Prólogo

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Desde pequeño me he caracterizado por destacar en todo. Fui el primero de la clase a los seis años, el capitán del equipo de fútbol a los once, el líder del grupo de baile a los quince y ahora a mis dieciocho años, el presidente de la academia. Puede que una persona considere que esos no son suficientes logros pero considerando el hecho de que hay chicos con la misma e incluso mejor posición económica que yo, con posibilidades de pagar para conseguir lo que yo, es una suficiente razón para sacar a relucir el hecho del esfuerzo que he puesto en cada una de mis acciones.

Hijo de un par de médicos, unos de los tantos exitosos en Seúl, con su propia clínica privada. Sí, sé lo que están pensando. Es muy probable que se vea como lo típico en una ciudad tan grande como ésta, pero por curioso que parezca, la capital únicamente se basa en apariencias. Lo que se ve normalmente no es la realidad. ¿A qué me refiero? Bueno, hay muchos chicos en la academia que son hijos de zapateros, de camareros, albañiles o dueños de pequeñas cafeterías que fingen ser incluso más adinerados de lo que en realidad somos aquellos que nos encontramos en la cima de todo.

«Egocéntrico» He sido llamado de esa forma tantas veces que a este punto llego a considerarlo un verdadero halago. Quizá he hecho mal al tenerlo como un sinónimo de sincero, aunque según uno de mis amigos llega a rayar con la arrogancia. No sé ni siquiera por qué se toma la molestia de decirlo, es más que obvio que si no se ha apartado de mi lado es precisamente porque tengo dinero y no por ser alguien de buenos sentimientos. Realmente me gustaría poder decir la razón por la cual me convertí en este tipo de persona, en la que se basa en la apariencia del libro en lugar de mirar su contenido. Aunque de todas formas no es algo que me interese. Resulta ser una mentira más grande cuando dices que estás con una persona por su forma de actuar cuando en realidad estás con ella porque sales beneficiado de cada cosa que hace.

En un determinado caso, uno que viene directamente ligado conmigo. Las porristas. Sí, absolutamente todas las que pertenecen al grupo han tenido que recurrir a mi ayuda para estar dentro del club. Al ser el capitán del equipo de fútbol y presidente de la academia, ¿quién mejor para una recomendación? Exacto. Yo, Lee Donghae. Y es que con sólo mencionarle mi nombre al director éste parece acceder a cualquier cosa que le pidan, aunque normalmente me entero después que las hacen que yo lo he sugerido, supuestamente.

Todos necesitan de mí, incluso los profesores. Esos que algunas vez he encontrado en los almacenes de los archivos de la escuela o donde guardan las herramientas de limpieza teniendo sexo como adolescentes, esos que estuvieron a punto de ser despedidos por incumplir con las reglas que se supone deben cumplir todos.

Sonrío, tomo aire y me miro por última vez en el espejo de mi habitación. A sólo siete meses de acabar con mi vida de adolescente, a tan sólo un paso de convertirme en universitario con un futuro por delante, alguien que herede la clínica de sus padres.

¿Qué más puedo desear?
















•••
He aquí con una nueva historia. Sí, sí. Sé que es muy típico esto de que sean adolescentes y toda la cosa pero demonios, desde que empecé a ver SKINS no he podido dejar de pensar en que quiero hacer una historia parecida. En el caso de que alguien de ustedes la hayan visto quiero combinar la personalidad de Tony en Donghae y Hyukjae. La parte "buena" para Hae y la "mala" para Hyuk.
Prometo no decepcionarlas.
Y cierto, estoy ya de vacaciones así que se vienen muchas actualizaciones de mis bebés olvidados🦄❤

❝Bad Habits❞ 「EunHae」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora