Especial #3 Celoso

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JungKook caminó por su oficina cansado, había dejado su trabajo de solista hace unos años, y ahora trabajaba como un famoso y millonario empresario.

— JungKook, has hecho bastante hoy, vete a casa, te doy el resto del día libre. — YoonGi se desabrochó su camisa levemente. — Yo también me iré

— Vaya hyung, de verdad tienes tantos beneficios al ser el jefe de tu propia empresa. — rió. — es un honor para mí estar en ella también.

— Y ser mi colega, eres el segundo jefe de esta empresa y ni aún así te das estas libertades de descansar, por dios mocoso. — rió el peliazul. — nos vemos mañana.

El azabache asintió ordenó algunas carpetas y su portafolio en un estante para finalmente salir de su oficina e irse hasta su camioneta partiendo a su hogar.
Entró por la gran puerta principal, alegrándose de escuchar la voz de su Tae y Dong Sung divertidos, sin embargo fruncio su ceño al escuchar una voz completamente desconocida para él, era muy grave obviamente de un hombre, también se escuchó una voz más infantil.
Su molestia comenzó a subir, asique entró a la sala dejando sus llaves en la mesita mientras los otros estaban riendo divertidos, habia un hombre completamente desconocido que abrazaba a su TaeHyung por la cintura y se despedía muy meloso con un beso a la mejilla llevándose a la pequeña niña que suponía seria su hija.

— ¡Papi! — Dong Sung saltó a sus brazos abrazándolo con cariño. — bienvenido appa — le sonrió el pequeño. —

Jeon sonrió enternecido, y besó la frente de su hijo con cariño abrazándolo con fuerza he ignorando completamente al Kim.

— Vaya que es tarde, pequeño Sunnie, es hora de las tareas, ¿no?

— ¡Sí Appa! — saltó de sus brazos y se fue corriendo a su habitación para buscar su mochila. El pequeño menor actualmente tenía tan sólo seis años, siendo que cuando lo adoptaron era un bebé. —

— Así es bebito. — sonrió viéndolo desaparecer por el pasillo. —

Volteó su vista a TaeHyung que le sonrió esperando algún abrazo sin embargo solo hizo una mueca de desagrado y habló distante.

— Llegaste temprano hoy. Que sorpresa. Haz la cena en un rato. — y finalmente se fue a paso tranquilo a su habitación, dejando al pequeño chico confundido y dolido. —

Luego de unos minutos Tae lo fue a buscar encontrándolo revisando unas hojas con documentos. Lo observó bien, de pies a cabeza. Se veía realmente bien a sus treinta años de edad, rostro definido y varonil, su torso marcado al igual que su abdomen, su marido era una obra de arte sin duda.

— Amor, ¿Ocurrió algo?

— ¿Te importa? Estoy trabajando. — le contestó agresivo. —

Kim bajó su cabeza y asintió, quiso tocar su brazo y solo recibió una mirada de desprecio en conjunto con un brusco empujón de su mano.
No sabía el porque tanta distancia, no lo asimilaba siquiera bien.

Más tarde ambos se encontraban acostados en la cama, era noche y la brillante luz de la luna entraba por la ventana despejada de cortinas.
El de piel canela suspiró, se dio la vuelta y abrazó a su esposo por la espalda besando ésta.

— Mi amor...¿Qué te ocurre? ¿Por qué estás de éste modo? — Tae apegó su mejilla a la tibia espalda de su amante y cerró levemente. —

Escucho un gruñido y suspiró antes de oirle hablar.

— Lo que sucede es que ese hombre te tocó demasiado, nadie te toca así y nadie puede hacerlo más, que, yo, Kim Tae Hyung.  — se dio la vuelta y abrazó a su esposo por sus delicadas y anchas caderas. — mi amor, siento haberte tratado mal, solo estaba disgustado y recordaba el como ese tipo te tocó.

— Kookie, tú y tus celos mi amor. — sonrió levemente ocultando su rostro en su pecho pálido, besándolo y oliendo su dulce y tranquilizador aroma a su pareja. — Era el padre de una amiga de Dongsunnie, cariño, tiene pareja. Nos quedamos de juntar  porque los niños debían hacer un proyecto juntos, no por otra cosa.

— Soy un tonto — susurró sobre los suaves labios del ahora peli rosado. —

— Lo eres...~

— Pero no me gusta que toquen a mi esposo más de la cuenta, mhm cariño — besó sus labios tiernamente bajando por el cuello hasta sus clavículas en un pequeño caminito de besitos dulces. — dime que me amas, lindo.

— Te amo, mi Kookie, mi dulce galletita. Tú y Dongsunnie son mi máxima felicidad en esta vida, mi amor. — rió avergonzado. —

— Y ustedes son la mía, Kimie. — rozó sus narices besando los labios del de piel canela disfrutando de los belfos del mayor. —

— Appis...— murmuró una pequeña y suave vocecita, JungKook la escuchó y miró a su pequeño hijo saliendo de la cama y tomándolo en brazos. —

— ¿Que sucede campeón? Es bastante tarde. — besó su cabecita. —

— Tuve una pesadilla y tengo miedo. — dijo con su voz temblorosa y ojos cristalizaditos. —

— Mi vida...— Jeon le entregó en brazos al pequeñito de su hijo a TaeHyung quien acarició su cabecita y lo recostó a su lado mientras lo abrazaba. — Por hoy dormiras aquí, bebé ¿cierto Appa Kookie?

El azabache sonrió enternecido, y se acostó al lado de ambos, abrazando a los dos grandes amores de su vida. Que si no fuera por ellos, ésta no tendría el más mínimo sentido.

(...)

SpaceChim♥

Tú Sonrisa » KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora