❝Bad Habits❞ 「EunHae」

10. Un Reto Caliente

—¡Que no, Hyukjae!

Aparto mi mano de la suya por milésima vez luego de rechazarlo de todas las maneras posibles. Esa misma mañana se había tomado la molestia de ir hasta mi casa con su motocicleta queriendo ser el "mejor novio" para mí, seguir dando un buen ejemplo para mis padres y que ellos siguieran creyendo que en realidad se trata de un buen chico. Tiene una mueca de disgusto plasmada en el rostro y la verdad es que aunque me deja un mal sabor de boca, no puedo aceptar así como así una muestra de cariño como esa sólo porque mi familia lo acepta.

Acaba por guardar su mano en el bolsillo de su pantalón pero se mantiene caminando a mi lado al parecer sin rendirse ante esa tonta fantasía de ser mi novio.

—¿Por qué es tan difícil aceptarlo? —dice poniéndose detrás mío cuando nos detenemos en la cola para comprar nuestro almuerzo.

—No eres mi novio, Hyukjae. El que mi familia te quiera y que se haya creído tus mentiras, no hace que suceda lo mismo conmigo —mascullo tanto por el enojo como porque no quiero que me escuchen las personas a mi alrededor. Resulta ser bastante difícil no llamar la atención. Es decir, soy uno de los chicos populares, de esos que siempre debe estar en la boca de más de uno como tema de conversación ya sea diciendo cosas buenas o malas. Siempre era observado cada que entraba a algún lugar del instituto donde se reunían casi todos pero al tener a Hyukjae, el chico más rebelde e "irresistible"  de todos, la atención aumentaba al doble, tanto que incluso los murmullos no se hacían esperar.

—La única mentira aquí es que soy tu novio, de ahí todo lo que dije es verdad —su confesión hace que me dé ganas de voltearme y enfrentarlo, no para llevarle la contraria, sino para asegurarme que de verdad no pronunció ninguna mentira esa noche, sin embargo no puedo. Recuerdo haberlo besado y correspondido perfectamente, ser tocado por sus manos. De manera inocente, claro está pero es más de lo que alguna vez pude soportar con un chico estando sobrio.

Sostengo la bandeja en la que está ubicado de forma ordenada lo que comeré y voy hasta una mesa. No pasa mucho tiempo en que estoy sentado, que Hyukjae se pone a mi lado. Levanto mis brazos apoyando mis codos en la mesa y frotando las sienes de mi cabeza. Él se ríe y deja caer su mano en mi muslo. Lo miro con desaprobación cuando empieza a subir; cierro mis piernas para detenerlo. Noto su rostro acercándose al mío así que acabo por regresar mi total atención a mi almuerzo.

Me estremezco cuando siento algo húmedo pasearse desde el lóbulo de mi oreja siguiendo por el borde de la misma, no es sólo su lengua sino esa barra de metal que la atraviesa. Aguanto la tentación de cerrar mis ojos cuando me muerde, torturo mi labio con mis dientes cuando baja a mi cuello.

—Espera, Hyukjae —me aparto de él en un salto cuando siento un apretón en mi miembro. No sé en qué momento abrí las piernas pero definitivamente fue a causa de su toque tan repentino.

—¿Qué? —sus ojos  muestran inocencia aunque su sonrisa es muy perversa. Me levanto con la bandeja en mis manos y me siento en frente de él—. Agradece que estos zapatos son difíciles de quitar porque ya te estaría tocando.

En un parpadeo, sus pupilas parecen haberse expandido y su iris oscurecido. Se pone de pie, mete su mano al bolsillo de su chaqueta y lanza una cartera justo en frente de mi almuerzo. Se parece muchísimo a la mía. Mis cejas se arquean cuando al siguiente segundo descubro que en realidad se trata de la mía. Alzo mi cabeza para reclamarle pero él ya me da la espalda caminando con su almuerzo hacia no sé donde.

No quiero pensarlo pero no puedo evitarlo. Ante todas las cosas que ha hecho sólo puedo creer que él se robó mi cartera.

La reviso y ladeo mi cabeza. Todo mi dinero y documentos personales están aquí. ¿Entonces para qué la cogió?