[ El Príncipe ]

Capítulo VII

Estaba, tan avergonzado. Desde su arrebato en la mañana hasta ahora, ya habían pasado un par de horas y KiBum todavía no era capaz de mirar a la cara a Yuri o a MinHo. Más que mal, había hecho un arrebato en su casa, después de todas las atenciones que la pareja le había ofrecido desinteresadamente. Lo que JongHyun pensara de él, le importaba poco y nada para ser sinceros.

Apartó los ojos de la revista que fingía leer, mirando a lo lejos cómo MinHo, JongHyun y los niños jugaban a la orilla del mar. Todos habían acordado ir a almorzar a la playa, por lo que Yuri preparó bocadillos y juntos, se fueron caminando a la playa más cercana, a escasas cuadras de la casa de la familia.

Sorpresivamente, el lugar era más lindo de lo que KiBum creía. La playa era amplia y muy limpia, había negocios de comida local, artesanías y refrescos frutales. Ahora estaba recostado en una reposera bajo el quitasol, usando un traje de baño que MinHo le había prestado mientras Yuri le había dejado por breves minutos para ir a los servicios públicos.

- A veces los veo y no sé cuáles son los adultos...

KiBum se giró, sonriéndole a Yuri que estaba de pie a su lado, mirando a lo lejos. El rubio hizo lo mismo y notó que MinHo y JongHyun se revolcaban en la arena, mientras los niños le lanzaban más arena en el pelo y reían.

- ¿Son amigos hace mucho tiempo?

- Años... pensé que JongHyun te había hablado de MinHo – dijo Yuri con algo de confusión.

- Lo siento, nosotros no tenemos ese tipo de relación...

- Entiendo – sonrió la mujer – pero sea lo que sea que estás haciendo, sigue haciéndolo, si no fuera por ti, tal vez no habríamos visto a JongHyun quizás en cuánto tiempo más...

Él le miró con interés en lo que le estaba diciendo.

- Lo último que supimos de JongHyun, fue que tenía un trabajo como chofer para una familia de mucho dinero – le contó – no parecía muy feliz, sobre todo con el hijo de la familia; en palabras de él, era un pendejo engreído de mierda. Dios, que no me escuchen mis hijos...

- Ya veo – musitó incómodo, mirando otra vez a JongHyun, quien estaba ajeno a aquella conversación - ¿Pendejo engreído de mierda?

- Así tal cual. Tal vez debe serlo, JongHyun no es el tipo de persona que hable en esos términos de la gente, él es muy tolerante...

- ¿Tan malo era ese chico?

- No puedo imaginármelo, pero así debe de ser... creo

- Bueno, lo tomaré en cuenta – comentó el rubio – sé que no le caigo bien a las personas. No es agradable oír que se refieren a mí en esos términos...

Yuri, quien miraba a su familia, volteó de pronto el rostro hacia KiBum. El rubio miraba hacia el horizonte, sonriendo con más compromiso que con el sentimiento.

- Oh, Dios... - tartamudeó la mujer – KiBum

- Está bien – intervino él, esta vez, sonriéndole genuinamente; ella comenzaba a agradarle – No tienes que disculparte, no es nada que no sepa... estoy acostumbrado a escuchar esas cosas de mí

- KiBum, lo lamento, no sabía...

- Lo sé, no estoy molesto contigo por repetir lo que JongHyun dice de mí, no es como que sea ingenuo al respecto

- ...no solo por eso – añadió Yuri – También lamento que estés acostumbrado a eso, para nadie debería ser normal que otra gente tenga una percepción errónea de uno mismo