❝Bad Habits❞ 「EunHae」

20. La chica nueva

Suelto el humo por mi nariz, una carcajada le sigue y niego con mi cabeza volviendo a darle una profunda calada al cigarro. Es muy probable que los que están hablando conmigo se estén preguntando por qué no estoy con HyukJae, por qué no estamos comiéndonos la boca tras el edificio como nos han visto unos cuantos curiosos hacer, bueno, ha estado bastante ocupado asistiendo a clases. El trato era que después de hacer toda su tarea, tener mejores calificaciones y todo lo que implica ser un buen estudiante, nosotros podíamos vernos y besarnos, lo que sea que él quisiera.

Más que porque quiero que él mejore, sucede que mi rendimiento ha empezado a bajar, últimamente se la paso secuestrándome para llevarme a fiestas, reuniones con sus amigos y termino siempee bebiendo, fumando o drogándome para luego tener sexo con él. Es genial pero quiero mantener esos privilegios para ir a la universidad.

—Oye, Donghae —miro a uno de ellos, todos ya están un poco perdidos por los efectos de la marihuana. Yo sólo quise un poco de tabaco, aún falta medio día de clases—. ¿Es cierto que practicas la sodomía con Hyukjae?

—Idiota, eso es obvio. Son hombres, sino de qué otra forma lo harían —interrumpe otro golpeando su cabeza—. La pregunta aquí es: ¿Practican sadomasoquismo?

Arrugo mi entrecejo. Desde que estamos juntos han habido miles de rumores badtante estúpidos y sin sentido sobre nosotros, hay algunos reales pero hay otros que son verdadera fantasía. Como aquel. Aunque resulta bastante curioso porque al pensar en su personalidad tan dominante es que no resulta sorprendente que él pareciera de ese tipo.

—No —respondo sin más. Pero como no son capaces de pensar correctamente como para saber que no quiero que sigamos hablando de ese tema, ellos deciden que es buena idra comtinuar.

—A mí una vez me hizo poner labial para que le haga una mamada. El pene le quedó manchado rojo pero él parecía muy satisfecho —menciona otro. Aprieto mi mandíbula. Esta es la parte que no me agrada, que al menos más de la mitad del instituto ha sentido a Hyukjae de alguna u otra forma, y no sólo con besos.

—A mí solía atarme al techo —todos lo miramos incrédulos—. Tiene una cabaña en un lago, o bueno, así lo recuerdo yo.

—¿Como Cincuenta Sombras?

—No, Hyukjae es muy creativo. Sólo cogía una cuerda cualquiera y me ataba a las vigas del techo —todos ríen, menos yo. No es gracioso, ni algo que me interese saber.

Tiro la colilla al suelo y la aplasto haciéndola papilla con la suela de mi zapato. Guardo mis manos en los bolsillos de mi pantalón y paso por en medio de ellos, pero ni siqueira así lo notan. Están en su mundo fantasioso donde recuerdan sus increibles encuentros sexuales con Hyukjae. Más allá del hecho que se hayan revolcado con el chico que me hace tener orgasmos increíbles, se trata de que esos chicos tienen novia, que inclusive parecían ser más heterosexuales que yo pero que de todas formas se han dejado marcar por ese peliazul egocéntrico.

Me dirijo al baño comprobando que aún falta tiempo para que se termine la hora de inglés, debo agradecer muchísimo que no haya venido el profesor. No me quejo de nada más que de su forma tan aburrida y tan poco didáctica para explicar.

Lavo mis manos para quitar el aroma tan característico de la nicotina y hago lo mismo con mi rostro. Lo enjuago y me miro al espejo, desabotono un poco mi camisa y veo las marcas qur tengo gracias a Hyukjae. Unas más oscuras que otras, algunas incluso con costras porque me ha mordido hasta hacerme sangrar. Lo he visto como algo inevitable, como algo normal, ya que después de todo su esoalda también ha quedado destrozada pero, ¿y si lo que es Hyukjae resulta ser más que un simple adolescente hormonal? Ese sentido de posesión casi llegando a la megalomanía, de golpear personas hasta el cansancio sin mostrar ni un signo de dolor o remordimiento.