Capítulo 5♥

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En la pista de baile, el mayor de los Brown la agarró de nuevo. Arianna se dio la vuelta, giró, meneando las caderas, mientras se alejaba un poco. Se había olvidado del nombre de ese hermano. Oh, era guapo. Condenadamente guapo de hecho. Ojos azules, pelo castaño, cuerpo arrebatador. Quizá en otra época se hubiera sentido atraída por él, pero ahora su objetivo era aprender a complacer a Harry y vivir feliz con él. Tenía que averiguar si podía soportar ser compartida. Pero otro hombre, uno con un corte de pelo a lo militar, ojos hambrientos y unas zancadas furiosas, había atraído su atención de una manera oscura y fascinante, igual que lo había hecho cinco años atrás.
«Oh, oh». Zayn definitivamente se dirigía hacia ellos. ¿Qué demonios querría ahora? El día anterior en su casa, se había esforzado mucho en humillarla. ¿Es que acaso quería volver a hacerlo?
De repente, Luke Brown la rodeó con un brazo y la atrajo contra su cuerpo, inclinando la
cabeza hacia ella. El primer impulso de Arianna fue dejarse llevar por el pánico. ¿Tendría intención de besarla en medio de la pista? No lo conocía. Y como había descubierto en los treinta segundos que llevaban bailando, no quería conocerlo. En especial con todo el mundo -incluido Zayn-, mirándolos.

-¿Conoces a Zayn? -le gritó el hombre al oído para hacerse oír por encima de la música.

-N-no.

No podía olvidar la noche anterior en la cocina de Zayn, cuando Liam y él la habían
besado... tenía que olvidarlo. O intentarlo. Sólo Dios sabía que había fracasado hasta el momento. De alguna manera, era culpa suya. Mirándolo en retrospectiva, se daba cuenta de que los militares no eran conocidos por su elocuencia, sino por la fuerza bruta. Zayn había intentado negarse a su petición. Como ella había seguido presionándolo, él había dejado a un lado las palabras y había pasado a la acción, ahuyentándola intencionadamente con sus crudas palabras. Y vaya si había resultado.

Luego ella había agravado el error al presentarse allí y suponer que si estar con Zayn y con Liam la había excitado de una manera educativa, entonces estar con Luke y Dylan - Chock-Brock - o como quiera que se llamara-, sería igual de agradable. Pero no había sido así. Casi desde el comienzo del baile había querido marcharse. Pero huir como una cobarde con Zayn observándola no era una opción. Con aquellos pensamientos dándole vueltas en la cabeza como una bailarina de salsa, Arianna intentó decidir su siguiente
movimiento.

En ese momento, Zayn se había levantado de la silla y se dirigía hacia ellos con la clara
intención de tomar la decisión por ella. Se arriesgó a mirar en su dirección. Dios, estaba todavía más cerca. Lo suficiente para que ella pudiera percibir el tic del músculo de su mandíbula mientras clavaba la mirada en la mano de Luke, ahora en la parte baja de su espalda, casi sobre las nalgas.

-¿Seguro que no estás liada con Zayn? Parece que él no lo ve de esa manera. - Luke
levantó la cabeza, aunque no movió la mano, y se giró para saludar a su amigo común-. Hola, Trenton. ¿Qué te trae por el The Hang Out, viejo amigo?

-Un asunto pendiente con Arianna. -Centró en ella esa penetrante mirada que tanto la desconcertaba-. ¿Podemos hablar fuera?

Aunque parecía una petición, su mirada sugería todo lo contrario.
Arianna tragó saliva. Zayn llevaba unos vaqueros ceñidos, unas botas negras, una camiseta beis con la palabra a Army» estampada sobre su musculoso pectoral izquierdo, y una mirada exigente. Parecía un hombre con una misión personal y todo en su actitud lo proclamaba. No saludó a su amigo, ni contestó a su pregunta. Tampoco la había saludado a ella. Nada de buenos modales, iba directo al grano. ¿Le había quedado algo por añadir ayer en la cocina? En pocas palabras, él la había molestado y ella había salido corriendo como alma que lleva el diablo, como él había afirmado que haría. Pero nada en su expresión hablaba de una disculpa, y ella no podía imaginar qué otra cosa podía querer como no fuera humillarla más. «No, gracias».

-Creo que ayer dejaste las cosas bien claras. No tenemos nada más que decirnos.

-Ya lo creo que sí.

-Estoy ocupada bailando. -Sin más, se dio la vuelta hacia el hermano de Luke, ¿Dan?
¿Buck? Era algo así.

Le dirigió al rubio propietario del club una sonrisa y meneó las caderas, muy consciente de la mirada penetrante de Zayn clavaba en su espalda. En cuanto el hermano sin nombre se volvió hacia ella, la canción finalizó. El disc-jockey anunció que iba hacer un alto para tomarse un respiro.

Zayn la agarró de la muñeca y la giró hacia él, arqueando una ceja.

-Ahora ya no estás bailando.

«¡Maldita sea!». Arianna puso los brazos en jarras.

-Entonces di lo que sea que tengas que decir.

-Fuera.

El tono autoritario le puso los pelos de punta.

-¿Va a llevarte mucho tiempo?

-No.

-Entonces dilo y vete.

Él vaciló.
-No creo que quieras tener público.

O no lo quería tener él. Por razones que ella no podía comprender, él no quería que los
hermanos Brown, que ahora los miraban fijamente, oyeran lo que estaba a punto de decir. Si iba a salirle con más de lo que le había dicho hacía sólo veinticuatro horas, podía ahorrarse el discurso.
Pero quizá no fuera eso. Zayn carecía de maneras sociales. Tener la oportunidad de dejarle actuar y ver cómo se ahorcaba a sí mismo la hizo sonreír.

-No me importa. Dispara.

-De acuerdo -se encogió de hombros-. Ayer cuando Liam y yo te desnudamos sobre la
encimera de la cocina y comenzamos a pasar la lengua por tu cuerpo, tú...

-¡Para! -Ella soltó un grito ahogado, sintiéndose furiosa cuando el rubor le inundó las
mejillas.

El hermano del que no podía recordar el nombre, se rió entre dientes junto a su oído.
Zayn sonrió con aire satisfecho. «¡Bastardo!». Había ido a jugar sucio y se había lanzado directo al grano. ¿Cómo no lo había visto venir?

-¿Está enrollada con Liam y contigo? -le preguntó Luke a Zayn.

-Sí.

-¡Demonios, no! -exclamó ella a la vez.

Eso provocó que el músculo de la mandíbula de Zayn comenzara a palpitar de nuevo.

-Mejor lo discutimos fuera.

¿Es que ese hombre no sabía cuándo abandonar?

-No estoy enrollada ni contigo, ni con tu hermano. No pienso acercarme de nuevo a tu
cocina, y, te aseguro, que no voy a salir contigo.

-He venido a decirte algo que creo que te gustará oír.

-No estoy interesada en ser otro rollo más para ti, y estoy tan cabreada que me importa
un bledo lo que tengas que decirme.

En un segundo, Zayn estuvo a su lado, sin tocarla. Un segundo más y le rodeó la cintura
con un brazo, con el otro le agarró el pelo que le caía por la espalda y la puso de puntillas.

-No voy a pedírtelo otra vez. O hablamos afuera o voy a dirigirme a la silla más cercana, a levantarte esa minifalda y a calentarte el trasero mientras toda esta gente nos mira.

Arianna apenas tomó aliento para decir:
-No te atreverás. -Pero sabía que lo haría. La irritación le envenenó los pensamientos. Él era un arrogante hijo de perra, pero incluso mientras pensaba eso sintió un cosquilleo en el estómago...No, no podía ser deseo. -No tienes ningún derecho.

Zayn se encogió de hombros.

-Pero estoy seguro de que disfrutaría.

Luke se acercó a ellos.

-Aunque me encantaría ver el espectáculo, no permito peleas ni desnudos en el club.
Tendréis que salir fuera.

Arianna se giró hacia él con la boca abierta. ¿Acaso aquel imbécil estaba dejándola a merced de ese lobo? ¡Cómo no! Los hombres siempre se apoyaban los unos a los otros.

-¿Sabes qué? Que los dejo...a todos. Me voy a casa.

Los hermanos Brown se rieron. Con la sangre hirviendo de furia, se dirigió a la salida.
«¡Eran unos completos gilipollas!» Pero a pesar de eso, no era tan estúpida como para creer que Zayn dejaría estar las cosas. La seguía; lo sintió dos pasos por detrás. Condenado hombre. Cuando alcanzó la puerta del club, la música comenzó a sonar de nuevo. Arianna se dirigió al gorila más grande de los tres que estaban en la puerta y le brindó una sonrisa.

-¿Podrías acompañarme al coche? Me están siguiendo. -Lanzó una mirada punzante por encima del hombro en dirección a Zayn.
-Venga cariño -le murmuró Zayn suavemente mientras la rodeaba con un brazo- no
te enfades.

Antes de que pudiera decirle dónde podía meterse las palabras y decirle al gorila que se librara de aquel acosador chiflado, Zayn la atrajo hacia sí, bajó la cabeza, y ahogó sus furiosas palabras con un beso arrebatador.

Ella forcejeó, pero sólo un momento, luego dejó de pensar. Aquel hombre ardiente, persuasivo y adictivo como el pecado, invadió sus sentidos. La doblegó con la boca. Arianna se resistió. O por lo menos lo intentó. A pesar de la furia que la
embargaba, Zayn le provocó la familiar aceleración de su pulso, la oleada de deseo, y ahogó sus protestas. Con un roce de sus labios, una lenta caricia de su lengua mientras le deslizaba la palma de su mano por la espalda, la sumergió en el deseo, y no sólo a ella. El de Zayn era tan tangible que Arianna pudo saborearlo con la lengua.
El beso la derritió por la contenida urgencia de su necesidad, suavizada por un enredo de labios, alientos y lenguas, del que nunca hubiera imaginado capaz a Zayn Malik. Arianna, ingrávida e irreflexiva, se dejó llevar, con el corazón a mil por hora, perdiéndose en la calidez de aquel beso.

Hasta que él le mordisqueó el labio inferior y se lo lamió, para luego volver a posar su boca sobre la de ella una vez más. Sin pensar, Arianna se inclinó hacia él, buscando más besos, más contacto, más de él.
Zayn la agarró por los hombros.

-Siento lo que pasó ayer. Ven a casa conmigo, gatita.

-Que disfruten de la noche -dijo el gorila con una sonrisa picarona.

Mientras ella intentaba buscar una respuesta, Zayn la tomó de la mano y la condujo afuera, a la húmeda noche de verano. Un coche entró en el aparcamiento, con los faros iluminando la carretera de tierra, y se dirigió al extremo más alejado. En alguna parte allí cerca, croaba una pareja de ranas. Los grillos cantaban y los mosquitos zumbaban en las farolas que junto con la luna plateada iluminaban la superficie que se extendía ante ellos.

Ahora que la boca persuasiva de Zayn no le nublaba el pensamiento, Arianna cerró los ojos ante su estupidez. Maldita sea, no había tenido intención de responder a Zayn cuando la besó y acarició. Había hecho una buena imitación de una perra en celo. Bueno, de todas maneras ella había querido irse. Y ya estaba fuera. Buscó en el bolsillo de la falda la llave del coche.

-Vale, no voy a quedarme con los hermanos Brown. Ya te has salido con la tuya.
¿Contento?

Una sonrisa ladina curvó la boca de Zayn. Antes de que pudiera preguntarse qué estaría
tramando, Zayn alargó la mano y le quitó las llaves que desaparecieron en el bolsillo de sus vaqueros. La única manera de recuperarlas era deslizando la mano dentro de los pantalones. «Genial». Considerando la erección que le abultaba la bragueta, no creía que él se opusiera a que le metiera la mano en el bolsillo...o en cualquier otra parte por allí abajo.

-No, todavía no -le dijo, palmeando las llaves a través del vaquero-. No irás a ningún
lado hasta que terminemos de hablar.
Arianna soltó un suspiro de frustración.

La cosa se pondra buena pronto.
-Alina
♥ 

Fantasía Prohibida♥ |L.P & Z.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora