Despertar nunca me había resultado tan complicado como hasta ese momento; cubro mi rostro con una de mis manos y me volteo intentando huir de los intensos rayos solares que me golpean de una manera tan irritante que me es inevitable gruñir. Escucho una suave risa pero aún así no abro mis ojos, aún es muy pronto para levantarme. Y la verdad, me vale un carajo si tenemos clases. Yo sólo quiero dormir por lo menos durante un año entero, sí, suena perfecto.
El agradable olor dulzón hace que mis tripas suenen, arrugo todavía más el entrecejo y sin mi permiso, uno de mis párpados se levanta. Lo primero que vel es un par de manos que conozca muchísimo, tanto por su pigmentación como por lo bonitas que son. Mi cabeza se mantiene en la almohada pero mis ojos comienzan a recorrer a ese chico tan guapo que me tiene, al parecer, el desayuno hecho. Su pecho está lleno de marcas, por lo que acabo recordando que ayer tuvimos sexo hasta parte del amanecer. Su cuello es un mosaico de colores violeta y sus labios están muy rojos además de lastimados. Muerdo uno de los míos por instinto. ¿Quién diría que me pongo así sólo por un poco de LSD?
Se voltea para agarrar algo, veo que espalda y descubro que las marcas en ella son peores. Algunas están frescas todavía, casi puedo ver unos cuantos gramos de sangre brotando de ellas. Me yergo llevando una mano a mi cabeza, me quejo pero más por el dolor en el culo que por la resaca. Hyukjae me mira y sonríe como un niño, es de esas sonrisas que me muestra las encías y arrugas adorables se forman debajo de sus ojos.
—Hasta que despiertas —recuerdo muy bien cada una de las veces en las que tuvimos sexo. Cuando llegamos a su casa, sé que estábamos discutiendo. Le reclamaba el porqué había tenido que pelear, y llegó un momento que ambos nos quedamos callados después de tanto gritar para que luego yo lo empujara contra la pared y empezara a besarlo con furia. Lo hicimos de pie y con la ropa a medio sacar.
La segunda vez fue en el sillón y joder, creo que lo destrozamos de verdad. Siempre creí que las personas tenían un talento oculto, algunas otras lo mostraban y en ambos casos, siempre eran felicitados. Pero Hyukjae, mierda, no sabía si se debía a la primera vez estando con un chico de esa forma, pero vaya que se le daba bien ser quien la metiera.
La tercera, fue en la cocina. Los efectos de la droga ya habían desaparecido casi por completo y el hambre me había atacado. Mi pelvis ahora tenía una línea roja de tanto que me empujó contra la encimera.
Podría enumerar todas, porque una tras otras había sido mejor que la anterior. Incluso sé que hubo un momento en que fui yo quien se encontró brincoteando encima suyo como loco, y el otro donde su espalda terminó como estaba pero de todas las veces, aún Hyukjae no ha logrado ponerme totalmente en cuatro.
—¿Qué hora es? —pregunto luego de estar un buen rato observando su cuerpo. Tiene marcas de besos en la pelvis y aunque intenté hacerle una mamada, no me dejó alegando que si iba a hacerlo alguns vez, ambos debíamos estar muy sobrios.
—Dos de la tarde —se sienta a mi lado y acaricia mi cabello. El suyo está húmedo, y aunque esté con un pantalón, puedo saber perfectamente que no tiene puesta ropa interior. Es demasiado holgado y la tela demasiado fina, se nota demasiado—. ¿No has quedado satisfecho aún, Hae?
Besa mis labios con extrema delicadeza, mete su mano debajo de la cobija y acaricia mis piernas. Suspiro y yo deslizo mi mano por su brazo lentamente, subiendo hasta su hombro. Separo mis muslos hasta dejarle total libertad a que toque todo pero todas formas, apenas roza ese lugar que se esconde entre mis nalgas, yo suelto un quejido de dolor. Lo oigo reír, hago un puchero y golpeo su pecho.
—No te burles —mascullo cruzándome de brazos. Él me besa la mejilla y se pone de pie.
—No me burlo, es sólo que estoy un poco sorprendido —arqueo mis cejas confundido—. Bueno, mi semen ni siquiera se ha secado y a ti te duele todo pero igualmente, estás dispuesto a seguir teniendo sexo conmigo.
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❝Bad Habits❞ 「EunHae」
FanfictionSi tuviera que calificar a Hyukjae cada que pasa por mi lado sería un once sobre diez en apariencia pero un menos cien sobre diez en actitud. Personalmente nunca hemos tratado, ni siquiera he escuchado su voz pero con sólo saber lo que hace en los b...