𝑶𝒏𝒆

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Otro día, otra aburrida clase. Estaba a punto de quedarme dormida cuando mi teléfono vibró.

"Ve a los baños del primer piso, espérame afuera"

No tenía el número registrado, pero sabía quién era.

"¿Para qué?"

"Sólo ve"

Me levanté de mi asiento y pedí permiso para salir, caminé rápido para asegurarme de que nadie me fuera a ver.

Cuando llegué a los baños saqué mi teléfono y vi un mensaje del mismo número.

"Me avisas cuando estés ahí."

En seguida le contesté.

"Ya estoy aquí."

Guardé mi teléfono, me recosté de la pared mientras esperaba su llegada.

A los pocos minutos escuché unos pasos y al voltear vi la razón por la cuál estaba ahí, vi al chico que me tiene loca desde hace años; Se acercó tanto que pude sentir su aliento en mi rostro y con toda la confianza del mundo me sonrió.

—¿Entonces? ¿Vamos a hacerlo? —Me dijo con voz seductora.

—¿Hacer que cosa? —Pregunté nerviosa.

—Lo del beso. —Miró descaradamente mis labios.

Mientras terminaba la frase se fue acercando cada vez más a mi, con todas las intensiones de besarme, pero en el momento que iba a unir sus labios con los míos volteé la cara y terminó dándome un beso en la mejilla.

Se alejó y con confusión preguntó

—¿Que sucede?

Cuando tenía planeado contestarle escuchamos como alguien se acercaba, fuck. Corrimos rápidamente y nos escondimos dentro de los baños. Él en el de niños y yo en el de niñas, cabe destacar.

Guardé silencio, esperando a estar sola de nuevo, cuando dejé de escuchar ruidos fuí decidida a escapar de ahí, pero cuando estaba por salir, él entró al baño y me arrinconó en una esquina, media veinte centímetros más que yo, no tenía escapatoria.

Un nerviosismo se apoderó de mi, el solo tenerlo al frente ya me ponía nerviosa; su olor, Dios mío, ese olor ya me tenía en las nubes.

—¿Pensaste que podrías escapar? —Ronroneó acercándose cada vez más a mi.

—Mm... yo... —no podía decir nada coherente de lo nerviosa que me encontraba en ese momento.

—¿Que tienes cariño? ¿Estás nerviosa? —Susurró en mi oído.

No pude decir ni media palabra, solo tragué saliva y miré el suelo.En respuesta, él levantó mi rostro con su mano, terminó de cortar la distancia entre nosotros y me besó.

Tenía mucho tiempo esperando este beso, cada vez que me hablaba solo podía ver sus labios y soñar en cómo se sentirían, y ahora puedo confirmar todo lo que imaginaba. Eran muy suaves, tibios y me besaban de una manera que jamás había experimentado.

Me tomó por la cintura y me acercó a él, por instinto puse mis manos en su cuello y lo besé con muchas más ganas.

En un momento en el cuál el calor se apoderó del lugar, lo mordí, él se separo y pude ver una pequeña gota de sangre en su labio, la lamió y mirándome a los ojos me dijo.

Una Amistad ¿Inocente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora