Yoon Gi Pov
Jackson acababa de salir del departamento después de que nos pusimos en plan cursi. Jimin estaba nuevamente a mi lado, mirándome y regañándome sin decir nada.
-Lo siento-. Le dije.
Él abrió la boca pero de inmediato la cerró y se fue a una habitación, dejándome solo en la sala.
Suspiré y agarré mi maleta, para llevarla al cuarto que quedaba. Decidí tratar de terminar lo más pronto posible mis asuntos y así regresar, de preferencia con Sun...
Me cambié rápidamente y me ví en el espejo.
Una vez listo, toqué con suavidad a la puerta de Jimin, sin recibir ninguna clase de respuesta.
-Jimin, voy a salir... Vuelvo pronto. Jackson dejó comida en el refrigerador, espérame aquí-.
Dicho esto salí del departamento.
Movía mis manos con impaciencia, esperé a que Jackson volviera para que me llevara hasta mi padre. Observé el Porsche acercarse y en cuanto estuvo frente a mí, me subí.
-¿Estás nervioso?-. Preguntó cuando arrancó el auto.
-Como no tienes una idea-.
Él no dijo nada más, ambos sabíamos que lo que se venía sería un desastre total.
Llegamos a una mansión que conozco más que bien, siento cómo se seca mi garganta y después de agradecerle con la mirada a mi amigo, me bajo de su auto.
-Suerte. Vendré por ti-.
Se fue y me acerqué a la puerta, toqué con los nervios a flote y en menos de 15 segundos, una señora ya mayor me abrió.
-¿Sí?-.
-Soy Min Yoon Gi-.
Ella abrió los ojos como platos y se movió para dejarme pasar, cerrando la puerta detrás.
-Todos están esperando en la habitación del señor Min-.
Tragué saliva y me dirigí a su maldito cuarto, aquel que tan malos recuerdos me traía.
Respiré profundo y abrí la puerta, ocasionando que todas las miradas se posaran en mí.
-Vaya, cuánto tiempo, hijo-.
Observé al dueño de aquella voz que sonaba cansada pero firme y no pude evitar sentir lástima por aquel señor que estaba postrado en la cama, con un tanque de oxígeno al lado.
-Te ves de la mierda-. Dije con una sonrisa.
-Parece que después de todo sí te convertiste en un hombre, Yoon Gi. Me equivoqué contigo-. Dijo ahora con una sonrisa de lado.
Un carraspeo me hizo mirar con curiosidad a un chico castaño de unos 27 años, a su lado, estaba esa chica de sonrisa aterradora y nariz operada. Hanne.
-Vaya, ¿dónde dejaste a tu novio? ¿ya se aburrió de ti?-. Dije alzando una ceja, ella sonrió.
-Vaya, ¿dónde dejaste a tu hermana? Ah espera, está muerta-. Soltó una carcajada y yo la miré con el ceño fruncido.
-Cállate Hanne-.
Sí, eso es algo que yo diría, pero lo dijo el chico castaño. Hanne parecía tan sorprendida como yo.
-¿Qué mosca te picó, hermanito?-.
-¿Vienen a pelear o a hablar?-.
Todos miramos a mi padre.
-Vengo a decirte que necesito que me regreses a mi hija, tus hombres se metieron con mis amigos, ¿Cuál es tu puto problema?-. Le dije con un odio indescriptible en cada palabra.
Él rió en seco y negó con la cabeza.
-Mi pobre Yoon Gi, por más que quisiera ser yo el culpable de tu desgracia, temo decir que no he tenido nada que ver en eso. ¿Por qué no le preguntas qué pasó a tu hermano?-.
No comprendía nada. El chico apretó los labios para después sonreír con tranquilidad.
-¿Tú? ¿Esto es por Hanne?-. Le pregunté al tipo.
-¿Por mí? ¡Yo tampoco entiendo nada!-. Dijo ella mirando severamente a su hermano, que se encogió de hombros.
-Es mi hija, tengo derecho a quedarmela-. Dijo fríamente.
Hanne y yo casi que lo matamos con la mirada.
-¡No estoy para tus juegos, imbécil!-. Me acerqué a él dispuesto a golpearlo, pero Hanne lo hizo primero.
-¡Sabía que tenías algo con esa maldita! ¡Por eso la maté! ¡Te odio!-. Ella le da una fuerte bofetada y sale hecha una furia de la habitación, mi cara pierde más color (sí, más del normal) y lo veo con enfado.
-Oh sí, me encantaba como gritaba mi nombre cada que la tomaba, era excitante cómo decía "no Jung, por favor, ¡Detente Hwa!" - quería matarlo, se lo estaba buscando- lamentablemente para mí, nunca usé protección. Al principio estaba más que feliz al saber que no quería que me hiciera cargo de ese niño o niña. Pero luego me nació el instinto paternal, te ví tan feliz cuidando de ella que me dieron ganas de cuidarla. Tal vez cuando crezca le espere el mismo destino que a Hye. La tomaré día y noche-. Dijo con una sonrisa.
-¿Y tú quién mierda eres?-. Dije conteniendo mi enojo.
-Jung-Hwa, mucho gusto, cuñadito... O ¿Suegrito? ¿Cómo debería decirte?-.
Me lancé contra él y le di un golpe en la cara, haciendo que llevara sus manos a su nariz, que tenía sangre.
-Golpea lo que quieras, por cada golpe será un día más tomando a tu pequeña cuando crezca-.
-¡Eres un cabrón!-. Le di otro golpe en la cara, haciéndolo caer.
-Anda, házlo de nuevo. Házlo y cuando llegues a tu departamento encontrarás un lindo pelirosa bañado en sangre-.
Sentí como si mi alma me abandonara, una preocupación se instaló en mi pecho y le observé con asco.
-¿Tan infeliz eres? ¿En serio? ¿Eres tan infeliz como para no dejar que otros sean felices? Qué pena me das-. Dije con una sonrisa falsa.
-Yo soy muy feliz destruyendo la felicidad de otros, no sé de qué hablas-. Dijo encogiéndose de hombros.
-¿Qué quieres?-. Dije seco.
-¿Uh? ¿Por qué querría algo?-. Dijo sonriendo.
-¿Qué quieres a cambio de desaparecer de mi vida?-.
Él ríe como un loco.
-Lo que quiero no puedes dármelo. Quería a tu hermana, pero está muerta. ¿Puedes traerla de la muerte?-.
-¿Crees que yo no quisiera eso? ¿Que regresara de la muerte?-.
-Únete a nosotros-. Hwa y yo volteamos perplejos a mi padre, que ahora parecía más saludable que nunca.
-¿Qué?-.
-Si te unes y dejas al chico te devuelvo a tu hija. Demuestra que no eres el mismo marica de hace años-.
Yo me quedé sin palabras, y negué repetidas veces. ¿Por qué me hacen elegir entre mis dos personas más amadas? Esto... Es una jodida mierda.
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La hija de Suga. Yoonmin.
FanficJimin: Un chico tierno y agradable, que siempre trata de sonreír. YoonGi: Un chico de personalidad dura, pero amable, que siempre trata de no sonreír. Sun: la pequeña bebé que cambiaría la vida de Yoon Gi. Y tal vez la de Jimin...