Capítulo 9♥

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-Nosotros cuidaremos de ti.

-Pero es que después de haberme corrido una vez, no creo que...

Zayn negó con la cabeza con precisión militar o con cólera... o con una mezcla de ambas cosas.

-No con dos hombres. Con nosotros te correrás repetidamente, hasta que caigas inconsciente.

«¿Inconsciente?». Arianna abrió la boca para protestar, aunque no tenía energía suficiente. Y, la verdad, tampoco podía centrarse en nada que no fuera el pulgar de Zayn jugando todavía con su clítoris, provocando más latidos y palpitaciones, prolongando su placer hasta que la cabeza le dio vueltas, hasta que muy lentamente volvió a excitarse y se sintió dolorida de nuevo.

-Eso es –murmuró Zayn.

Luego se inclinó sobre ella. Sin preliminares. Sin esperas. Sin advertencias, le rozó el clítoris con la lengua, repitiendo los mismos movimientos que había hecho con el pulgar. Las sensaciones eran parecidas a las que había tenido antes, pero más intensas. Arianna se sintió llena de necesidad, como si no se hubiera corrido antes. Sólo que esta vez, el placer era más fuerte. Su cuerpo estaba a punto de explotar, la boca de Zayn parecía determinada a llevarla al éxtasis. Arianna se correría otra vez. No esperaba otra respuesta.

Ella lo observó, la imagen de él dándose un festín con su clítoris era igual de excitante que el toque en sí. Al cabo de unos momentos, la pregunta a si se correría de nuevo se había transformado en cuándo. Arianna sentía que su cuerpo se tensaba, que el placer aumentaba; abrió las piernas todo lo que pudo, invitando a Zayn a que profundizara más, quería llegar al orgasmo ya.

-¿Cómo sabe? -le preguntó Liam a su hermano mientras le lamía el montículo de un pecho antes de llenarse la boca con un pezón y succionarlo sensualmente. Arianna comenzó a jadear.

-Jodidamente dulce -masculló Zayn, lamiéndola una y otra vez, saboreándola-. ¡Cristo!

El deleite estaba presente en sus palabras. Le gustaba. No, Zayn estaba gozando. Su voz áspera y ronca se lo decía a Arianna. No iba a detenerse hasta que hubiera exprimido la última gota de placer que ella tenía.

Liam se alzó entonces sobre ella, clavando la mirada en Arianna. El deseo le endurecía los rasgos. Peligroso. Depredador. No le gustaba sólo observar. Esperaba su turno. El placer de Arianna fue en aumento, subiendo, creciendo con cada lametazo hasta que su cuerpo se tensó de manera apremiante, hasta que ella sintió que él clítoris se hinchaba, latía, y se perdía en un orgasmo increíble.

-Mírame mientras te corres -le exigió Liam.

Arianna lo hizo, alzando la vista impotente hacia la decidida mirada negra. Agarrándose a las sábanas, Arianna se arqueó cuando el placer resultó abrumador.

-Liam...

-Pronto, te lameré. Te succionaré. Y te volverás a correr.

-Sí -jadeó ella.

Luego la lengua de Zayn le dio un golpecito en el clítoris, haciéndola perder el control.
-Oh, Dios... ¡Zayn, ohhh!

El éxtasis arrancó un grito de su garganta mientras una explosión de colores, sensaciones y lava hirviente recorrieron cada nervio de su cuerpo. Ella se estremeció y convulsionó, con el cuerpo húmedo de sudor, con los músculos ahora tan líquidos como el agua. Cuando se recostó en la cama, tratando de tomar aliento, luchado por recobrar el control, Zayn levantó la cara de entre sus piernas, con la boca roja y mojada, y los labios apretados.

-Otra vez, gatita.

Y volvió a lamerla de nuevo.
Arianna no quería decir que no, aunque tampoco tenía fuerzas para negarse. Estaba muy cansada tras dos orgasmos devastadores y Liam aún no había tenido la oportunidad de hacerla volar hasta el éxtasis. Esperaba su turno. Y por la manera en que la estaba mirando, no iba a esperar mucho más.

-Es mi turno -insistió Liam -. Antes de que la dulce Arianna se desmaye. Y tienes que prepararla para otras cosas.
«¿Qué otras cosas»? Arianna estaba tan cansada que no podía pensar qué otras cosas podían ser. Aunque a regañadientes, Zayn se mostró de acuerdo, y se levantó de la cama para dirigirse al otro extremo de la habitación. Ella levantó la cabeza para seguirle con la mirada, pero Liam reclamó su atención acariciándole con un par de aquellos dedos elegantes la húmeda y ardiente vulva hinchada, para introducirlos lenta y profundamente en su interior.

-Túmbate y disfruta -murmuró Liam.

