𝑬𝒊𝒈𝒉𝒕.

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Aquel salón no tenía ventanas, nos rodeaba una total oscuridad, no podía ver absolutamente nada, pero podía sentir su imponente presencia a escasos centímetros de mí, mientras su agarre en mis nalgas se volvía cada vez más firme.

—Me encanta ponerte nerviosa —Dice riendo con malicia. 

—No te creas tan especial como para ponerme nerviosa —Dije intentando poner resistencia.

—No puedes mentirme cariño —Finaliza la oración lamiendo lentamente mi cuello y dándome un pequeño mordisquito justo debajo de la oreja, haciendo que la piel se me pusiera de gallina— Es imposible ocultar como tu cuerpo reacciona a mi.

—Mmmm —Mordí fuertemente mi labio para ahogar un gemido que amenazaba con salir.

—No intentes resistirte, sé que deseas esto tanto como yo —Subió sus manos desde mis nalgas hasta mi cintura, terminó de acortar la poca distancia que nos separaba y me besó.

Sus labios seguía siendo igual de suaves, pero me besaba con rudeza, con necesidad y aunque intentaba resistirme, él tenía razón, lo deseaba tanto como él, fue inevitable que no le siguiera el beso.

La excitación crecía de una manera irreal, el beso se volvía cada vez más desesperado y con cada roce de sus labios aumentaban mis ganas de que me tocara.

Deslizó sus manos por debajo de mi camisa y las dirigió directamente a mis senos los cuales apretó con intensidad, al mismo tiempo que trasladaba sus besos hacia mi cuello y comenzaba a atacarlo con brutalidad.

—Ahh maldición —Dije entre gemidos.

—Tus gemidos son música para mis oídos, pero tienes que callarte o nos van a descubrir —Dice sacando una mano de debajo de mi camisa y tapándome la boca mientras seguía devorando mi cuello. Sabía que esto dejaría marca.

Intentaba mantener el control pero mis hormonas se apoderaron de mi cuerpo y mandé la cordura para el carajo, quería más de él, así que enrollé mis piernas en su cadera y lo pegué a mi, al hacerlo pude sentir lo duro que se encontraba, así que no era la única excitada. Me moví ligeramente para rozarlo y al momento dejó de besarme.

—¿Ansiosa pequeña? —Dice lamiendo mi labio inferior.

—Sí, un poco —Admití mordiendo y halando su labio.

Su mano fue recorriendo mi cuerpo hasta llegar al borde del pantalón, agilmente metió la mano y acarició mi humedad con suavidad, ese ligero contacto fue suficiente como para hacerme temblar y que toda mi piel se erizara.

Rodeé mis brazos al rededor de su cuello y lo acerqué a mi para poder ahogar los gemidos que comenzaban a salir de mi boca.

—Oh pequeña, estás muy mojada para mi —Dice ejerciendo un poco más de presión en mí zona íntima— me encanta escuchar el placer que te proporciono, sigue gimiendo así.

Era imposible que una palabra saliera de mi boca, no tenía mente para articular ni siquiera una simple sílaba, sólo podía pensar en lo bien que se sentía su tacto.

Desesperadamente busqué su boca y lo besé, ahora era yo la que lo besaba con necesidad y él gustoso me seguía aquel beso.

—Quisiera estar en otro lugar —Susurra mientras con un dedo aparta mi panty y toca directamente mi clítoris haciéndome gemir— así podía hacerte mía como tanto lo deseo.

Aceleró las caricias haciéndome enloquecer, el placer era inmenso e increíble, con simples toques podía llevarme al borde del placer, estaba al borde de un fuerte orgasmo, podía sentir como crecía esa sensación en mi vientre, pero justo cuando estaba a punto de llegar golpearon la puerta del salón.

—¡TIENEN QUE SALIR, LA DIRECTORA VIENE PARA ACÁ! —Gritó alguien desde afuera.

—Maldita sea —Gruñe él alejándose de mi— Tenemos que irnos, apúrate. 

Sin pensarlo mucho me bajé de la mesa y salí rápido del salón mientras me acomodaba el cabello y el uniforme, de seguro estaba hecha un desastre.

—Toma esto —Dice dándome su suéter.

—¿Para qué? —Pregunto confundida.

—Tienes el cuello lleno de chupones y dudo que quieras que todos los vean —Dice con malicia.

En el acto agarro mi teléfono para mirarme en él y efectivamente tenía el cuello lleno de chupones, rápidamente me puse su suéter el cual estaba impregnado de su colonia.

Mientras caminaba a mi salón pensaba en lo que había ocurrido y me invadió la frustración por no poder haber llegado al orgasmo, pero al mirarlo a él y a su notoria erección, me relajé, en comparación no estaba tan mal.

—Bueno, éste es mi salón —Dije tomando la perilla de la puerta, pero antes de que pudiera entrar él me tomó por el hombre, me giró y plantó un fuerte beso en mis labios.

—Esto no se queda así pequeña —Me guiña un ojo, se da la vuelta y se dirige a su salón.

Yo entré en mi clase todavía en shock por lo ocurrido, de verdad que mi confusión era total, éste muchacho es poco predecible y a veces difícil de entender, pero tenía que admitir que me traía loca. Y ese "Esto no se queda así" rondó en mi cabeza toda la clase, haciendo imposible que le prestara atención a lo que la profesora explicaba. ¿Qué más hará conmigo?

N/a

Aquí otro capítulo mis niñas, espero de corazón que les guste♥

No suelo hacer esto, pero las vistas y los votos no me convencen, así que lo implementaré a ver si resulta. Si éste capítulo llega a 50 votos, habrá capítulo nuevo ¡Yo sé que ustedes pueden!

Una Amistad ¿Inocente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora