Capítulo 18

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Madara sabía que algo iba terriblemente mal cuando la mujer Uzumaki se acercó a Hashirama.

Y también sabía que no sería nada bueno para ninguno de ellos.

– ¡Todos ustedes! – gritó Madara con su voz de 'dejen de molestar, escorias'. La multitud retorcido un paso, no queriendo ser el que recibiera la furia del Uchiha.

Madara se aseguró de mirarlos uno a uno, con una advertencia en sus ojos que nadie se atrevió a desobedecer. – Deberían avergonzarse, ¿Este es el comportamiento de los supuestamente "mejores dotados" de la escuela? ¡Parecen niños de parvulario!

Ante esto, incluso Mito retrocedió un poco, con una gota de sudor en su frente.

En su momento de debilidad, Madara se aseguró de darle la mirada mientras aún seguía desequilibrada, porque sabía lo terrible que ella podría ser cuando se lo proponía.

Luego, hizo el movimiento secreto, aquél que sólo usa cuando una banda de Yakuzas quieren secuestrarlo, aquél que le ganó la confianza a sus padres para dejarlo sólo a cargo de sus hermanitos, aquél que lo hizo cinta negra en tan poco tiempo, su carta de triunfo, su as bajo la manga...

Sonrió. Lleno de maldad y promesas de dolor. Una sonrisa oscura que haría a cualquiera retroceder.

En este punto los estudiantes ya habían vuelto a sus asientos, con la cabeza gacha y las espaldas encorvadas. Incluso la maestra fingió que estaba leyendo algo.

Mito retrocedió a regañadientes, más bien porque sus amigas la estaban jalando de vuelta a su asiento.

Dejó de sonreír entonces, volviendo a la cara sería que normalmente mostraba. No quería enseñarla, especialmente ahora que estaba en términos tensos con Hashirama, ¿Qué tal si se asustaba?

De reojo, volteó para mirar su expresión. Contrariamente a lo que pudo haber pensado, Hashirama lo estaba viendo con total y completa aprobación, un poco de agradecimiento y otra emoción que no pudo identificar correctamente, porque es imposible que sea fangirleo, ¿verdad?

...

Esperaron en la cafetería de la escuela, aunque esperar no era el término correcto, porque no tenían nada que esperar, solo estaban sentados en silencio, mirando a cualquier lugar excepto ellos mismos.

Para Madara, estaba en una situación difícil, porque estaba decidiendo su vida; un Uchiha ama una vez, y solo una vez, así que más le vale elegir a alguien adecuado.

Pero para eso ya era demasiado tarde, ¿verdad? Su corazón no paraba de latir rápidamente, pensando en cómo estaban a solas, cuando en realidad había mucha gente a su alrededor, pero sólo podía verlo a él.

¿Hashirama estaba aliviado de que silenciara  la multitud porque le desagradaba la posibilidad de que fueran pareja? Eso era inaceptable. ¿Qué tal si a Hashirama no le interesan los hombres?, ¡Imposible!, quería replicar, pero no estaba seguro.

Pero sólo había una forma de estar seguros, y si para eso necesitaba coquetear con Hashirama, que así sea. Qué no se diga que es socialmente inepto, simplemente le cuesta comprender las emociones, pero replicarlas es otra cosa.

Pero antes, tendría que esperar a mañana, la situación en el salón estaba demasiado fresca en sus mentes como para comenzar de la nada, pero al menos dejaría en la mente de Hashirama la posibilidad, por si resulta ser denso.

Heh, ironías

...

Mito estaba absolutamente aterrorizada. En ese momento parecía una buena idea, pero ahora, con Hashirama acorralandola con una pluma bastante amenazadora, no estaba tan segura.

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