Los estremecimientos volvieron a aparecer, conmocionándola al resurgir a la vida. Arianna jamás se había considerado una mujer muy sexual. Se masturbaba, sí, pero rara vez se corría más de una vez. ¿Quién hubiera imaginado que podría tener dos súper orgasmos seguidos? Y por la manera en que se sentía ahora, no podía descartar un tercero. Arianna cerró los ojos y soltó un trémulo suspiro de placer. «Túmbate y disfruta». Liam no esperaba una respuesta. Y ella tampoco se la iba a dar.

El excitó ese lugar sensible que ella tenía en su interior y que Zayn había encontrado con tanta rapidez y que había estimulado con suavidad pero sin compasión. El deseo surgió de nuevo, más rápido, más caliente. Las paredes de su sexo se tensaron, palpitaron, le dolieron.

-Tu vulva se hincha y se vuelve rosada cuando te excitas. Es fascinante observarlo -murmuró Liam.

Sus palabras la hicieron someterse al implacable deseo. Luego él estimuló su clítoris con un largo y lento lametazo. Arianna gritó y se aferró de nuevo a las sábanas.

-Me encanta cómo hueles -inspiró profundamente por la nariz-. Es un olor asombroso. Picante, caliente, adictivo, me hace querer seguir saboreándote.

- Liam...

Arianna no supo si le había dicho que sí o que no. Sólo supo que Zayn y él habían logrado llevarla a un lugar donde los pensamientos racionales no existían y quedaban desterrados por completo de su cabeza.

-Deja que te saboree -dijo Liam-. Acepta el placer que te doy.

Arianna se preparó para otro clímax, para algo aún más grande, más poderoso. La oleada de éste podría dejarla inconsciente, pero estaba segura de que valdría la pena.
Luego Zayn masculló algo ininteligible en el oído de Liam. Ella abrió los ojos a tiempo de ver a Liam asentir con la cabeza. Luego las manos de Zayn desaparecieron entre sus piernas. La mirada de Zayn se encontró con la suya. Era abrasadora igual que su expresión. Quería verla correrse de nuevo bajo la lengua de Liam. Era lo que decía su mirada. Y él iba a colaborar en empujarla hasta el borde.

No era que Liam necesitara ayuda, pensó ella, mientras él le chupaba el clítoris hinchado. Arianna apretó los dientes ante las sensaciones que se iban agolpando una tras otra en su interior. El orgasmo que venía era poderoso, le robaba la compostura con dientes afilados y comenzaba a liberarse. Luego, oh, la lengua de Liam jugueteó con la punta ultrasensible de su clítoris, que ahora sobresalía de sus pliegues protectores.

Ella gritó cuando las sensaciones casi se desbordaron fuera de su cuerpo. No llegaron a hacerlo. Como si sospechara que el clímax se cernía sobre ella, Liam le soltó el clítoris y se echó hacia atrás.

-Todavía no, cariño. Pronto. Hay más. Y quiero saborearte.

-No -jadeó ella, con la frente y los pechos cubiertos de sudor-. No. Ahora.

Liam se rió entre dientes.
-Ten un poco de paciencia.

-No -repitió ella, mirando a ambos hombres.

-Sí -insistió Zayn.

Ella centró la atención en él cuando se acercó más.
-Hazlo -le ordenó él a Liam.

Con un lento asentimiento de cabeza, le cogió de los muslos y se los subió más y más arriba.

-Será un placer.

«¿Qué iba a hacer?». No iban a hacerla correrse de nuevo. Todavía. No importaba cuánto le doliera y necesitara, cuánto se arqueara, suspirara y suplicara y se quemara en el infierno.
Liam contestó a su pregunta cuando colocó las palmas de las manos bajo sus rodillas y le siguió subiendo las piernas, abriéndoselas a lo alto y a lo ancho hasta que estuvieron dobladas contra su cuerpo, a cada lado de las caderas, dejándola totalmente expuesta ante sus ojos. Para cualquier cosa.

Ella jadeó ante ese pensamiento.
-Sujétalas -le dijo Liam, colocándole las manos bajo las rodillas.

Los dos hombres clavaron los ojos en su sexo abierto, unos ojos ardientes y decididos. Sin duda, tramaban algo. Algo nuevo. El mero pensamiento le hizo sentir un nudo de aprensión y deseo en el estómago.

- Liam.

-No supliques piedad. No la tendrás. Ni de él, ni mucho menos de mí. Querías saber qué se sentía en un trió, gatita, y al mismo tiempo mantener intacta tu virginidad. Pero eso no quiere decir que no vayamos a poseer ese culito delicioso que tienes.

«Penetración anal». Ahora. Podía verlo en sus ojos mientras las miradas masculinas se deslizaban por su cuerpo para detenerse en la carne hinchada entre sus piernas abiertas. En secreto, ella se había preguntando cómo sería el sexo anal tras oír sin querer a uno de sus hermanos referirse en términos casi poéticos a esa práctica sexual. Sí, claro que Liam y Zayn iban a penetrarla por allí. ¿De qué otra manera podrían tomarla dos hombres a la vez?

-¿Dolerá?

-Hoy será muy poco -la tranquilizó Liam -. Sólo lo suficiente como para proporcionarte las sensaciones sin abrirte demasiado.

Zayn fue directo al grano.

-Aún no te follaremos ahí.

Pero pronto lo harían. Arianna se sintió mareada ante el pensamiento de ser penetrada de esa manera tan primitiva y de entregarse completamente a ellos, dejando que el placer -y probablemente el dolor- la arrastraran y la ahogaran.

Ella asintió débilmente con la cabeza.
-De acuerdo.

-No estábamos esperando tu consentimiento. Nos lo diste cuando entraste por la puerta, maleta en mano.

Zayn de nuevo. Y sonaba un poco enfadado. O tal vez estaba muy excitado. La enorme erección que le abultaba los pantalones requería atención... Y él todavía clavaba los ojos con avidez en su sexo, con los ojos brillantes de necesidad.

Una parte de Arianna quería protestar ante el arrogante lenguaje. Ante la presunción. Arianna se mordió el labio, diciéndose a sí misma que él tenía razón. Y que era su frustración sexual lo que le hacía hablar de esa manera.

-Lo sé.

Parte de la tensión abandonó el cuerpo de Zayn, luego bajó la mirada hacia Liam.
-Acaba.

-No durará mucho -comentó Liam.

- Arianna puede no responder. -Encogió los macizos hombros como queriendo decir que no le importaba. Pero ella sospechó que le importaba. Y mucho.

No dejaron que se preguntara durante demasiado tiempo a qué podría no responder. Unos momentos después sintió algo frío y resbaladizo en su ano. Se tensó, tenía una duda. No, no sólo una. ¿Con qué la estaban penetrando? ¿Y si no le gustaba?

-No te tenses -le recomendó Liam -. Relájate. No es grande...

Mordiéndose los labios, Arianna intentó relajarse y aceptar el objeto invasor, claramente impregnado de lubricante. No estaba muy convencida, pero controlaba sus reacciones. Hasta que el fuego en los ojos de Zayn se incrementó de manera incontrolada. Hasta que se vio forzado a quitarse los pantalones, y ocuparse de su miembro con la mirada fija en la suave penetración anal que estaba efectuando Liam.

Al ver que lo excitaba tanto, hasta el punto de obligarlo a acariciarse a sí mismo, Arianna quiso darle más de esa función. Se había imaginado indecisa y tímida con Liam y Zayn, pero el hecho de saber que podía volverlos locos de deseo había evaporado cualquier timidez. Quería jugar con ellos.

Concentrándose en las instrucciones de Liam, hizo lo que él sugería y, de repente, algo delgado se deslizó en su recto. Un chasquido, y comenzó a vibrar. «¡Oh, Dios mío!»El placer descontrolado se incrementó en segundos, atravesándola y empujándola hacia el éxtasis de nuevo. Liam deslizó más profundamente el vibrador y dejó que se acostumbrara a la pequeña vara que la estaba despojando con rapidez de la cordura mientras observaba a Zayn acariciarse el pene con el puño cerrado. Cuando Liam inclinó la cabeza de nuevo para tomar el clítoris en su boca, la llama entre sus muslos se convirtió en un infierno, extendiendo el fuego por su vientre y sus piernas.

Arqueó la espalda al tiempo que jadeaba. Ese clímax iba a ser grande. Poderoso. Cuando cayera sobre ella, Arianna temía perder el conocimiento, como ellos le habían asegurado que sucedería, y quedar noqueada durante horas. Días. Jamás se había imaginado un placer tan cegador, uno que la dejaba sin aliento y le nublaba la visión.

-Sí que responde -dijo Liam con un indicio de diversión mientras deslizaba los dedos en el sexo anhelante-. ¿Lista para correrte?

Arianna no podía contestar, no podía hacer nada salvo gemir mientras el clímax comenzaba a abrasarla.

-¡Joder! -maldijo Zayn.

Con los ojos entornados lo observó reclinarse sobre ella. Zayn cubrió su boca con la de ella, hundiendo profundamente la lengua dentro, como si intentara fundirse con ella. Unos momentos después, se apartó para recuperar el aliento y continuó bombeando su miembro. La imagen era insoportablemente erótica. Completamente excitante. Luego Zayn se inclinó de nuevo y volvió a besarla como un hombre muerto de hambre, con salvajismo y pasión, lamiéndola profundamente, sin dejar de tocarse a sí mismo mientras la saboreaba con una fascinación erótica y una enorme punzada de necesidad.

