Prólogo

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Advertencias: Esto... Contiene mucho diálogo

...

- Sólo háblale, no puedes estar todo el año así - dijo Mito, mirando a Hashirama quien miraba a Madara desde que empezó la clase de química en vez de ayudarla con el trabajo

- En realidad si puedo - respondió él, sin apartar la mirada de su enamoramiento - Llevo cinco años, ¿qué es uno extra? - añadió con desdén poco común en él

- ¿Pero qué harás si se enamora de alguien más y todo por que no te atreviste a hablarle? - regresó, garabateando una respuesta en su cuaderno, un poco ya acostumbrada a hacer el trabajo sola porque su compañero estaría acechando al Uchiha, el chico más popular del salón (No es que sepa porqué si es más frío que una piedra y violento que un huracán)

- Ya tengo eso cubierto - habló Hashirama, y de hecho ya había olvidado su conversación de no ser porque le respondió. Hashirama tenía una sonrisa espeluznante en su rostro, que no le va bien, se veía extraña aunque eso podría ser por estar acostumbrada a las sonrisas del moreno - ¿Recuerdas al chico Hyuuga?

- ¿El que se rompió el brazo?, ¿Cómo olvidarlo?, Fue un accidente realmente horrible considerando lo bueno que era en baloncesto y lo bien que se llevó con Madara... Oh, Hashirama, tú...! - exclamó, dándose cuenta de lo que su mejor amigo intentaba decirle

- Shhhh - apretó su dedo contra sus labios - Por cierto, en la ocho es 'perclorico' no 'hipoclorico', ya que como es el más grande lleva el sufijo 'per' y no 'hipo', lo mismo se aplica con el anhídrico del nitrógeno - Mito miró a sus apuntes y se dió cuenta de que, en efecto, tenía razón

- No sé cómo eres el primer lugar en clases si la mayor parte del tiempo acechas a tu amor - murmuró secamente, un poco de envidia ahí

- Estudio cuando llego a casa, de lo contrario mi papá me mataría - hizo una mueca de dolor, como recordando una vieja paliza

- Ah, ya sabía que el Sr. Tajima era del tipo rígido, tal y como Tobirama. No sé cómo tuvieron un hijo tan sonriente... aunque viendo el incidente con el Hyuuga creo que ya sé qué sacaste de tu padre - Hashirama solo rió avergonzado - Hey - le llamó la atención ella discretamente, su cuello estaba levemente tenso y su rostro aplastado en una sonrisa superficial, aunque su ceja temblando era una indicación de su nerviosismo - Él está mirando aquí - susurró señalando un lugar en su libro para disimular su plática como algo relacionado con el trabajo

- ¿Madara? - susurró incrédulo - Ohpordios - sonrió bobamente - ¿Qué expresión tiene?

Miró miró a Madara por unos momentos, aunque discretamente para que no la notara especialmente. Después de dos años con el fan número uno de Madara como mejor amigo, involuntariamente aprendías cosas sobre el Uchiha, entre ellas el leer sin expresión facial

- Umm, es bastante Uchiha - alzó la vista otra vez para ver al Uchiha mientras su amigo al lado la miraba con una expresión plana - Por dios, Hashirama, ¿mataste a su gato? Parece tener un rencor contra ti

- ¿Qué? - preguntó desconcertado - ¿Segura que está viendo hacia acá? - comenzó a removerse incómodo en su asiento

- cien por ciento segura - meditó un momento - Oh-oh - tarareó en voz baja un poco intimidada - Nuestras miradas se encontraron...

- ¡No lo digas de esa manera, parece romántico! - susurró furiosamente

- Sí, sí, Madara es tuyo, lo sé, no quiero un brazo roto - rodó los ojos - Dejó de mirar - anunció - parece que no quería ser atrapado

- Entonces qué-

La campana sonó en el salón de clases. El sonido de sillas arrastradas y libros siendo cerrados con rencor llenó el silencio no tan silencioso

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