Capítulo 23

2.2K 228 81
                                    

Dos semanas después comenzaron las vacaciones, y en algún punto de las mismas, se llevaría a cabo su graduación, pero eso no es lo que importaba.

No, lo único que importaba era que hoy sería el gran día en que presentaría a sus hermanitos ante Madara, ¿Qué podría salir mal?

Pero Hashirama no es nada sino precavido, así que reunió a sus hermanitos más lindos y mansos antes de vetar oficialmente a Itama de la casa hasta el día siguiente. Incluso le dió dinero para pagar un hotel, y quizá algo ilegal si lo malgasta. Pero ese no es su problema, eso se lo dejará a Tobirama.

'Uff, Itama." Pensó con un suspiro, porque de todos era el más aguafiestas con respecto a sus avances con argumentos tontos como 'Por dios, Hashirama, poner cámaras en su habitación es ilegal y una violación a la privacidad ajena... Bla bla bla', incluso era peor que Tobirama.

Como cuando le contó de su plan 132, en el que planeaba raptar al Uchiha y por fin darle un buen uso a ese sótano, pero Itama lo impidió, e incluso llegó tan lejos como amenazarlo con quemar su colección de fotos de Madara. Es por esa clase de cosas que se asegura de revisar la habitación antes de hablar sobre sus planes más rebuscados, porque si alguien puede desanimarlo de llevarlos a cabo es él.

Itama es el hermano molesto, la pequeña oveja negra...

– Deja de quejarte sobre la gente como yo, que de hecho, tenemos moral – interrumpió sus pensamientos el rey de Roma. Itama.

Hashirama rápidamente sacó un sobre discreto de su bolsillo, pasandoselo a su lindo hermanito para que lo abriera y viera su contenido.

– No soy un policía como para que me andes sobornando – se quejó, antes de hacer un signo universal de 'aumenta la apuesta'. – Pero te dejaré el día libre. –,

'No un policía justo. Un policía corrupto, querido hermanito.'

– Bien, estoy de vacaciones, así que si hipotéticamente secuestras, violas y matas de una determinada persona, no es mi problema.

– No seas tonto – se burló el castaño, – No lo mataría, lo mantendría preso – dice, y un segundo después suena el timbre de quien seguramente es Madara. La cara de pánico de Hashirama no tenía precio.

– Bien – arrastró el menor, riéndose ligeramente de buen humor – me iré, y si padre pregunta, me estaré quedando en la casa de Kagami – se despidió, haciendo un gesto a la puerta trasera.

Hashirama rebotó en su lugar, levantándose rápidamente para abrir la puerta principal.

– ¡Madara! – saludó con alegría en cuanto abrió la puerta, su casi brillando cuando el Uchiha le devolvió el saludo, aunque menos vocal.

– Hey, Hashirama – dijo, casual, mirando discretamente alrededor con curiosidad sin ser grosero.

Al menos alguien tiene modales, piensa Tobirama con sequedad, saliendo un momento de su cubil para recibir y conocer brevemente a la víctima de su hermano. Aunque conocer, precisamente no, ya que lo conocía mejor de lo que seguramente conocía a su propio hermano.

Tobirama, siendo la persona asocial que era, esperó hasta que Hashirama lo forzará dentro de la conversación para presentarlo. Y parecía que el Uchiha estaba haciendo lo mismo porque cuando sus miradas se encontraron, vió la misma reticencia que sentía. Eso lo alivió un poco, pero no evitó que huyera a su habitación antes de que su hermano se pudiera molesto.

Madara, por su parte, estaba siendo lo que la mayoría de los Uchiha llamaban reservado. Lo que se traduce como tímido para la mayoría de las personas, sucios mortales.

Sus planes eran simples; una pijamada. Por supuesto, si lo dices de esa manera era simple, los problemas comenzaron cuando encontraron una página web con múltiples retos para pijamas, descartando los grupales porque aquí faltaban miembros (Sus hermanos estaban excluidos de la diversión)

Para el primer reto, se turnaron para vendarse los ojos y adivinar lo que estaban probando entre los diversos productos en el refrigerador de Hashirama. - Helado de chocolate, definitivamente, ¿y quizás un toque de vainilla?

- ¿Cómo? – se preguntó, mirando la cuchara y el bote de helado de chocolate al cual le había puesto una gota de saborizante de vainilla revuelto, ¿Cómo?

Cuando llegó el turno de Madara, revolvió cátsup con salsa de soja para que el espesor similar los ayude a mezclarse con mayor sencillez y así revolver los sabores. Hashirama hizo una mueca cuando se llevó la cuchara a la boca, - Esto es dulce, pero agrio, ¿Qué pusiste aquí?

Madara sólo se rió de su desgracia sin culpa mientras el castaño intentaba pensar en los ingredientes en su refrigerador y estantería. – Ahh, miel, limón y cátsup?

- Casi – re rió.

Mientras esperaban la pizza, Madara se propuso a trenzar el corto cabello de su novio, dándose cuenta de que las mechas habían crecido un poco desde la excursión pero seguía sin cortarlas, - ¿Lo vas a dejar largo?

Hashirama tarareó alegremente, sonriendo desde su lugar, sentado frente a Madara, dándole la espalda. – Si, para que brille con el reflejo del sol – respondió, causando que Madara se sonrojara al recordar sus propias palabras.

- Idiota – murmuró, con las mejillas rosadas, decidiendo atar las trenzas en un moño con un listón rojo como venganza, terminando cuando sonó el timbre de la casa. - Supongo que es la pizza. Vamos, Hashirama, ve a atender

- ¡Madara! – exclamó haciendo un puchero, dándose cuenta de lo que había estado tramando el azabache.

El repartidor, un hombre azabache con cara de pocos amigos con el apellido ‘Uchiha’ escrito en su pecho, le dio una mirada despectiva, como si no pudiera importarle menos si era un elefante verde bailando la conga si le pagaba rápido. Eso fue lo que hizo, aunque estaba lejos de ser un elefante.

Cuando Madara se acercó para ver lo que sucedía, el repartidor le dio un asentimiento respetuoso antes de retirarse.

- Ahora tu familia va a pensar que estoy loco – se quejó, dirigiéndole ojos de cachorro.

- No seas un bebe, Hashirama – respondió automáticamente – sabrán lo que sucedió, somos Uchiha

Vió el reconocimiento en los ojos de ese hombre. Y seguramente no diría nada por el momento, pero estaba seguro de que para el final del mes todos lo sabrían; propiedad de Madara, no tocar.

Pronto tendría noticias de su padre, pero de todos modos ya habría entrado a la escuela superior para entonces, así que no podría hacer mucho. De todos modos, por el momento seguiría disfrutando de esto hasta que ese momento llegue.

...

Nota de autor:

Me he tardado mucho. No sabía que la escuela podía llegar a ser tan pesada
(;´Д`)

Pero no puedo decir que me arrepiento de nada, porque para el final saqué diez en todo. No creo que se vuelva a repetir
(;^ω^)

Pero sobretodo, porque estoy en un reto con una amiga para escribir una historia sobre mi grupito en la escuela con fecha límite para Navidad , yeah.

Pero ahora que recordé la existencia de este fanfic, intentaré esbozar el arco final para acabarlo. Ya todas las piezas están en su lugar, sólo hace falta seguir la trama (algo que nunca me sale bien (¯―¯٥)... )

ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora