[ El Príncipe ]

Capítulo VI

KiBum respiró hondo y se tranquilizó. Sin teléfono celular ni dinero, no le quedaba más opción que aguantar esos malditos días en ese maldito lugar soportando a ese maldito idiota que había osado burlarse de él. Tenía que ser más astuto que JongHyun si no quería perder la cabeza.

Cálmate Kim KiBum, cálmate.

Caminó de regreso a la cocina y avanzó con seguridad en sí mismo. Si JongHyun quería que se comportase frente a, como sea que se llamaban los dueños de casa, él iba a ser el mejor jodido invitado de todos. Palabra de Kim KiBum.

Al llegar a la mesa, todos los comensales le quedaron mirando. Qué incómodo.

- Mami, ¿Qué es una maldita pocilga?

El rubio cerró los ojos, dándose cuenta de que la conversación que había sostenido con JongHyun en la sala, no había sido tan privada como él creía. Y que la casa, tenía pésima aislación acústica.

- MinJi, no cariño... - murmuró Yuri, haciéndole un gesto a la pequeña.

- Papá, no es justo, ¡¿Por qué él puede decir malas palabras y yo no?! – se quejó JiSung.

- Porque eres menor de edad y yo te lo prohíbo – le respondió – Hola, soy Choi MinHo, bienvenido a mi pocilga...

- Oiga, escuche, yo no quise...

- Está bien, JongHyun me explicó que reprobaste en varios colegios y que no asistes a la universidad, así que supongo que careces de la mínima educación como para atinar a no decir palabrotas en casas ajenas ni menos cuando estás de invitado

KiBum tragó duro. Miró a JongHyun quien tenía su vista baja, hacia su plato sin hacer ni un atisbo en intervenir a su favor.

- Señor, y-yo, Señora, es decir... yo, quisiera disculparme por

- Más te vale sea una disculpa sincera chico, no espero menos que eso, sobre todo después de la forma en que te referiste al hogar que tenemos con mi esposa y mis hijos...

- S-si, es, una disculpa sincera, lo digo en serio

- Pues discúlpate, no te quedes ahí titubeando mientras haces un agujero en el piso de mi jodida pocilga

Dios, ¿A qué lugar lo había traído JongHyun? ¿Qué tipo de gente era esta? ¿Por qué de pronto se sentía como un niño de tres años que era regañado por sus padres? KiBum no lo entendía, pero estaba tan incómodo que el sentimiento de culpa por la forma en que había hablado comenzaba a crecer en su interior, poniéndolo nervioso.

- ¡Oh por Dios MinHo, ya déjalo en paz!

Cuando Yuri dijo aquello, los otros dos adultos presentes comenzaron a reír animadamente, mientras la mujer movía la cabeza de un lado a otro y se ponía de pie, buscando la cafetera para servirle café al rubio. Los niños que estaban en completo silencio siguieron comiendo lo que les quedaba de desayuno, aparentemente acostumbrados a esas bromas de su padre.

- ¿E-Era una broma?

JongHyun y MinHo (si no recordaba mal) seguían riendo mientras le ignoraban, Yuri les hizo callar un par de ocasiones, pero de igual modo parecía contagiarse de ambos.

- KiBum, mi esposo no hablaba en serio, sucede que cuando se juntan estos dos, se ponen un tanto idiotas

- ¡Papá, mami te dijo idiota! ¡¿Por qué ella puede decir palabrotas y yo no?!