Capítulo XII

789 135 36
                                    

Cuando salió de la cocina con una taza en cada mano y fue hasta la sala, KiBum seguía tal donde lo había dejado hace un rato. Estaba sentado en el sofá, con las piernas flectadas mientras las abrazaba contra su cuerpo y una manta cubriéndolo por la espalda. Parecía como si el mismo sofá se lo estuviese comiendo de tan diminuto que se veía.

JongHyun sintió compasión de él. Desde que salieron del Club de Campo, KiBum no había dejado de llorar. Lo hizo durante todo el camino de regreso al departamento de JongHyun y al llegar, siguió llorando. Por un momento, JongHyun creyó que el Sr. Kim iría a su departamento, después de todo, el hombre sabía dónde vivía. Pero no lo hizo. Su jefe tampoco llamó a su hijo para saber cómo estaba y eso, lo desconcertó aún más.

¿Cómo era posible que KiBum tuviese padres tan apáticos e indiferentes con el dolor de su hijo? Eso solo lo hizo convencerse aún más de que renunciar a seguir trabajando con los Kim, fue la mejor decisión que JongHyun pudo haber tomado.

- Ten, bébelo mientras aún está caliente – le dijo entregándole una taza al rubio, mientras él se sentaba sobre la mesita de centro, al frente de KiBum.

KiBum sonrió con tristeza y sopló con cuidado, bebiendo un poco para luego cerrar los ojos hinchados por tanto llorar y suspirar placenteramente.

- Gracias... - murmuró mirándolo con algo de vergüenza – Por todo lo que has hecho por mí, po-por, por cuidarme y...

- ...te dije que lo haría, después de todo es mi trabajo o, lo era – sonrió el mayor.

- Lamento eso, que perdieras tu trabajo...

- ...renuncié, ¿Recuerdas? Fue mi decisión

- Pero, de todos modos, era tu trabajo...

JongHyun sonrió.

- Acepté ese trabajo por tu padre – comenzó diciéndole – Yo admiraba a tu padre, él me había ayudado mucho y cuando fui dado de baja del ejército, fue el único que no me dio la espalda. Sí, necesitaba también el dinero, pero por, sobre todo, trabajar contigo fue por tu padre

Algo en aquellas palabras, le hizo sentir mal en su interior. Pero qué tonto; ¿Cómo iba a dar por hecho, que JongHyun estaba realmente complacido con su trabajo? O, mejor dicho, ¿Trabajando con él?

- Cierto... - musitó con algo de pena – supongo que tendrás que devolver el auto, ¿O no?

- Sí – sonrió el mayor – tendré que devolverlo

KiBum sonrió con algo de lástima. Jamás habría querido que JongHyun renunciara a su trabajo, de hecho, jamás habría imaginado que JongHyun, su chofer, alguien que sabía trabajaba con él solo porque conocía a su padre y porque necesitaba el dinero, hiciese por él mucho más de lo que su propia familia había hecho.

- Tú te has preocupado por mí mucho más que cualquiera, ¿Por qué? – preguntó con genuino interés – y-yo, yo sé que no te agrado, sé que no le agrado a las personas y que también hablan mal de mí, incluso, Yuri y MinHo sabían que tú lo pasabas mal trabajando conmigo

- Eso fue un error, jamás debí comentar ese tipo de cosas...

- Si lo hiciste, fue porque yo debía estar volviéndote realmente loco – bromeó KiBum, haciendo sonreír a JongHyun - ¿Por qué?

JongHyun suspiró.

- No lo sé – admitió finalmente – no lo sé KiBum, yo... tampoco logro entenderlo del todo

[ El Príncipe ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora