sus manos. Subo directo a mi habitación para distraerme de todo lo malo que crea mi cabeza, empiezo a acomodando la primera fotografía que tuve de mi bebé en el álbum que Bruno me regalo.

- Señora le traje un té - Dice una de las empleadas detrás de la puerta.

- Adelante.

- Es de frutos rojos, la relajara y le quitará las náuseas.

- Gracias, pero creo que Bruno supo como calmarlas con comida italiana.

- El señor está emocionado por el bebé, es su primer hijo.

- Lo sé.

- ¿Que cree que será?

- No lo sé aún.

Pasión Italiana (Ya en Físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora