La oscuridad no podía ocultar la belleza del bosque donde me encontraba. Una tenue coloración azul pintaba el paisaje y la luna solo lo iluminaba a él. Cerraba los ojos sentada en el césped intentando relajar mi rostro que no dejaba de sonreír. Sentí un olor a rosas y madera tan abrumador que me incliné hacia adelante instintivamente. El olor se esparcía por el bosque y se intensificaba cada segundo. Cuando abrí los ojos Leo estaba sentado frente a mí. La luz lunar lo hacía ver casi como una fantasía, un sueño, pero él estaba ahí; con una sonrisa tan delicada como cálida y unos ojos que me hipnotizaban y me intimidaban a la vez. Me recliné de la sorpresa y perdí el equilibrio. Estaba cayendo sobre mi espalda, pero él me sujetó en el momento justo, de forma rápida pero delicada tiró de mi hasta recobrar mi postura, posó su mano sobre mi cuello delicadamente y rio en voz baja. también reí mirándolo a los ojos y luego me quedé sonriendo. Sentía que compartíamos un secreto, un momento infinitamente íntimo.
—¿Podrías contarme una nueva historia? Siempre me han hecho falta. —Dije con tono inseguro.
—Lo siento ya no conozco más historias. Hace años que no leo cuentos, pequeña. —Respondió Leo acariciando mi cabello mientras yo agachaba la cabeza.
Extrañaba tanto su voz pero en ese momento él no parecía dispuesto a hablar. —Ohh.. Entiendo—Dije mientras me dejaba caer de espaldas en el césped húmedo para admirar los grandes árboles que adornaban la vista de la gran luna llena.
Escuché como Leo se echaba a mi lado. ¿Ppodría resitar algún poema sobre la luna que nos iluminaba si se lo pidiera con insistencia? Estaba impaciente por escucharlo, pero no dijo nada. Giro hacia mí y me acorraló con sus brazos, yo seguía recostada. No tenía donde huir de la fuerza que tenía en su mirada. Estaba asustada. ¿Porque Leo esta tan callado? La ansiedad me invadió cuando su rostro se acercaba peligrosamente al mío. Cerré los ojos estrechándolos con fuerza y sentí que algo frío tocaba mi frente.
Salté sobre mi misma ante el contacto y al abrir los ojos, el oscuro bosque se había convertido en la cálida habitación blanca que ocupo desde hace un mes. Leo estaba sentado en la cama y su fría mano estaba sobre mi frente. Estaba aún en shock por el repentino cambió de realidades y mi mente intentaba archivar mi último sueño para nunca olvidarlo. Estoy segura que me veía desorientada y Leo se veía preocupado.
—Tienes fiebre. Pasaba a ver cómo te encontrabas y estabas sudando. ¿Tenías una pesadilla? —Negué con la cabeza gacha y la mano de leo aun sobre mi frente.
—No quiero que te enfermes. Han estado muy frías las tardes. No debes salir tan desabrigada. —Yo me preguntaba si de veras estaba enfermándome o todos estos síntomas fueron solo causados por el sueño de aquella noche. Me sonrojé ante la idea de contarle a Leo lo que soñé.
Me senté en la cama e intenté levantarme. pero al dar un paso sentí mi cuerpo perdiendo la fuerza y equilibrio. Caí sobre mi misma haciéndome daño en la cadera. Leo sobresaltado me recogió del suelo y colocó sobre la cama nuevamente. No quería preocuparlo más pero no pude evitar quejarme del dolor aunque lo intentara. Leo tomó mi mano entre las suyas.
—Descansa hoy. Trata de relajarte y recuperarte. Parece que pasaste una mala noche. Te traeré el desayuno. — Leo se fue y me quedé sola.
Hace años no me sentía tan terrible. No enfermaba desde que era una niña y me costaba recordar como había mejorado en aquella ocación. Lo único que podía hacer era esperar a que Leo volviera mientras mi imaginación divagaba en cómo habría terminado mi sueño si no hubiera despertado. Suspiré
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La única voz en la tierra [Vixx]
Fiksi PenggemarUna joven diferente a todas vive un cautiverio eterno. La única voz que ha escuchado en su vida ha sido la de Leo; quien le ha demostrado lo que es el cariño a través de sus cálidas palabras aunque nunca se hayan visto cara a cara. Años después ella...