𝑺𝒆𝒗𝒆𝒏.

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Pasé toda la noche sin poder dormir, dando vueltas en la cama sin poder dejar de pensar.

No respondí aquel mensaje, sin embargo no paraba de verlo, por más que me esforzara, era imposible que al leerlo no se me acelerara el corazón.

Horas y horas regañándome e intentando convencerme de que estaba exagerando, de que era imposible que algo tan simple como un mensaje pudiera alterarme tanto, pero fue inútil, Se hizo de día y no pude ni cerrar los ojos, por andar pensando en aquel muchacho.

Muy a pesar de la pésima noche que tuve, no me iba a dejar vencer, me maquillé un poco más de lo normal para intentar disimular mi cara cansada y salí de mi casa intentado no pensar en lo que había ocurrido anoche.

Toda mi mañana fue lo normal, nada fuera de lo común, salvo por el pequeño detalle de que en ciertos momentos sentía la mirada de aquél chico sobre mi y en el preciso momento en el que yo volteaba, él giraba la cabeza y le dirigía una mirada cómplice a uno de sus amigos, lo cual me parecía sospechoso pero decidí no darle mucha importancia.

Mientras estaba en el baño, sonó la campana lo cual señalaba que había terminado el receso, pero no tenía apuros así que me tomé mi tiempo, cuando salí me dirigí a mi salón pero mientras subía las escaleras me topé con un amigo el cual al verme, apresuradamente dijo.

—Justo te estaba buscando, el profesor Carrillo te necesita y me pidió que te dijera que fueras al salón 15 —Dijo con total serenidad.

—¿A mi?  —Pregunté extrañada— Mm... Ok.

—Vamos, yo te acompaño —Dijo con una sonrisa en la cara.

Me parecía muy extraña la situación, suelo tener un comportamiento ejemplar y muy rara vez un profesor me manda a llamar, pero además de eso, la actitud del chico me resultaba extraña y cabe destacar que es uno de los integrantes del grupo de ese chico que me tiene tan mal.

Al llegar al salón, toqué la puerta y pasé, cuando entré noté que las luces estaban apagadas y de repente sentí como cerraban la puerta a mis espaldas, dejándome en una total oscuridad.

Por un momento entré en pánico, la oscuridad me pone nerviosa y el encierro aún más, pero ese pánico se convirtió en miedo cuando siento una presencia detrás de mi, la cual pone sus manos sobre mi cintura, me alzan y me sientan sobre una de las mesas. Me paralicé del miedo y todo mi cuerpo se tensó, pero al escuchar esa voz tan familiar, mi cuerpo se relajó.

—¿Asustada pequeña? —Dijo con un tono risueño— Prometo no hacerte daño.

— ¿Qué rayos estás haciendo? —Pregunté molesta.

Intenté poner resistencia y permanecer firme, pero su mera presencia hacía que mi piel ardiera, que mi auto-control se fuera para el carajo y que mi cuerpo deseara su tacto.

Sus manos pasaron de mis caderas, a mis nalgas y con un fuerte apretón, me acercaron aún más a él, con esa voz ronca que tanto me gusta, dijo tan cerca de mi cuello, que puso toda mi piel de gallina.

—Últimamente has estado indiferente conmigo y anoche ignoraste mi mensaje, eso pequeña, no se puede quedar sin un castigo.  

N/a

¡Aquí otro capitulo!

Espero que les guste y lo disfruten demasiado, sí es así por favor déjenmelo saber en los comentarios y voten si quieren que hayan más capítulos♥

Por otra parte, siempre me disculpo por lo mismo, pero nunca está de más, en serio lo siento por la inactividad pero la universidad me tiene como loca y a penas me deja respirar, pero no crean que me olvido de ustedes, tengo varios capítulos casi listos, solo es cuestión de corregirlos , así que estén pendientes!

Un beso, los amo un montón♥



Una Amistad ¿Inocente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora