Capítulo 7

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Hashirama se acercó casualmente a Madara en el receso

– Oye, Madara, ¿Quieres venir con Mito, Shisui y yo a pedir dulces en Halloween? – preguntó animadamente

– Claro – aceptó fácilmente el Uchiha. Interiormente estaba haciendo una señal de alivio

– ¡Muy bien!, ¡Nos reuniremos a las 10 en mi casa!

Después de eso el tema se olvidó y charlaron de otras cosas hasta que la campana sonó y llegaron las clases con un anuncio especial

– Alumnos – dijo el maestro pareciendo entre serio y resignado – el 5 de noviembre habrá un campamento escolar en Namiyama que durará tres días. – ante esto el salón se quedó en silencio espectante

– hay un pero ahí – susurró Mito, recibiendo un asentimiento de Hashirama

– Siempre hay uno – respondió con resignación. Observando de reojo a Madara, lo vió mirar indiferente al profesor, aunque no sin una pieza de aburrimiento

– Pero – continuó el profesor – El lugar en el que nos quedaremos será bastante tradicional y deberán ayudar con el campamento... ¡Será una experiencia educativa para todos!

Hubo un 'uff' colectivo que decía la opinión general sobre el esfuerzo en el viaje escolar

El profesor les dio una mirada rápida antes de repartir una hoja con la información necesaria y después dictar el trabajo para la clase

...

Una vez la hora acordada, Madara llegó a la casa de Hashirama junto con Itachi, quién le informó también haber quedado con Shisui en esa casa. Sus ojos se estrecharon cuando escuchó esa información pero decidió dejarlo ir sólo por esta vez, y sólo esta vez

Cuando tocó el timbre de la puerta, salió a recibirlo un entusiasta Hashirama-hombre-lobo y un sonriente Shisui-esqueleto

– ¡Hey, somos apuestas, Madara! – exclamó Hashirama mirando al nombrado vestido como Nekomata

– Eso lo sabíamos desde hace mucho tiempo –. Replicó Mito-princesa en el fondo, siendo tristemente ignorada

– Awww, ¡qué lindo Chibi-Vampiro, Ita-chan! – arrulló Shisui abrazando a Itachi quién hizo una mueca con sus pequeños colmillos sobresaliendo

– ¡Shisui-sempai! – se quejó a la ligera – Soy aterrador – corrigió, y añadió un "buuu"  que hizo reír a los presentes

– Bueno, nosotros nos vamos yendo... – dijo Shisui tomando de la mano a Mito ya Itachi

– Nosotros también – interrumpió Hashirama cuando Madara iba a hablar

Caminaron entre las calles pidiendo dulces, sincronizando sus cantos con diversión, y con una mirada traviesa contaban su botín en las esquinas

– ¿Porqué sonríes tanto? – preguntó Madara mientras caminaban, el cielo ya había empezado a oscurecer haciendo que las luces dieran una tenue y tenebrosa iluminación

Había estado caminando normalmente cuando se percató de que Hashirama lo veía con una sonrisa. Hashirama sonrió, amplio y libre

Sus mejillas ardieron suavemente, casi queriendo replicar por instinto pero deteniéndose porque quería seguir viendo esa sonrisa

– ¡Es que eres tan lindo! – exclamó. Cuando abrió los ojos sólo pudo ver adoración

Miró sorprendido un poco más antes de desviar la vista sonrojado

– No soy lindo, idiota...– murmuró sin ánimo pero no recibió respuesta, sólo otra sonrisa secreta antes de que señalará la ubicación de otra casa donde daban dulces

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