[ El Príncipe ]

Capítulo III

Para mala suerte de KiBum, o buena suerte de él, JongHyun no tuvo que esperarle demasiado. Casi igual de rápido a como el rubio había ido hacia el departamento de su amigo, igual de rápido había aparecido breves minutos después por el acceso del edificio. Pero esta vez, caminando de regreso al auto.

JongHyun se sorprendió de verlo ahí, titubeando sobre qué debía hacer, más cuando el rubio simplemente se subió por el asiento trasero, cerrando la puerta con un duro golpe. Algo le pasaba. Él rodeo el auto y se subió en el asiento del piloto, esperando por instrucciones que tardaron casi quince minutos en llegar. Sí, JongHyun había visto pasar cada minuto en su reloj de pulsera.

- Señor, ¿Dónde desea que lo lle-

- Lo olvidé – le interrumpió KiBum, manteniendo su rostro girado hacia la ventana – Olvidé que TaeMin tiene su propia vida, sus propios asuntos por atender – dijo riendo nerviosamente, casi como si quisiera tragarse un llanto que no tardaría en salir – Estaba ocupado. Él... tiene un novio

KiBum reía mientras hablaba, pero era evidente que no lo hacía por felicidad o diversión alguna.

- TaeMin tiene novio y yo... no tenía idea

Entonces, el rubio baja la mirada y por el espejo retrovisor, JongHyun le mira y nota el par de lágrimas que caen y que se pierden entre los largos y finos dedos de KiBum. Él no le mira de regreso, simplemente finge que está aburrido y que jugar con sus manos es la mejor entretención del mundo. Y JongHyun no le dice nada porque, mas que mal, es primera vez que KiBum le habla de forma tan directa y sin órdenes o palabras toscas de por medio. Aquello que KiBum le confiesa, pareciese ser parte de una plática entre amigos de toda la vida y no entre un chofer y su patrón.

Lo que hace a JongHyun sentir muy incómodo, ¿Qué debía responder? ¿Acaso... tendría que decirle algo en estos momentos?

- Quizás, olvidó decirle que estaría con su novio... - comentó JongHyun, sin saber si estaba bien haber hablado cuando ni siquiera se le había pedido la palabra -... me refiero a que usted solo me pidió venir y yo, bueno, no recuerdo haberle visto llamar a su amigo diciéndole que vendría a verlo

Sí, y quizás no habría tenido que ir hasta el departamento de TaeMin completamente desesperado, ni tenido que golpear su puerta como si su vida dependiera de aquello, ni tampoco se habría sentido un idiota cuando vio a su amigo sorprendido de verle ahí, notando que no estaba solo, sino que también había cinco pares de ojos viéndole con extrañeza. Porque TaeMin estaba con su novio, con sus padres y sus suegros tomando el té, quizás conversando de cosas más importantes que las que acongojaban a KiBum, teniendo un momento más agradable que aquel que TaeMin podría vivir con él llegando a su departamento sin avisarle.

Y tal vez, no habría puesto a TaeMin en la incómoda posición de tener que disculparse y llevarlo al pasillo del piso, para explicarle que tenía visitas, que no era un buen momento para que KiBum estuviese ahí, que debió de haberle llamado antes porque estaba su novio y los padres de éste, además de sus padres y eran gente muy anticuada, que por puro amor de padres aceptaron el noviazgo de sus hijos pero que no le gustaban las apariciones inesperadas, menos cuando estaban hablando sobre su futuro.

Pero cuando KiBum tuvo que devolverse por el mismo camino por el que había llegado, no logra recordar todas las cosas que ese TaeMin de pantalón de tela y camisa, con cabello perfectamente peinado y colonia masculina le dicen. Primero porque no es el mismo TaeMin que él conocía; ese de pantalones de cuero a media cadera, de jeans rasgados que mostraban los muslos, o pantalones de chándal que parecían leggins de lo apretados que eran. De poleras anchas u otras demasiado ajustadas, rasgadas o transparentes, de cabello alborotado o brillo labial. KiBum no logra recordar qué excusa miserable le dio TaeMin para echarlo de su edificio y pedirle que no volviese si es que no avisaba antes, porque lo único que el rubio logra recordar, son las palabras evasivas de su amigo; "Si te decía que tenía novio, te ibas a sentir apenado conmigo, porque yo sé que soy tu único amigo y no quería que sintieras que te estaba abandonando".