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JungKook se quedo pensando igualmente todo lo que había escuchado del mayor él día anterior. Maldición, Tae solía tener ese don de hacer sus palabras maduras de un momento a otro.

¿Era verdad? ¿Ya debía dejar aquel pasado que tanto le atormentaba? ¿Olvidar él que sus padres murieron en un accidente de tránsito? ¿Olvidar que estaba sólo en ésta vida?

- Joder n-no estoy sólo

Admitió mientras las lágrimas caían de sus ojos. Su madre, su padre, estaban muertos, no tenía familiares.
Pero no estaba sólo, tenía a Kim Tae Hyung su mejor amigo, su cómplice, su todo. Y sí, su todo.
Aquel chico de sonrisa cuadrada le aceleraba él corazón, sin embargo jamás sería capás de contarle algo cómo eso.

Se sentía débil, inestable, como si en su vida nada valiera para él.

- Odio sentirme así

Dijo a la soledad de la noche, a la oscuridad.

- Tae ayudame.

Lloró, sus manos comenzaron a temblar, como si la oscuridad y él dolor de la soledad estuviesen consumiendole por completo.

- Ayudame a salir de éste infierno.

Dijo entre un sollozo. Se hundió en la suavidad de la almohada, intentando calmarse, odiaba llorar, no debía llorar.
Los cortes en sus brazos no ayudaban, sólo hacían y dejaban marca del maldito infierno en él que estaba sumergido. Si tan sólo le viera más sentido a las cosas.

De pronto recordó un lindo momento con su madre, haciendo que instantaneamente sea cubierto por un pequeño manto de paz.

« - No llores, pequeño, aquí estoy, mami va a cuidarte.

- Me duele mamá - lloriqueo. -

- Pequeño, debes ser fuerte, eres fuerte Kookie. »

«¿Lo soy?»

Se preguntó por última vez antes de caer dormido.

A la mañana siguiente, se despertó, mirando a su alrededor, analizando donde estaba, comprendiendo que era su habitación se relajó.
Miró sus brazos al descubierto, rojas y finas líneas que ya habían comenzado a cicatrizar. Las vendó como pudo; prosiguiendo a colocarse una camiseta negra normal, un abrigador suéter de cuello alto y mangas largas, negro igualmente.

Ya una vez terminó de arreglarse, tomó sus cosas con cuidado y se retiró de su departamento, antes mirándose en él espejo de la entrada, un par de ojeras bajo sus ojos, y su rostro cada vez más pálido.
No podía hacer nada, se sentía fatal después de todo.

- ¡Kook-!...- Tae se calló inmediatamente al ver la palidez del menor preocupándose. - Kookie, n-no, no volviste a hacerlo, ¿c-cierto? - Jeon no le miró. - ¡Mírame maldita sea! - exclamó con lágrimas. -

El menor lo miró con algo de sorpresa, jamás había oído al contrario alterarse tanto. Menos con una voz tan rota.

- Tonto, imbécil. - tomó él rostro pálido del más alto entre sus manos mientras las lágrimas descendían por sus mejillas. - pr-prometiste que..

- Lo hice, ¿y qué?

- ¡JEON JUNGKOOK MALDICIÓN! - le pegó una bofetada. - ¿Qué no entiendes que me preocupas? - mordió su labio inferior evitando sollozar. -

- ¿Te preocupo? - preguntó exaltado pestañeando variadas veces. - si tanto te preocupo, sacame maldición, ¡sacame de éste maldito infierno! - se rompió a llorar, no aguantaba, dolía, dolía demasiado. -

- L-lo siento..te dejé sólo. No pienso volver a hacerlo, perdoname. - murmuró en su oído él peli rojo. -

- Y-yo p-perdoname a mí - sollozó. - rompí nuestra promesa. - murmuró quebradamente. - s-solo quiero desaparecer..

- N-no digas eso, te necesito, yo lo hago, te quiero aquí, conmigo. - tomó su mano entrelazandola. - Kookie voy a ayudarte, lo haré, lo juro.

