[ El Príncipe ]

Capítulo VIII

Antes de abrir los ojos, supo que algo extraño ocurría a su alrededor. Lo supo por el aroma a desinfectante y un molesto pitido que sonaba cerca de su cabeza. Aún sin despertarse del todo, se removió en la cama, sintiéndola más grande y con sábanas más ásperas que la cama en donde recordaba haberse dormido la noche anterior.

Se sentía extrañamente descansado, como si hubiera dormido por largas noches sin ser molestado por nadie más. KiBum oyó un ruido, una puerta abriéndose y pasos acercándose a él. Lentamente abrió los ojos y vio a una joven mujer con un traje extraño, revisar una bolsa transparente que colgaba casi sobre su cabeza.

- Oh, está despierto, ¿Cómo se siente?

- ¿Dó-dónde estoy?

- En el Hospital Central, en Mokpo – le respondió la joven enfermera, sonriéndole con calidez.

- ¿Ho-hospital? - ¿Por qué estaba en un hospital? Se preguntó KiBum, lo último que recordaba fue haber visto a JongHyun y luego, nada más - ¿Dónde está JongHyun?

- Ahí...

La enfermera apuntó hacia un rincón de la habitación, en donde JongHyun dormía en un sofá para familiares de los pacientes. Se veía tan grande en aquel incómodo sofá, que por un momento KiBum quiso reírse de él, pero no lo hizo.

- Ha estado toda la noche aquí, estaba realmente preocupado por usted – habló la mujer – Su novio insistió en quedarse, aunque le dijimos que no era necesario

- Él, él no es mí no-novio... - le corrigió KiBum - ¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy aquí?

- Sufrió un ataque de pánico, llegó en la madrugada muy descompensado, así que lo ingresamos por urgencias y decidimos dejarlo en observación hasta que se sintiera mejor – respondió la enfermera - ¿Cómo se siente?

- Mareado...

- Debe ser los medicamentos, pero no se preocupe, ya nos contactamos con su familia y ellos vienen a buscarle, podrá irse a casa en un par de horas

- M-mí, ¿Mi familia?

- Sí, ellos vendrán a buscarle...

- N-no, no mi familia, ellos, ellos no...

KiBum se comenzó a desesperar, lo que menos necesitaba ahora era a su madre despotricando en su contra y a su padre mirándolo con lástima mientras trataba de defenderlo de la mujer. No los quería cerca, sus padres eran demasiado molestos. Tenía que irse de ahí antes de que llegasen y así evitarse un mal rato.

- ...debo irme, tienen que dejarme ir – insistió, tratando de quitarse la aguja que atravesaba su mano.

- Joven, ¡No puede! ¡Por favor tranquilícese! – le rogó la enfermera, tratando de sujetarlo - ¡Tiene que recostarse, por favor!

- ¡Déjeme ir! ¡Quiero irme!

La disputa entre ambos fue breve pero intensa, mientras más se removía KiBum en la cama, más fuerza aplicaba la delgada mujer en su contra, quien se seguro en su experiencia, había tenido que tratar con varios pacientes difíciles como él.

Estaban tan enfrascados en uno, tratar de detener al otro, que no se percataron que habían despertado a JongHyun, quien caminó hacia la cama para quitar las manos de la enfermera de los antebrazos de KiBum y así poder tranquilizar al chico.

- Hey, hey... - susurró con su voz ronca por haber estado durmiendo, aventurando una mano hacia la frente de KiBum y la otra a su mejilla, acunando su rostro – Sht, cálmate, debes tranquilizarte...