Pym Jons trabaja para un laboratorio subterráneo que se dedica a la cría clandestina de humanos genéticamente modificados con ADN de reptil. Todo acontecía como de costumbre para ella, pero un aterrador incidente terminaría por despertarla sin recue...
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No sabía en qué momento comencé a cabecear. Habían pasado horas desde que nos escondimos en el almacén y el cuerpo comenzaba a pesarme. Ni hablar del ardor en los ojos, el dolor en la espalda y el de los hombres, el cual aumentó insoportablemente desde que nos ocultamos en el almacén. La pesadez era tanta que el olor de la sangre que cubría partes de mi cuerpo, dejó de revolverme el estómago y arrugarme el rostro en gestos desagradables.
Pellizqué mis pegajosos brazos y me forcé a enderezarme de la baranda en la que me había estado recargando. No podía quedarme dormida sabiendo que desde entonces esos inesperados golpes en alguna parte del corredizo en compañía de rugidos y gruñidos no cedían. No golpeaban sus patas a la puerta, y por pura suerte, no parecían merodear cerca de ella, pero seguían ahí afuera como si hubiesen tomado el corredizo para ellos.
De algún modo sus gruñidos me recordaban a una vieja película que vi cuando niña con mis padres, y aunque esa era de zombis jamás me habría imaginado que algo así realmente podía llegar a suceder. O sucederme.
El virus o lo que fuera que soltaron aquí hacía que tuvieran un comportamiento similar a los contaminados de esa película. Aunque la forma de los contaminados aquí era completamente diferentes y aún más aterradores y grotescos, pero... si eran tan similares sus síntomas sobre el canibalismo y su baja temperatura corporal debido a que morían, ¿una mordida podría infectar?
No. En todas las zonas que pudimos recorrer hasta aquí, nos habíamos encontrado con varios cadáveres. Por supuesto, el virus no era igual y quizás, sí infectaban mientras el huésped no estuviera muerto. Eso explicaría por qué estos animales estaban contaminados, quizás los mordieron y lograron escapar, pero terminaron convirtiéndose en lo mismo.
Y en los chats se mencionaron que soltaron el contaminante en las incubadoras, por lo tanto, no debía haber demasiados monstruosos aquí. Si en cada área había 10 incubadoras y todas estuvieron ocupados cuando soltaron ese virus, no debían ser muchos aun con el número de posibles trabajadores que lograron contaminar con una mordida. O quizás me estuviera equivocando y el número de sobrevivientes era mucho menor que el de los contaminados.
Aun así, muchos debieron lograr escapar del laboratorio. No, de ser así habrían traído a la armada rusa para rescatar a los sobrevivientes y terminar con los otros, ¿o ya informaron de esto? ¿Ya sacaron a los sobrevivientes? No quería pensar en que era demasiado tarde para nosotros, porque desde que abandonamos el área estaba casi segura de que no había no un día todavía y si la armada se hubiera interpuesto, ya se habría notado...
De cualquier forma, me di cuenta de algo más. El laboratorio parecía aún más grande de lo que aquel mapa nos mostró, había lugares mucho más viejos que otras zonas que aparentaban una modernización reciente, como si hubieran expandido el lugar. Si en eso tenía razón, entonces hallar esas áreas serían más complicadas. Pero ya estábamos perdidos y a menos que no halláramos otro mapa que pudiéramos tomar, seguiríamos vagando y peligrando sin llegar a ningún lado. Y regresar esos túneles no eran una opción, con tanta oscuridad en ellos ni siquiera recordaríamos el camino a la estación.