Y durante todo ese tiempo, Liam la enloquecía con el vibrador en su ano, con los dedos en su vagina y la boca en su clítoris. Todo junto con el beso de Zayn que la poseía, la arrasaba, tragándose silenciosamente sus gritos de pasión mientras seguían conduciéndola hacia un orgasmo abismal.

Y aquello la sobrepasó. Arianna no pudo detenerlo, no pudo contenerse, y tampoco quiso hacerlo.
Gritó en la boca de Zayn mientras el maldito mundo estallaba en mil pedazos, detonando su cuerpo, arrasando su mente. Unas fuertes y duras contracciones le tensaron las paredes de la vagina que se aferraron con fuerza a los dedos de Liam, haciéndola gemir en la boca de Zayn una vez más.

De repente, Zayn interrumpió el beso, jadeante y frenéticamente bombeó su erección con la mandíbula y el vientre tensos. Luego echó la cabeza hacia atrás y rugió tan fuerte que el sonido rebotó en las paredes. Entonces, cálidos regueros de semen salpicaron el vientre de Arianna, y otra oleada de sensaciones la atravesó al pensar que ella podía conseguir que Zayn se corriera de esa manera tan poderosa.

-¡Zayn! -gritó.

El grito de placer de Arianna aún resonaba en los oídos de Liam cuando ella cerró los ojos y se sumió en un sueño exhausto. Haciendo una mueca ante su dolorosa erección, le extrajo con cuidado el vibrador y sacó los dedos de su hinchado y saciado sexo. Ella era exquisita y sabía todavía mejor. Pero ya había tenido toda la excitación que era capaz de soportar por una noche.

Arianna había gritado el nombre de Zayn cuando estaba perdida en la pasión. No el de Liam, sino el de Zayn. Tragándose el nudo de envidia, Liam se recordó a sí mismo que todo aquello era por una buena causa y levantó la mirada hacia su hermano.

Zayn se había quedado inmóvil sobre el cuerpo laxo de Arianna. Con el miembro aún medio erecto en el puño y la satisfacción relajando, sus rasgos. Soltó un silencioso suspiro, y dejó caer los hombros, intentando recuperar la respiración, con los ojos entrecerrados. Aunque era obvio que aún los tenía clavados en ella.

Zayn se había corrido sin contención, lo que era bastante inusual. Pero si Arianna podía conseguir eso sin que Zayn la hubiera penetrado por ningún lado, Liam no podía más que imaginar los fuegos artificiales que estallarían, si su hermano se permitía hacer el amor con ella. Si admitía que Arianna era algo más que un polvo. Si reconocía que esa mujer era importante para él, como de hecho lo era. Liam podía verlo en la cara de su hermano.

-¿Por qué coño me miras tan fijamente? -refunfuñó Zayn.

-Por nada.

Liam apartó la mirada, devolviendo la atención a la suave figura dormida de Arianna. Una mujer dulce y hermosa. Así era Arianna. La única. La mujer que Zayn y él llevaban años buscando. Liam contuvo una sonrisa de pura alegría. Sabía que Arianna era todo lo que necesitaban: suave y entregada en la cama, punzante cuando se enfadaba, ingeniosa y cariñosa. Era más de lo que se había imaginado en sus fantasías más descabelladas. Pero el hecho de que fuera virgen era un tema tabú para Zayn.

Y respecto al resto de problemas que pudieran surgir en el futuro, Arianna lo acabaría entendiendo todo...al final. Pero ya lidiaría con eso más tarde. Primero tenía que convencer a su hermano de que un final feliz no era una tóxica mezcla de mierda y sandeces. Todo a su tiempo. Liam sabía que si comenzaba su campaña esa noche, Zayn se percataría al instante, no era estúpido.

Su hermano sabía que Liam quería que compartieran una esposa e hijos algún día. Si lo presionaba ahora con el tema de Arianna, Zayn saldría corriendo en dirección contraria. Tenía que actuar con prudencia e ir soltando una cosa aquí y otra allá. Luego dejaría que la naturaleza siguiera su curso.

-Me preguntaba si estabas lo suficientemente bien para asearla -mintió Liam -. Tengo las piernas acalambradas y mi polla no está mucho mejor.

Zayn gruñó, y bajó la mirada a los pantalones abultados de Liam y luego al abdomen manchado de semen de Arianna.

-Si supone un problema, yo mismo me encargaré en unos minutos -añadió Liam.
Con la mandíbula tensa, Zayn maldijo entre dientes.

-Ya me encargo yo.

Dios.

-Alina

Fantasía Prohibida♥ |L.P & Z.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora