Depresión en Canadá (Camila Cabello y Tú) [G!P]

Capitulo 33- El final de nosotras

Lauren POV

Estaba nerviosa, no tenía idea de lo que le iba a decir, pero ya estaba cerca de su apartamento así que no me podía arrepentir. Mis manos sudaban el ramo de rosas que traía entre mis dedos. No se como le explicaría el dolor que siento por haberla tratado así. Zayn hizo miles de preguntas que no respondí. El ni siquiera entendía porque le pedí que me llevara a una florería y después devuelta a mi edificio. Tenía ganas de arrepentirme y dar la vuelta, lo admito, pero sabía que si lo hacía iba a dejar que mis padres ganaran.

Al llegar, Zayn se paró a un lado de la calle, me volvió a hacer la misma pregunta que no respondí, el suspiro y me despedí con un beso en la mejilla, un Gracias y buenas noches. Lo bueno que Camila y yo viviéramos en el mismo edificio es que no levantaría muchas sospechas.

Entre al lobby, el recepcionista, que ya me conocía, me miro de arriba hacia abajo, con una sonrisa coqueta y ojos sorprendidos al ver mi ramo de rosas

-Lauren, ¿Esas rosas no son para mi verdad?- me pregunto guillándome el ojo al mismo tiempo cuando apreté el botón del ascensor

-Véte a la mierda Austin- le dije, hoy no tenía el humor para soportarlo. Tal vez le diga a mis padres, pero no me importa. El me miro asombrado, pero volvió a sonreír

-Me gusta que seas así de difícil- me dijo cuando el elevador llegó al vestíbulo. Le saque el dedo sin darle ninguna respuesta y el sonrió. Lo vi hasta que la puertas se cerraron.

El elevador subía más rápido de lo que recordaba. Y mi corazón palpitaba mucho más rápido que lo usual. Empecé a sudar y sentí el estrecho elevador achicándose cada vez más. Estaba tan nerviosa que mi estómago empezó a rodar sobre sí.

El elevador paró en el piso 7, el número de la suerte, como dice Camila. Mis pasos se hacían cada vez más pesados y difíciles de hacer. Mi respiración era igual de irregular que mis latidos. Me mordí el labio y cerré los ojos hasta que me di cuenta que estaba enfrente su puerta. Escuché una canción tocar en lo fondo de su departamento, eran 'labios compartidos' de Maná. Me empezó a dar una taquicardia, pero no había vuelta atrás. Me sentía como si me fuera a tirar de un avión sin paracaídas, que iba a nadar sin brazos, que me metía en una jaula llena de leones a propósito, sentía que me estaba ahogando, pero todo por Camila.

Toque la puerta y escuché unos pasos irregulares y sin ritmo. Abrió la puerta una muy feliz Camila. Me miro a los ojos, me sonrió fuertemente y se abrazo de mi cuello, aunque yo diría que se tiro porque la tuve que sostener con el brazo que no sostenía el ramo de flores.

-Lauren, que bien que estas aquí- estaba hablando de una forma rara. No sabía claramente lo que estaba diciendo, parece que estaba balbuceando. La empuje dentro del apartamento y ella se sentó en una silla. Le di el ramo de rosas mientras me pasaba una mano por el cuello. Había humo en el aire y un olor extraño.

-Hey Camila...- me aclare la garganta y ella se puso seria. Bueno, creo que se puso seria o al menos me estaba mirando, cosa que me ponía más nerviosa -Yo tengo que decirte algo. Eres mucho más para mi de lo que tú crees- tosí un par de veces y seguí

-Eres mucho más que sexo para mi y no me gusta como te trate- ella casi se cae de la silla, me moví muy rápido y la agarre a poco centímetros del suelo. Dude que ella estuviera bien, pero tenía que continuar, no podía dejar esto en mi pecho por un segundo más así que fui directo al grano. Tome una gran bocanada de aire y no se como pude formular las siguientes palabras

-Te amo Camila-

_______ POV

-¿¡Que mierda está pasando aquí?!- al abrir la puerta del departamento solo me pude encontrar a una Camila con los ojos rojos y a una Lauren con un ramo de flores en la mano. Camila se levantó, o algo así, y camino hasta donde yo estaba. Me abrazo, pero yo la aparte. De momento ni Lauren ni yo habíamos dicho ni una palabra. Camila empezó a cantar en coro con la canción. Estaba tan cerca de mi que podía oler algo extraño. Su aliento no era normal. Era espantoso y me llenaba las fosas nasales. Le iba a gritar a Lauren, pero se veía a 14 millas que Camila no estaba bien