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- Tae cariño, ¿me puedes ayudar a guardar las cosas? - preguntó en voz alta la mujer para que su hijo, en la segunda planta pudiese oírle. -

- ¡Claro mamá! - con sus mejillas rosadas bajó soltando risitas por lo sucedido con su menor. -

- ¿Sucede algo, hijo? - preguntó la mujer feliz de ver a su hijo alegre. -

- ¿Eh? No nada nada - esbozó una ligera sonrisa tranquilizadora para Sun Mi y prosiguieron a guardar todo. -
Un rato después luego de que terminaran y que la mujer comenzará a hacer él almuerzo, JungKook caminó hasta las escaleras para bajar al primer piso.

- Hola Sunmi Noona - bajó Jeon con una sonrisa, aquella adorable sonrisita "inocente" para muchos, menos para los que conocían por que éste la esbozaba. -

- Kookie, pequeño, que gusto verte por aquí - la mujer le sonrió cálidamente. -

El azabache sólo asintió manteniendo su sonrisa. Observó que tras la bajita mujer yacía él pequeño cuerpo de Tae Hyung, y cuando la mujer abandonó la cocina para rebuscar algo en su habitación, él pálido se acercó a su amante con anhelo, abrazándolo por la espalda justamente de la cintura.

- Tú aún no te salvas, bonito. - murmuró sobre él oído de Kim, quién inmediatamente se estremeció al sentir la mordedura en el lóbulo de ésta. -

- Kookie~ aquí no~ mi madre está...- sintió como él menor pero más Alto que él movió su cadera sobre su trasero haciéndolo enrojecer en demasía, él otro sólo soltó una carcajada y se separó. -

- Sé que está tu madre, cariño, no voy a desvirgarte frente a ella. - Comentó con una sonrisa burlona. -

- Ya ni siquiera pareces menor que yo - hizo un puchero. -

- Mhn, bebé, él pasivo aquí eres tú, lo lamento. - sonrió al ver él pequeño berrinche adorable que él otro hacía. -

***

- Hyung, debes comer. - hizo una mueca mientras sostenía su celular cerca de su oído para poder escuchar al mayor. -

Tae No te preocupes, quizá y más tarde lo haga, no tengo hambre ahora.

- No me gusta mandarte, YoonGi hyung, por favor alimentate, no quiero que enfermes, sé que estás mal....pero ya sabes...enfermo que come no muere oh..uh creó que era así. - escuchó una risa del otro lado de la línea. -

Está bien mocoso, comeré, pero más tarde hablamos, Hoseok acaba de llegar con lo que le pedí.

- Disfruta tu tarde, YoonGi hyung. - murmuró. -

Finalmente la llamada fue cortada y una tierna sonrisa se formó en los labios de TaeHyung, se acercó a su menor que lo miraba atento en él sofá y se acurrucó en sus brazos, para ver juntos una película.

- ¿Cómo sigue YoonGi hyung? - murmuró Jeon besando los belfos rosados de Kim. -

- Está mejor, más animado a pesar de todo, Hoseok fue a cuidarlo asique estoy más tranquilo.

- Qué buen hermano - sonrió mirando la televisión. -

- Siento como si realmente lo somos, no es mi culpa. - soltó una risa. -

- Entonces no tengo razones para sentir celos si lo ves de ese modo

- ¿Qué? ¿alguna vez lo hiciste? - se carcajeó divertido. -

- Claro, pasaban mucho juntos y mirándose. - hizo un puchero. -

- Deja aquello de lado, Kookie~ - susurró besando él cuello blanquecino del azabache. -

- ¿Me dejas imaginarte erótico en éstos momentos? - se carcajeó al ver él rostro rojo del contrario. -

- Eres demasiado pervertido, no puedo contigo. - rió cuando fue recostado en él sofá y él menor quedó sobre él. -

- Siempre, precioso. - sonrió seductoramente y lo besó. -

Sin embargo no tenía otras intenciones con aquel inocente y dulce beso, acarició el cabello de su enamorado con ternura al igual que su mejilla.

- Te amo ¿lo sabes? - murmuró sobre sus labios. -

El contrario soltó una pequeña risita adorable. - También te amo, Kookie - murmuró y unieron sus frentes, melosamente rozando sus narices. -

Más tarde, comenzando la noche él de bellísima piel canela quedó dormido entre los cálidos brazos del azabache; quién lo levantó tomado en brazos y lo llevó a la habitación, recostándolo y tapándolo con las cobijas, debido a que éste ya tenia puesto su pijama.

Le observó dormir, maravillado de la hermosura que opacaba a cualquiera, era un pequeño angelito en vida, simplemente perfecto.

Comenzó a preguntarse entonces en lo que vendría, en aquella operación, ¿el mayor lograría salir con vida?, era una operación que de dos personas en un millón llegaba a resultar efectiva, tenía miedo de nunca más presenciar aquel rostro tan angelical que la vida le había regalado después de tanto tormento. Su depresión seguía allí, pero gracias a Kim olvidaba esos detalles, no se deprimía debido a que la presencia del contrario era una luz tan brillante que le cegaba y le hacía olvidar.

- Te amo, Taetae - murmuró acariciando tiernamente la mejilla de éste. - ojalá él destino no decida separarnos.

Suspiró y recostándose junto al pequeño cuerpo del pelirrojo cayó dormido. Para prontamente la siguiente mañana amanecer anonadado y con confusión.

Escuchó una melódica risa y miró al chico quién estaba apoyado en él marco de la puerta con una sonrisa divertida.

- Buenos días, dormiloncito~ - se tiró junto a él acurrucandose en él pecho del pálido. -

- Buenos días, pequeño. - rió al recibir un pequeño golpe en su pecho. -

Sun Mi los observaba desde el pasillo, embobada con aquella pareja de chicos que le causaba tanta ternura ver. Su Taetae estaba feliz y aquello era lo que más le importaba a ella.

-; SpaceChim

Tú Sonrisa » KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora