❝Bad Habits❞ 「EunHae」

15. No Drogas, No Alcohol

El pensar que el asunto de que quizá todo el mundo olvidó el hecho de que estuve con Hyukjae en una de las fiestas es ser alguien inocente, alguien que definitivamente no tiene ni idea de lo que es capaz de hacer este  pelinegro egocéntrico al cual no le gusta perder.

Fue exactamente esa misma.mañana cuando llegué que me sentí el protagonista de un crimen que probablemente podría costarme la libertad y tranquilidad durante toda mi vida. Cientos de pares de ojos sobre mí y otro par más de bocas susurrando cosas que sólo ellos pueden saber porque como dije, soy el protagonista de todo el alboroto. No. No yo. Hyukjae, que es el chico al que puse dure en cuestión de unos pocos minutos y sin hacer tanto esfuerzo como otras personas, como asegura el papel pegado a la pared en el que se ve una buena imagen de nosotros comiéndonos la boca, conmigo encima suyo.

Lo que atiné a hacer fue arrancarlo sabiendo que eso no haría diferencia dado el hecho de que habían muchísimos más de esos. Una mala mirada más de un profesor y otra del director que sin palabras me demostraba lo decepcionado que estaba de mí. Adiós oportunidades, adiós buenas recomendaciones. Imbécil, todo esto es culpa suya y la forma que tiene de lavar el cerebro.

Ahora, estando solos, está cruzado de brazos mirándome con una sonrisa satisfecha en los labios y con la diversión en su total magnitud brillando con orgullo en sus ojos. Estamos dentro del lugar donde siempre nos besamos y aunque en un inicio él intentó hacerlo, tuve que reunir mucho valor para empujarlo y tenerlo como lo tengo ahora. Bueno, casi. Mi idea era que se asustara aunque sea un poco pero sus pupilas dilatándose me dijeron que le encantó que lo hiciera.

—No había necesidad de hacer eso —le gruño apuntándolo con mi dedo. Choca sus dientes fingiendo que lo va a morder y yo lo aparto con rapidez—. Hablo en serio, Hyukjae. Dañas mi imagen.

—Es culpa tuya.

—¿Mi culpa? —bufo. Él se deja caer sobre una vieja silla a la cual la piel sintética ya se le ha caído dejando ver la tela e incluso parte de la esponja amarilla lo que las vuelve más cómodas.

—Sí. Cometiste un error al besar a ese idiota —gruñe, cruza sus largas piernas y después sus níveos brazos dejando ver como sus músculos se marcan.

—Puedo besar a quien yo quiera —imito su postura, al menos en la parte superior pues yo me mantengo de pie para mirarlo desde arriba y parecer, al menos así, un poco más amenazante.

—Entonces yo también lo haré —arrugo mi entrecejo. ¿Por qué presiento que espera que eso me afecte?

—En primer lugar, tú comenzaste con eso de no estar con nadie más por tu loca idea de tener sexo conmigo —estiro nuevamente mi dedo y le doy un golpe a su frente.

—Me hice exámenes de sangre para ver si tenía algo y dio negativo así que quiero estar contigo teniendo a mi pene limpio —hago una mueca. ¿Por qué tiene que ser explicito?

—Pues en ese caso vas a estar mucho tiempo sin sexo porque yo no estoy dispuesto a hacerlo contigo. Aprecio mucho el poder caminar bien —suelta una carcajada y me doy cuenta de lo que he dicho. Mis mejillas se calientan como nunca lo habían hecho. Acabo de admitir que soy el de abajo.

—Me haces la tarea más fácil, cariño. Y eso que incluso estaba decidido a dejarme dominar por ti.

—¿En serio?

—Obvio no —se pone de pie. Retrocedo de forma automática y llevo mi mano hacia atrás para buscar la perilla de la puerta. Apenas logro abrirla un poco antes de que ésta vuelva a ser cerrada por él que la empuja al poner su mano al lado de mi cabeza—. ¿Por qué sigues temblando cuando me acerco a ti si no te gusto?