Murmuró juntando ambas frentes.
Lo haría, costase lo que costase. Haría que él menor volviese a ser feliz.

Ambos chicos se limpiaron las lágrimas, esperaron un poco antes de proseguir con su camino.
Kim intentando animar a JungKook le contaba un par de anécdotas raras de su vida, a ver si sacaba alguna risa, pero no, parecía sólo reír por dentro, puesto que negaba con su cabeza de modo neutro pero se lograba notar que estaba divertido.
Y tenía miedo, tenía miedo de no llegar a hacerle sonreír. Después de todo, tenía tiempo límite.

- Kookie, dime, ¿Lograré algún día hacerte reír u sonreír? - inquirió en un murmuro. -

- No lo sé - murmura desanimado él otro. - quiero pero no puedo.

- Deja tus tormentas atrás mi galletita - murmura para sí mismo, le avergonzaba un poco. -

- ¿Harás algo ésta tarde? - preguntó el menor. -

- Tal vez vaya a con Jimin a terminar un proyecto. - dice simple. - ¿por qué?

- Ah, yo quería invitarte a salir, que pena - comenta, y Tae casi se desmayó al jurar ver los labios del menor casi formar una sonrisa. -

- ¡K-Kook! Aah - hizo un puchero. - no se vale, voy a cancelar con Jimin y vamos juntos ¿bueno? Realmente quiero salir contigo idiota.

- Hyung malo, hieres mis sentimientos - ironizó. -

Tae sólo soltó una buena carcajada abrazando de lado al más alto con su corazón acelerado.

- Eres un caso - dijo entre pequeñas risas. -

- ¡Chicos!

- ¿NamJoon hyung? ¿Qué ocurre? - preguntaron ambos al unísono confundidos. -

- ¡Jin a sufrido un maldito accidente! Vengan conmigo por favor..YoonGi hyung y Jimin ya se encuentran de camino al hospital - admitió sollozando. - por favor..

Él menor de los tres quedó sin habla, ¿habían chocado a su hyung? ¿qué? No, aquello no podía estar pasando.

El peli rojo tomó la mano de JungKook con total fuerza, para luego irse junto a NamJoon. Kim Seok Jin era su amigo después de todo, aquello no podían dejarlo pasar.

Y él menor tenía miedo, porque sabía, que aquellos infernales accidentes, solían cobrar vidas; incluyendo las de sus padres y casi la de él años atrás.

- Jin hyung, no mueras - sollozó al ver al chico nombrado detrás de un cristal fuera de aquella sala de hospital. -

- JungKookie, ven, sientate - llamó Jimin, para hacer que él contrario tratará de tranquilizarse. -

- Estará bien, sin duda, Jin hyung es alguien fuerte - dice Tae intentando animar él ambiente, YoonGi asintió en aprobación a la idea. -

- Estoy de acuerdo con él mocoso - dice apoyandose cruzado de brazos en una pared. -

- NamJoon hyung, tranquilo. - le sonrieron, abrazándole. -

- Estamos todos aquí para apoyarte, somos familia - comenta él chico peli anaranjado allí por nombre Hoseok. -

- Gran lema, hobi hyung - se carcajeó un poco él chico peli rojo. -

- Gracias, bobo - Tae le pegó en un brazo haciendo un puchero. -

- Idiota. - le insulta y sonríe triunfador, se sentó al lado de él menor de todos, con evidencia Jeon. Y en ese momento le abrazó. -

Tae sufría, no quería demostrar que estaba mal realmente, él quería intentar animar todo, se comenzaba a preguntar como reaccionarían todos si es que algún día él se llegara a ir, si su tiempo límite llegara.
Después de todo, la vida sólo era prestada.

***

Espero y les guste💕❤
irá teniendo él fic mejores momentos que estos, confíen✨

-; SpaceChim

Tú Sonrisa » KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora