Capítulo 10

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– Deberías ver el lado bueno, Dei-chan – dijo Shisui jovialmente, cargando un saco de tierra fertilizada como si fuera un oso de peluche

El rubio no parecía compartir la misma felicidad que Shisui, en parte molesto por la familiaridad que mostraba su compañero de clase, en parte porque los despertaron a las cinco de la mañana para llevar sacos de tierra de veinte kilos

– No veo un lado positivo, de hecho no sé porqué tú y Hashirama están tan felices – masculló jadeando ligeramente por el esfuerzo – De Tobi lo entiendo, es un idiota – agregó

– ¡Ha-chan también es un idiota! – exclamó alegremente el azabache, luego se acercó al oído del rubio, como si compartiera un secreto muy jugoso – Un idiota enamorado – dijo apresuradamente antes de apartarse riéndose entre dientes con alegría impía

Deidara se estremeció – Puedo verlo – murmuró, no pudiendo evitar notar que los ojos de Hashirama no estaban ni en el suelo que iba a pisar o los tomates que recogían esta mañana, sino únicamente en su 'mejor amigo'

Deidara no es la persona más observadora, pero había límites para cuán denso podría ser alguien

Madara estaba traspasando esos límites sin piedad

El chico parecía tener una mirada aburrida sobre los tomates todo el tiempo, sin notar cómo el castaño casi se lo comía con la mirada
Por poco y Deidara iba a pensar seriamente que Hashirama iba a violárselo.

Al menos Madara estaba tan gruñón por ser despertado tan temprano como él

Sasori estaba a su lado calmado, aunque con una mirada de molestia resignada. Y no me molestaba despertarse temprano, porque a veces su abuela le ponía algunos quehaceres a tales horas desafortunadas

No, lo verdaderamente desafortunado eran las quejas que no paraba de escuchar de su compañero rubio, el cual no paraba de parlotear cada detalle nimio que se le cruzaba por la cabeza que podría poner en una luz desfavorable

Y en un marcado contraste, Tobi, el menos de su pequeño grupo de seis, cantaba alegremente una canción bastante estúpida (y pegajosa, admitió a regañadientes), interrumpiendose solo para comentar cómo el sol era bonito porque todos los días brillaba alegremente o las mariposas tenían colores brillantes como los cadáveres mutilados (Sasori comenzó a preguntarse sobre la salud mental del joven, pero no era su problema mientras no lo apuñalara por la noche)

Y Shisui se encargaba de entrelazar conversaciones entre todos los miembros habilmente, casi de manera aterradora. Sería un buen político, podría decir por la forma en que dirigía el rumbo sigilosamente con las palabras correctas, sin ni siquiera tener que entrar a la conversación para que sucediera. No quería estar en su lado malo, eso era definitivo

Mientras tanto, para Hashirama era algo parecido al paraíso. Ejem, dejen explicarles

Primeramente, los seis futones fueron puestos juntos unos a otros en el centro de la habitación, tres miraron hacia un lado y tres hacia el otro, las cabezas pegadas en el centro, como una forma básica de alineamiento conocida desde el parvulario

¡Y le tocó al lado de Madara!, Lo cual por si no fuera lo suficientemente bueno, en algún momento de la noche terminó tan cerca de Madara que sus cuerpos se rozaban

Y eso fue solo en la mañana

Hashirama ama las mañanas, sobre todo cuando se despierta con su amor platónico a su lado, y más aún cuando les dicen que los grupos en los que dormirán son con los que desenpeñarán sus tareas diarias

¿No es eso perfecto?, ¡Estará al lado de Madara todo el tiempo!

En la mente de Hashirama, en ningún momento se le pasó que también estaría con los otros miembros, de hecho, aún ahora sólo podía ver a Madara mientras que lo demás era un borrón sin importancia

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